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23/08/2003 13:44 | Preolímpico

Ni Blanco, ni negro

(Análisis) Para medir el rendimiento actual de la selección nacional hay que escapar de los resultados, no es fenomenal cuando gana ni una desastre cuando pierde. Pero si existen evidentes desacoples que se pagan.
Autor:Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.com.ar)

Lo importante es ganar. Es como el dinero, la salud va y viene. La selección nacional fue a Puerto Rico a buscar una medalla para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. El Objetivo está claro e inalterable. El resto es materia de discusión, siempre subjetiva, ya que no se pueden discutir los hechos pero si las formas.

Para analizar el rendimiento de la selección nacional es imperioso quitar los resultados, por lo menos los de primera fase, ya que los partidos que hay que ganar de cualquier manera (aunque sea por penales), son los cruces de play off de semifinales.

Conceptos preliminares

La derrota con México puso una voz de alarma en el grupo de la selección que está en Puerto Rico y preocupación al ambiente del básquetbol que está en la Argentina. El partido bien se pudo haber ganado, incluso jugando a no ganar.

Es imperioso destacar que el juego del básquetbol, en su perfección casi absoluta, no permite derrotas injustas, como si ocurre en casi todos los deportes de conjunto por oposición. En básquetbol siempre está justificado el que gana porque hizo más meritos que el rival.

Aunque la sensación para todos fue: Si Argentina le ganaba a México hubiera sido injusto, la realidad indica que jugando mal, casi gana. Que son dos conceptos bien diferentes.

Problemas por tres

Dos de los inconvenientes fueron puntualmente bien marcados por todo el periodismo argentino: primero la falta de carácter del equipo ante la ausencia de un líder a la semejanza de Sconochini.

El hambre de pisar a los rivales solo se encontró en parte en la victoria ante Canadá. Mañana frente a Puerto Rico, la prueba de carácter será fundamental. Ni Oberto, quien es ahora el capitán, Ni Ginóbili que es su máxima estrella, Ni Nocioni quien es el más temperamental, suplen a Sconochini, pero entre todos si.

El segundo ítem es el cansancio, sobre todo de algunos jugadores claves, sobresaliendo en este aspecto Emanuel Ginóbili. “A veces no siento las piernas” confesó Manu hace dos días atrás.

Aquí habría que hacer un párrafo aparte para Manu. En la NBA jugó 98 partidos contando los 5 de pretemporada, 69 de la serie regular y 24 de play Off en 243 días. A razón de un partido cada 2 días y medio. Incluso con la lesión que lo paró casi todo diciembre. Agregando como dato el enorme desgaste psicológico de jugar instancias decisivas.

Luego de un breve descanso, llegó la gira de promoción de la NBA con Nené Hilario, después un viaje a Italia para la firma de un contrato publicitario, una semana de mini descanso en Bahía Banca y la ya famosa gira por el país con la selección de 6 ciudades en 13 días.

Después del mundial de Indianápolis, con lesión incluida, Emanuel Ginóbili no paró nunca. Y se nota.

Entonces, queda el carácter y el cansancio como dos primeros puntos de la actualidad de la selección. El tercer punto que padece el seleccionado son los problemas de juego.

El problema oculto

Para las estadísticas, el Entrenador en Jefe de la Selección, Rubén Magnano, incluye a Juan Ignacio “Pepe” Sánchez y a Rubén Wolkowyski entre los titulares. Pero eso es solo un maquillaje, los verdaderos titulares de Magnano son Alejandro Montecchia y Luis Scola, en dichas posiciones. Por orden de jerarquías pone lo que le conviene. Y está muy bien que así lo haga.

Una vez que la selección encuentra el quinteto titular que su técnico quiere en cancha, se advienen los problemas actuales que padece.

En la derrota con México se habló de los malos porcentajes, (que existieron, es verdad), y luego del partido el Director Técnico dijo: “Nájera llevaba en los tres partidos de preparación 1/7 en triples”. Pero en el preolímpico castigó a la Argentina con 4/6. En tanto que Horacio Llamas promedió 5 lanzamientos triples en el pasado centro basket (contra la Argentina tiró 2/2).

La realidad mexicana indica que es muy difícil que le gane el duelo en la pintura a nuestra selección y su apuesta fuerte era un mal partido ofensivo del rival (como sucedió) y la apuesta de 3 puntos.

Estas situaciones son previsibles. Magnano no sabe si Ginóbili o Nocioni tirarán 1/6 en triples o 6/7, pero si se puede decir a que va a jugar México. México jugó a lo que México podía y nunca se encontró la solución.

Contra Uruguay con un poco de los titulares y la sangre en el ojo del día anterior, fue suficiente para quebrar lo poca resistencia que los uruguayos, hoy en día, pueden ofrecer. El partido casi no es parámetro de análisis.

Finalmente contra Canadá, antes del partido el entrenador dijo: “No preparamos situaciones de defensa especiales contra Nash”. La verdad que se notó: Nash casi gana el partido.

Por su puesto que si se realiza un dispositivo especial de defensa sobre él, Nash igual va a jugar por talento e inteligencia, pero la forma de marcarlo fue hasta suicida.

Argentina entre todas las opciones, prefirió regalarle el tiro de tres puntos y evitar la penetración, en vez de marcarlo cara a cara y si penetra, preparar cercos defensivos, con ayudas. El análisis del Cuerpo Técnico habría sido, “Hará más daño penetrando y descargando, que tirando de tres”. Esta bien, una opción había que tomar, pero Nash respondió con 6/6 en triples.

Se sabe que Dios no juega a los dados, por eso se debe achicar al mínimo las posibilidades libradas al azar, como apostar a la mala puntería del rival.

Como si fuera poco, lo peor que pudo hacer Argentina en defensa fue el cambio defensivo en el marca del pick and Roll. Suicida y hecho clave del renacer de Canadá en el partido.

Salvo cuando un par de veces Scola, realizó un flash recto al balón, y volvió a tomar su marca, en la mayoría de las veces, quedó el pivote nacional marcando a Nash y Montecchia o Pepe Sánchez emparejado con Greg Newton, Andrew Kwiatkowski o Peter Guarasci.

Como resultado, el alero del lado fuerte del balón tenía que ayudar al base, (sobresalió Nocioni en este rubro), pero se producía semejante desbarajuste en la rotación defensiva argentina que siempre quedaba algún canadiense muy libre para anotar.

Como en la Política, el básquetbol es el arte de lo posible. Se puede defender de 101 maneras diferente el pick and roll, pero quizás el cambio defensivo sea el más peligroso de todos los métodos, sobre todo cuando tu base no mide 2.00 mts. Y Argentina apostó a este método que si no fuera por las dos últimas bandejas cortas que marró Barret le termina costando el partido. Pero Ganó.

Es importante en la victoria resaltar que no todo está bien. Que el carácter necesario comienza a parecer, que el cansancio de algunos jugadores se puede disimular, y que igual ante defensas conceptualmente mal ejecutadas, el quipo respondió. Lo que viene será más difícil, es tiempo de corregir.

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