La Argentina obtuvo un triunfo histórico ante Alemania por 86-80 que lo deposita en la final del Campeonato Mundial. Con el corazón dio vuelta una complicada situación ante la salida por lesión de Ginóbili. Mañana a las 17 es la final.
Autor:Pablo Tosal
En los tiempos que corren encontrar profesionales que jueguen todavía por la camiseta y el orgullo deportivo es gratificante. Y el hecho se dimensiona por dos situaciones: porque se trata de una actuación memorable de la argentina ante Alemaniaque le permite llegar a la final del mundial y porque todavía esta fresco el recuerdo del fracaso deportivo que vivió la selección de fútbol.
El triunfo se explica sólo desde el corazón. Porque en el segundo cuarto se lesionó el hombre clave: Emanuel Ginóbili. Porque por primera vez en el campeonato se sucumbió tácticamente, porque el talento natural no bastaba para contrarrestar el orden y la disciplina del rival, porque nunca bajó los brazos, defendió de manera brillante y sobre el final con coraje y actitud atropellaron a los pálidos alemanes.
Las situaciones que no se supo resolver con inteligencia se hizo con el corazón; A saber: En el primer cuarto, salió con la vieja receta de Wolkowyski sobre Dirk Nowitzky en defensa, y utilizando el uno contra uno de Ginóbili y Sconochini en ataque. Pero los bajos porcentajes (incluso con tiro bien tomados) y una gran actuación del base alemán manejando los ritmos del juego, sacó del libreto a la Argentina. Ni Pepe Sánchez ni Alejandro Montecchia, podían dominarlo.
Ante la necesidad de gol del equipo argentino, y el cambio de marcas sobre Nowitzky, Magnano sacó a el “colorado”Wolkowyski y lo puso a Scola. Pero nada resultaba. Sin efectividad en los tiros de tres puntos, la defensa alemana cerraba los caminos al aro. Con muy poco el marcador favorecía a los nuestros por 16-11.
El segundo cuarto fue patético. Ginóbili no encontraba el tiro de tres puntos (0/3) y cuando lo logró se lesionó en su tobillo derecho al caer. A partir de allí Argentina se derrumbó, desconcentrado, se dedicó a protestar y se olvidó del libreto. Para colmo Alemania gozaba deindividualidades por arriba de su nivel, tal como el pivote Okulaja que desde el perímetro clavó tres triples y se fue al descanso largo con 16 puntos en su casillero.
Sin defensa y sin ataque los hombres de Magnano perdieron el cuarto por 20-31. En la rotación habitual desde el banco sacó los mínimos beneficios deseados para que la diferencia fuera sólo de cinco puntos a favor de los alemanes (36-41)
Es innegable que a esta selección le sobra coraje. Siendo consciente de no querer tirar por al borda más de 50 días de intenso trabajo el segundo tiempo fue más parejo, la selección se calmó y trabajo a conciencia de que sin Ginóbili también puede ganar.
Se acercó en el tercero, pero Dirk Nowitzky (10 puntos) sostuvo la mochila ofensiva de su equipo. 59-62 decía el tablero al ingreso del último cuarto.
Pero el partido lo resolvió la personalidad de las individualidades de nuestra selección. El cuerpo técnico se dio cuenta del error y mandó a la cancha de nuevo a Rubén Wolkowyski para que anule a Nowitzky. El alero de los Dallas Mavericks va a soñar con la marca del colorado, que ofreció un manual de defensa sobre una megaestrella. No sólo lo hizo tirar muy incómodo y sin porcentajes, le negó tanto la línea de pase que fue fundamental para desorientar a toda la ofensiva alemana que dependía de él.
Sobre el final dos bombazos de tres puntos de Montecchia, más una tapa NBA de Wolkowyski a Okulaja y cuatro puntos seguidos del colorado frustraron a una selección alemana carente de lo que a los nuestros le sobra: Corazón.
Argentina 86 (16+20+23+27): Juan Ignacio Sánchez (3), Emanuel Ginóbili (9), Rubén Wolkowysky (4), Fabricio Oberto (16), Hugo Sconochini (18) -cinco inicial-, Luis Scola (7), Andrés Noccioni (7), Leandro Palladino (9), Alejandro Montecchia (10), Gabriel Fernández (3), Lucas Victoriano (-) y Leonardo Gutierrez (-).
Alemania 80 (11+30+21+18): Ademola Okulaja (18), Mithat Demirel (17), Patrick Femerling (3), Dirk Nowitzki (24), Stefano Marco Garris (-) -cinco inicial-, Marko Pesic (10), Stephen Arigbabu (-), Misan Nikagbatse (-), Henrik Rodl (2) y Jorg Lutcke (6).
Arbitros: Izok Rems (Eslovenia) y Renato Santos (Brasil).