El más grande del continente

¿Qué queda por decir de Atenas? ¿Qué se puede agregar del griego en estas instancias? ¿Qué calificativo se le puede poner a sus jugadores? A esta altura, tildar de heroica la victoria en Minas Gerais suena a insulto para la historia de un grande. Esa es la palabra justa: Atenas, a su nombre y todo lo que éste significa, capital del imperio griego en la antigüedad, es ahora la megalópolis del básquetbol sudamericano. La meca.

La comparación no es exagerada ni un poquito. Porque cuando el equipo cordobés juega, además de ser siempre candidato, pocas veces deja ir un título. No lo hizo en las peores condiciones, luego del escándalo de la semana pasada y de visitante.

Y, como todo imperio -obviedad decirlo- tiene a su emperador. No hay otro más que Héctor Oscar “Pichi” Campana. Suficientemente magno para hacer sobresalir sus virtudes tanto como para reconocer sus errores. Otra vez Campana hizo suyo un sueño que de a poco se convertía en pesadilla y revivió a su ejército.

Por eso Atenas grita Tricampeón. Acá, allá o donde sea. Y bien merecido que lo tiene. Y pone en lo más alto otra vez al básquet nacional. Como en el ´97 y el ´98. Ahora colocó su placa en la copa. El 2004 fue del verde cordobés.

El Partido

Con Juan Pablo Figueroa esguinzado y Diego Osella sumando 3 faltas cuando había cometido dos por un error de la mesa de control anotándole la que le correspondía a un compañero. Así comenzó Atenas la segunda mitad. Limitado al máximo con su personal.

Sin embargo, jugó mejor que nunca, en base a un temple que aparece sólo para los grandes y en los momentos justos. La defensa ateniense sacó a los brasileños y obtuvo la máxima de rédito (61-52), merced a una buena labor de Alexander y ... ¡Reinick! Sí, Reinick. El colorado tan criticado se puso el overall y se fajó de lo lindo con los grandotes. Sus dos puntos no dirán nada, pero los moretones sí. El equipo cordobés manejó la distancia hasta el último cuarto.

Paréntesis (la mitad inicial)

Comenzó mejor el local (ventaja 11-4). Atenas, apresurado, perdió 5 balones casi consecutivos y Uberlandia lastimó cerca del canasto. Mario Milanesio se vio obligado a pedir minuto y Atenas salió mejor.

Ante un fallo en bandeja del local, Pichi Campana metió un triple que los puso a 4 (11-7). Ahí el primer cuarto cambió. Atenas siguió defendiendo bien y le dio la bola a Osella, que fue determinante. También alimentó a Alexander en el poste bajo con enormes dividendos. Con un doble de Pittman igualó en 13 y luego pasó al frente por 3: 22-19.

En el segundo cuarto comenzó mucho mejor Atenas apoyado en una defensa zonal. Siguió con el predominio de las tablas y corrió el contraataque. Pittman metió siete de sus once puntos en el primer tiempo consecutivamente en los segundos 10´ los cordobeses sacaron una máxima de 7 (31-24).

El ya mencionado error de la mesa para con Osella que obligó a su salida y la también tercera falta de Pittman lo complicaron en demasía. Entraron Reinick, Figueroa y Funes y Atenas se quedó sin chispa. De apoco se acercó Uberlandia con el reingreso de Harris y buen aporte de Janjao.

Sobre el cierre de la etapa con 6 segundos corrieron la cancha juntos Quincy y Sucatzky (dos triples en el primer tiempo) y el “petiso” lo dejo solo frente al canasto al extranjero, que metió un triple justo con el sonido de la chicharra y le dio la ventaja final al cabo de los 20´ por 6 (46-40).

En el último cuarto...

Fue caótico el cuarto final para Atenas. O al menos sus primeros 7 minutos. Se quedó sin gol y sin ideas. Perdió dos veces la bola por 24 segundos y equivocó el camino. Estuvo 3´ sin convertir hasta una mandada de Pittman (70-64).

Pero a falta de 4´ Uberlandia empató con un parcial de 10-2 gracias a un doble de Brasilia. Y ese, no otro, fue el momento clave. Porque si Pittman no hubiera convertido su quinta infracción y tenido que abandonar la cancha, Campana tal vez no hubiese entrado. Pero, por suerte, entró. ¡Y cómo!

