Hugo es intocable

“Para ser entrenador profesional de básquetbol, además de todo también tenés que saber de básquetbol”, la frase es copiada del fútbol, pero igual de oportuna. Un entrenador en jefe de cualquier deporte de elite, entre tantas cosas que debe abordar tiene que saber del deporte, pero esto es apenas una pequeña porción del todo.

El hincha argentino, lógica y felizmente se preocupa por la salud de nuestra selección. Somos pasionales y opinamos con vehemencia. Gracias a Dios, de esta manera sentimos el deporte.

En el tapete se ha puesto la actuación de Hugo Sconochini, quien nadie duda de su enorme capacidad como jugador de básquetbol ni mucho menos de su trayectoria, pero también es inocultable que está rindiendo muy por debajo de su nivel, privando quizás la chances de estar en cancha a otros compañeros.

¿Es Rubén Magnano un caprichoso por dejarlo en pista?. A esta altura de lo logros conseguidos por el entrenador nacional se le debe dar un crédito, pero no por lo que vemos, (cualquiera sabe que Sconcochini no esta jugando bien) sino por lo que NO VEMOS.

La pregunta sería ¿Por qué Hugo es imprescindible aún en el error? Magnano ha demostrado ser inteligente y capaz para el cargo que ocupa, ¿entonces?

Refresquemos la memoria

Cuando se realizó la conferencia de prensa en el Aeropuerto internacional de Ezeiza, detrás del subcampeonato mundial logrado en Indianápolis 2002, Hugo Sconochini le decía a la prensa Argentina que la selección ya formaba parte de un hermoso recuerdo.

El adiós del capitán abría algunas dudas que luego fueron despejadas en plena competencia. ¿Quién sería el nuevo capitán, el líder, el hombre referente del plantel?

La selección vivió una patética gira previa preparatoria para el preolímpico de Puerto Rico. Solo algunos, y por cuenta propia, tuvieron la valentía de expresar su disgusto públicamente. Pero no salió nadie a dar la cara por el plantel.

Luego en Puerto Rico algunas cosas quedaron aún más claras, Emanuel Ginóbili es el mejor jugador del plantel, pero aún no es el líder del equipo. Todos escuchan a todos, pero nadie es referente.

Entonces la idea de Rubén Magnano de tentar el regreso de Sconochini a la selección tomó mas fuerza que nunca. Lo necesitaba.

Pensemos que Magnano puede ser cualquier cosa menos ingenuo. Jamás hubiese llamado a Sconochini (ya retirado) sin la anuencia de los cinco o seis grandes jugadores del grupo (Ginóbili, Nocioni, Oberto, Pepe, Scola, Montecchia)

La vuelta de Hugo Sconochini a la selección le permitió a Magnano, por ejemplo, dejar a dos históricos fuera del plantel: Victoriano y Palladino. ¿Para que tocar algo que rinde, solo por qué la gente lo pide?.

Hay que entender determinadas psicologías inconscientes. Rubén Magnano es un técnico sub campeón mundial, pero los jugadores también lo son. Ahora las indicaciones desde el banco no son a un pibe que no ganó nada, se las dan a un sub campeón del mundo ¿se entiende la analogía? Y si algún buen lector conoce a alguien más jodido que un deportista profesional, por favor que me lo presente.

Sin rodeos hay que decir Hugo Sconochini es la pieza más importante del “Después de juego”. Hugo es “Súper Hugo” fuera de la cancha y esas cosas un técnico las necesita.

El técnico de fútbol campeón del mundo, Carlos Salvador Bilardo, decía que cuando un DT hace un cambio en el partido, no sólo debe ver la posibilidad de ganar el partido, además debe manejar el vestuario, el después del partido.

El partido termina, pero la historia para el plantel sigue en el vestuario. Después viene la cena, quien se sienta al lado de quien, quien habla con quien, todo lo que hace a la intimidad de un plantel y existen situaciones de convivencia en los jugadores que para un técnico son inalcanzables, por eso hace falta un referente.

Por ejemplo, Nocioni y Ginóbili discutieron feo en el entre tiempo del partido con Italia. Solo eso se hizo público, pero ¿Quién es el que habla en el vestuario arreglando esa situación? ¿El técnico?.

Magnano tiene la misión de tenerlo a Hugo de su lado. De alimentarlo, de “tenerlo contento”, aunque esta definición quizás se preste a confusiones. ¿Hugo yerra triples? Si, pero el resto también ¿Acaso no debería preocuparle a Magnano más la baja perfomance de Oberto que la de Sconochini? ¿Hugo está mal en defensa? Si, ¿y Pepe?”!!.

No todo en un equipo es la 2-3, la 1-3-1, la defensa presión, las cortinas. Existen un sinnúmeros de situaciones invisibles para el público y la prensa que son los que terminan dando un campeonato del mundo. Magnano lo sabe y actúa en consecuencia.

Para ser campeón debe tratar al plantel como una rosa, sin que se le marchite un solo pétalo. Walter Herrmann es un enorme jugador que estará muchos años en la selección, seguramente será pieza clave en el siguiente compromiso. Pero según lo visto, Magnano descubrió que estos no serán sus juegos. Hugo Sconochini es la pieza que debe jerarquizar, por el bien de todos.

Pablo Tosal
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