El caso de Kobe Bryant se toma como un show

El “caso Bryant” contiene sexo, fama, dinero, violencia y raza -el jugador de Los Angeles Lakers es negro y la joven es blanca-, ingredientes que amenazan con intoxicar incluso a los medios más responsables.

Si a esto se le une el hecho de que es verano y que los espectadores están hartos de Irak y de los problemas económicos del país, el resultado es explosivo: un bombardeo constante de información relacionada con lo que se ha convertido en la saga de la temporada.

Todo comenzó el 30 de junio, en un hotel de Colorado donde, según la acusación, el carismático jugador de la NBA abusó sexualmente de una joven de 19 años.

Kobe Bryant, de 24 años, casado y padre de una niña, ofreció el viernes una rueda de prensa para defenderse. Con lágrimas en los ojos, proclamó su inocencia, explicó que las relaciones con la mujer habían sido consensuales, no forzadas, y pidió perdón a su esposa -Vanessa- por el adulterio.

A la intervención de Bryant, retransmitida en directo por todos los canales de televisión, siguió una avalancha de conjeturas sobre lo ocurrido y las posibles consecuencias para su carrera profesional.

Incluso hubo quien comparó su caso con el del boxeador Mike Tyson, encontrado culpable en 1992 de violar a una joven aspirante a reina de belleza en Indianápolis, a pesar de que las trayectorias personales de ambos no podrían ser más diferentes.

Mientras que la de Tyson es oscura y conflictiva, a Bryant, uno de los jugadores más queridos de la NBA, se le considera un hombre tranquilo, amable y centrado: un auténtico modelo.

De ser encontrado culpable, Bryant podría ser condenado de cuatro años de prisión o 20 años de libertad condicional por agresión sexual en tercer grado.

Pero muchos comentaristas deportivos señalan que, incluso si sale bien parado legalmente, su imagen podría sufrir daños irreparables, lo que podría incidir en sus contratos de promoción comercial, que totalizan casi 40 millones de dólares.

Mientras que los habituales expertos desfilan por las cadenas de televisión ofreciendo sus opiniones y los medios tradicionales se vuelvan en el caso, en Internet se publica todo tipo de información personal sobre la joven, cuya identidad está protegida por las leyes de Colorado.

Un programa nacional de radio se sumó hoy los que han revelado su identidad, excusándose con este peregrino argumento: “Si una violación es violencia y no sexo, no hay razón por la que ella (la víctima) tenga que sentir vergüenza”, dijo el popular presentador Tom Leykis.

Otros medios aseguran que la joven había sufrido una sobredosis de tranquilizantes dos meses antes del incidente, cuando atravesaba una crisis emocional desatada por la muerte de un amigo en un accidente de automóvil.

La misma joven que facilitó esta información, una amiga de la presunta víctima, reconoció la negativa de la joven para que diese su opinión sobre lo ocurrido, a lo que se ha negado.

Un amigo dijo al “Denver Post” que las heridas que la joven había sufrido tras el presunto ataque todavía eran visibles tres semanas después.

Otros más aseguran que ésta sólo quiere fama y dinero e indican que intentó participar sin éxito en el concurso del programa “American Idol”, versión estadounidense del español “Operación Triunfo”.

Mientras tanto, ya comienzan a circular encuestas a favor o en contra del jugador, y páginas web que ofertan camisetas y otros artículos con la frase “Liberen a Kobe”. La novela del verano está servida.

Fuente: EFE