Nueva Zelanda paseó el mismo carácter guerrero que ha hecho mundialmente famosos a sus compatriotas del rugby y ganó sin paliativos a Rusia, actual subcampeona del mundo, en un partido plagada de altibajos...
Autor:Pablo Tosal
Rusia, derrotada por los ´Tall Blacks´ en uno de los amistosos de preparación para Indianápolis, superó un dubitativo comienzo (10-4 m.3) con un severo parcial de 2-17 que le permitió cerrar el primer cuarto con una clara ventaja 12-21 y también dominó el segundo corte sin agobios (35-49).
Es más, los rusos rozaron una diferencia de veinte puntos (38-57), pero a partir de ese momento cayeron en barrena. Primero cedieron un 12-2 (50-59 m.26) y, con más pena que gloria, a golpe de inspiración individual, alcanzaron el final del tercer cuarto sin sufrir demasiados daños (58-67).
Pero Nueva Zelanda ya había perdido el respeto a los subcampeones mundiales. Una canasta del pívot Sean Marks, lanzado en los minutos finales, empató el marcador a falta de seis minutos para la bocina (69-69) y abrió las puertas de la esperanza para el equipo oceánico.
Los rusos volvieron a salvar la cara gracias a un triple de Zakhhar Pashutin y otro de Serguei Chikalkine (72-75). Sin embargo, su situación era alarmante. La confianza y la ambición estaban del lado neozelandés. En el lado europeo cundía la desconfianza y el temor.
Una posesión perdida sin ganar, una violación de tres segundos y el liderazgo de Marks y Pero Cameron dieron la vuelta a la tortilla (79-75 m.38). Los rusos, disminuidos por la discreta actuación de su gran estrella Andrei Kirilenko (2 puntos), cayeron rendidos y consumaron su naufragio en medio de la fiesta de los seguidores de Nueva Zelanda, cuya danza ritual maorí en las animó un final histórico para su equipo desde las gradas.
Nueva Zelanda 90 (17+18+23+32): Dickel (5), Jones (10), Cameron (22), Marks (21), Penney (19) -cinco inicial-, Boucher (6), Henare (1), Book (6), Rampton (-) y Flavell (-).