Apenas pisó el parquet, clavó un triple que le dio aire al ahora tricampeón. Más allá del empate de Harris a 2´, Atenas ya estaba jugando de nuevo. Con imprecisiones, nervios. Igual que el local. Pero con decisión cierta de qué quería hacer: darle la bola a Pichi.

La primera ventaja, chiquita pero válida, la obtuvo con un doble de Alexander tras un rebote ofensivo. Luego, Estevan metió un libre de dos. Parecía que Córdoba iba a cantar victoria. Más aún cuando Sucatzky, con una cortina y desmarque dejo solito a Osella rumbo al canasto. Increíblemente, Diego erró un penal y en la contra el doble de Valtinho dio vuelta el asunto (75-76).

Y ahí, como siempre, como nunca, apareció Pichi. A treinta segundos, con un tremendo jump shot hacia atrás desde 6 metros y con la marca encima. A lo Jordan: 77-76 Atenas.

Uberlandia se desesperó del todo y Harris la perdió a 9 segundos del epílogo. Pichi, cortado, en la línea no falló y llegó a 18 puntos en el juego. Helinho y Rogerio, sobre la chicharra, fallaron los tiros del empate y Atenas celebró. Una vez más. Como nunca, moderado. Como siempre. Como marca la historia.

Curiosidades

Los brasileños (¡cosa rara en ellos!) no se bancaron perder. Y lanzaron una catarata de botellas y elementos contundentes con el hecho consumado de la derrota de su equipo. Por suerte, no acertaron.

Fue el primer título internacional de Mario en el banco de suplentes. El segundo oficial, luego del Top Cuatro logrado hace unos meses.

En cambio, para Atenas, esto ya es cosa conocida. Con su tercera Liga Sudamericana de Básquetbol consiguió también su sexta consagración internacional. Además de la LSB, el conjunto griego ya tenía un Panamericano (1996) y dos campeonatos sudamericanos (1993 y 1994).

El “Mili” Villar quedó virtualmente embarazado. ¿Qué está gordo? Tal vez un poco pasado de peso, pero a eso no se hacía referencia. Con el final, buscó la pelota del juego y se la metió debajo de la camisa. ¡Esas cosas no se hacen “Mili”!

Más allá de los 18 de Pichi, Atenas repartió bien su goleo. Sucatzky y Alexander terminaron con 15, Pittman anotó 13 y Osella y Funes 8. Lo que se dice pasar la bola al compañero mejor ubicado.

Campana, con este título, llegó a la docena: Liga Nacional (7), Sudamericana (3), Panamericano (1) y Copa Williams Jones (1).

La Campaña: Atenas ganó su zona tras vencer a Llanquihue (Chile) por 89-72, Trouville (Uruguay) por 89-77 y Minas Tennis (Brasil) por 82-68. En cuartos jugó con Marinos de Oriente. Perdió feo en Venezuela (81-106), pero en casa lo dio vuelta: 91-67 y 93-79. En semifinales, ganó en el Cerutti (114-109) y luego escribió una de las páginas más increíbles de los últimos años. Tras perder 93-49 en la Bombonerita y cuando toda era caos aparente, apenas 24 horas después se despachó con un 92-84 a favor para meterse en la final. Ganó en el primer y el tercer juego (83-82 y 97-90), uno como visitante y otro como local, y perdió por 86-85, en Brasil y 113-104 en el cuarto encuentro jugado en Córdoba.

Síntesis:

Uberlandia (76): Valtinho, 12; Harris, 20; Rogerio, 6; Brasilia, 10; Estevam, 9 (FI); Wanderson, 10; Janjao, 6 y Helinho, 3. DT: Helio Rubens.
Atenas (79): Sucatzky, 15; Campana, 18; Pittman, 15 (X); Alexander, 13; Osella, 8 (FI); Reinick, 2; Funes, 8; Figueroa, 0 y Moya, 0. DT: Mario Milanesio.

Jueces: José La Paix y Reynaldo Mercedes, de República Dominicana.

Los campeones: