Quilmes - Gimnasia CR

El principio de una solución, o el principio de un problema. Para Quilmes el partido de esta noche representa mucho. Para Gimnasia las aguas están mucho más tranquilas, gane o pierda hoy, nada cambiará.

Sucede que las formas son más importantes que los resultados. Dos derrotas no asustan a nadie, sin embargo en Quilmes los fracasos del fin de semana dolieron al punto de crear un mal clima entre la gente y los jugadores.

Nada es casual. El equipo no defiende. Por las características individuales de cada componente se puede asegurar que no le gusta defender y por lo ejecutado y mandado por el técnico no sabe defender. Es decir, casi debe hace un partido de alto vuelo en ataque para poder ganar. Y la gente lo sabe.

El hecho parece interminable, Quilmes forma grandes equipos con buenos jugadores y juegan a no jugar. El hincha de Quilmes se cansó de las estrellas y las individualidades y quiere un equipo. Los caprichos, cansancios y pedidos de estrellato chocaron contra un muro de silbidos el domingo por la noche.

Y no es que uno sea alarmista, pero sería de necio no ver la realidad. Si Quilmes juega bien, teniendo actitud y prodigándose en defensa, puede perder tranquilo, que la casa estará en orden. Si pierde jugando como el domingo pasado, seguramente la reprobación será la madre de la noche.

Por tal motivo hemos gastado 18 líneas de esta crónica de anticipo hablando del entorno y no del juego. El factor anímico para hoy es la clave. Salvo las derrotas de Libertad de Sunchales, que le costaron el puesto a Oroño, en ningún otro equipo hay batifondo por tan solo dos derrotas.

Para terminar con el entorno, del otro lado habrá un equipo que en los últimos días solo mencionó una palabra: “Sudamericano”. Será problema del Coach Enrique Tolcachier, meter en el juego de hoy a sus dirigidos antes de que el avión salga a Venezuela.

En el plano deportivo, en el local habrá un cambio seguro, Claudio Chiappero, el mejor defensor de los hombres altos, estará desde el inicio para emparejarse con Stan Easterling.

La incógnita es quién le dejará el lugar y los candidatos son dos: Juan Pablo Sánchez o Evric Gray. Si Alejandro Pepiche se juega por un equipo alto con poder de gol, será Sánchez el que deje su lugar, en cambio si considera que el escolta es fundamental para entorpecer el circuito de la media cancha contraria, será Gray el que deje el inicial.

Claro que en el básquetbol el quinteto inicial no quiere decir mucho, pero si se lo mira detenidamente es todo un dato. Cuesta creer que el técnico mande al banco a Milton Bell o Diego Prego, siendo que los dos juegan en la misma posición. El poder de gol de ambos y su incidencia en el juego son determinantes.

Como hizo desde que llegó a Quilmes el técnico pretende que el rival se ocupe más de él que Quilmes del rival.

Pero la ecuación a veces no es tan simple. Evric Gray contra Obras respondió como se espera de él en ofensiva, hizo goles antológicos, de todos los colores. Pero su defendido Lázaro Borrel le metió puntos de todos los lugares y forma. Ofensiva si, defensa no.

El equipo sureño daña en la pintura con la versatilidad de Jervaghn Scales (¿Gray lo podrá tomar?) y la polenta de Easterling. Pero además de su poderoso Front Court tiene un excelente juego perimetral.

El alero David Scott quizás este lejos de su estado de físico ideal, pero contra Estudiantes de Olavarría fue el gran responsable del triunfo con sus siete triples. Además el “negro” Gabriel Cocha es un lugarteniente de lujo, buen uno contra uno e inteligencia para dominar los momentos del partido, que se equilibran con la juventud y el vértigo de Pablo Albertinazzi. En el banco esperarán Sául y Migliori, como más que interesante ruedas de auxilio.

Mientras Gimnasia sueña con ganar e irse a representar a la Argentina con la moral en alto, Quilmes tiene una chance de comenzar un nuevo camino. El de la reivindicación con su gente, y el de retomar la senda del éxito. ¿Lo logrará hoy?.

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