Comienza la Liga Sudamericana

El Grupo A de la Liga Sudamericana dará el salto inicial de la 8va edición de la Liga Sudamericana en Santiago de Chile, donde participarán Universidad Católica, Real Santa Cruz (Bolivia), Cocodrilos (Venezuela) y Boca Juniors

Retorna la “Copa Libertadores” del Básquetbol. La Liga Sudamericana en su octava edición comienza a partir de hoy su peregrinaje en busca del campeón. Libertad es el actual campeón reinante y 5 de los 7 campeones fueron de clubes argentinos (Olimpia de Venado Tuerto, 2 veces Atenas, Estudiantes (O) y Libertad).

En el grupo “A” en Chile el gran favorito para adjudicárselo es Boca Juniors. Los “xeneizes” se enfrentarán esta noche a Cocodrilos de Venezuela, y el equipo de Sergio Hernández va por uno de los trofeos que faltan en sus vitrinas.

El entrenador bahiense aseguró que ser el favorito no es fácil: “Corrés el riesgo de sentirte estrella, por lo que debemos manejarnos con humildad y no subestimar a nadie”.

El debut del grupo a primer tueno estará a cargo de Universidad Católica y a Real Santa Cruz de Bolivia, en el estadio Santa Rosa de Las Condes. El subcampeón chileno se reforzó con el senegalés Boubacar Aw y con el norteamericano Justin Howard con el objeto de cumplir un buen papel.

El prestigioso diario el Mercurio de Chile realizó un informe sobre las realidades económicas de los equipos que compiten en este grupo. Desde los jugadores de Boca que se dedican sólo a jugar a los de Santa Cruz que entran a la cancha preocupados de llegar a fin de mes.

Tu Juegas, Tu estudias

El escolta de Universidad Católica de Chile Felipe “Gigio” Contreras estudia construcción civil en la Universidad Católica, la carrera de moda entre los jugadores de la escuadra estudiantil. Además del “2” cruzado, eligieron la misma profesión Christian Díaz (es su compañero) y Mike Elliot (está un año más arriba), en tanto que Boris Varela analiza seriamente integrarse al clan.

No es casualidad. La estrategia de la UC para atraer y retener a sus astros consiste en ofrecerles el pago del arancel anual en sus casas de estudio, además de “un viático para que paguen la micro”, como le llaman en Santa Rosa de Las Condes.

Claro que unos pocos pueden tomar hasta taxi, pues la diferencia de los “aportes” está dada por los años de circo. Como Percy Werth, la gran estrella de los católicos, quien hasta el año pasado recibía un salario un poco superior a los 500 mil pesos mensuales, aunque ahora su concurso se lo están peleando varios clubes del sur que han abierto sus billeteras para tentarlo.

Uno de los más jóvenes del elenco, por ejemplo, rechazó una oferta para jugar la Dimayor con otra camiseta, a pesar de que era más jugosa que la cruzada. ¿La razón? Para casi todos, la prioridad la tienen los cuadernos.

Tiempo compartido

Seis meses dura la competencia oficial en Venezuela. El resto del tiempo, los jugadores ven si se dedican a estudiar, trabajar o descansar, como mejor les plazca. El sistema es muy similar al que se aplica en Chile, aunque los dineros que se manejan son bastante más elevados.

El ala-pívot de Cocodrilos Juan Herrera, por ejemplo, intenta sacar su carrera de informática cuando no está dando botes a un balón anaranjado. Claro que recién pasó al segundo semestre, pues ya abandonó los estudios de otra profesión por el básquetbol. “Allá el baloncesto es una profesión, pero te da tiempo para hacer cualquier tipo de trabajo entre medio. Igual se entrena en doble jornada y cuando se inicia la competencia se hace difícil compatibilizar”, explica el jugador.

El equipo se juntó hace 30 días para preparar su participación en la Liga Sudamericana y en el torneo local (el año pasado perdió en las semifinales), y a pesar de que los extranjeros se integraron recién el lunes, Herrera asegura que “se acoplaron bien al esquema de juego. Esperamos clasificar a segunda fase. Sabemos poco de nuestros rivales, pero tenemos buenas expectativas”.

Pobreza Franciscana

Hace 15 años que el base Germán Zolada juega básquetbol. Hoy tiene 38, es ingeniero en análisis de sistema y dedica los momentos de ocio a entrenar con sus compañeros del Real Santa Cruz de Bolivia.

El armador cuenta que el plantel se reunió hace un mes para prepararse para la Liga Sudamericana. Claro que de los rivales no saben casi nada: “Salvo por Boca Juniors, porque los vemos por la televisión y conocemos su poderío”.

De dinero por jugar, mejor ni hablar. “Allá todos tienen que trabajar, porque la liga es totalmente amateur. Si algunos reciben un poco de dinero como ayuda son los jugadores de afuera - como los cubanos que juegan por Real Santa Cruz: Roberto Chapotín y Carlos Terán- , pero en general nadie vive del básquetbol”, explica Zolada.

En Bolivia no hay una liga como la Dimayor. Juegan un torneo regional y, durante una semana en noviembre, se disputa la liguilla final. Este año el campeón fue Santa Cruz y por eso ya está en Chile.

Vida de ricos

Boca es un equipo profesional. Sus jugadores tienen dedicación exclusiva al básquetbol y ganan más que un futbolista promedio de equipo chileno de primera.

Por eso, más que preocuparse de buscarse un trabajo o una casa de estudios, los xeneizes tienen la cabeza puesta en demostrar sus cualidades para explorar la posibilidad de emigrar a Europa y así asegurar el futuro.

Es el caso del pívot Martín Leiva (quien jugó por Argentina en el Sudamericano de Montevideo de 2003): “En Argentina te dedicás sólo a esto. Es complicado estudiar, porque todas las semanas entrenás en doble turno y tenés muchos viajes. ¿Si los sueldos son acordes a ese profesionalismo? No, no, no. No implica. Uno elige si trabajar en esto o estudiar y hacer otra cosa”.

“Por suerte, el jugador profesional puede vivir del basquet, siempre que cuide su fuente laboral”, completa el escolta Paolo Quinteros, que también jugó por la albiceleste en Uruguay. “Tengo casi listo el pasaporte comunitario y apenas me salga quiero ir a jugar a Europa”.

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