Go Home (nosotros vamos por la de oro)

Cuando un equipo juega como tal es muy difícil derrotarlo y en definitiva dicho juego en equipo termina por superar al cúmulo de individualidades. Esa frase resumiría un poco lo que sucedió en el encuentro entre Argentina y Estados Unidos.

El conjunto albiceleste, por más que tuvo a Emanuel Ginóbili como figura y goleador con 29 puntos, jugó en equipo. Dejó de lado los pergaminos individuales y se puso a trabajar por el bien de los doce integrantes. Que uno mete una cortina, que otro ayuda en defensa y así entre todos construyeron la histórica victoria ante Estados Unidos por 89-81 que asegura medalla y permite ganar la presea dorada.

Su rival fue una suma de individualidades. Allen Iverson haciendo la personal y fallando todo lo que tiraba (3/12 en tiros de campo), Lamar Odom individualista en ataque y tibio en defensa, Stephon Marbury que intentó salvarse solo en el último cuarto y Tim Duncan, afuera por cinco personales, con cara de yo no fui y no entendiendo lo que pasaba en el parquet de juego.

Argentina realizó un gran partido. Dominó a su rival y cuando fue necesario apretó los dientes para salir a flote.

Estados Unidos intentó llevar el balón a la pintura para aprovechar la superioridad de centímetros de Duncan. El pivot de San Antonio, que siempre fue sobremarcado, se esforzó para ganar cerca de los tableros y formó una interesante dupla con Odom. Así los norteamericanos se escaparon por 9-5 y hasta ahí llegó su dominio.

Los subcampeones del mundo dejaron la defensa a hombre y se volcaron a una zona 2-3 para sacar réditos. Duncan se ahogó en la marca, los triples no aparecieron (0/2), mientras que Iverson y compañía fallaron todo lo que lanzaron (7/17 en dobles al primer tiempo).

Argentina depositó el balón en Emanuel Ginóbili que complicó con cortes al aro. El escolta, que anotó 10 puntos en el primer cuarto, no encontró oposición y ganó siempre que encaró hacia el canasto. Andrés Nocioni se complementó a la perfección desde el perímetro; mientras que la conexión con Fabricio Oberto en la pintura otorgó sus resultados.

Con una defensa al límite y pese a perder con amplitud la lucha por el rebote, Argentina dio vuelta el resultado. De perder por 4, pasó al frente y culminó el primer capítulo arriba por 24-20.

El fuego sagrado de los albicelestes no se apagó. Rápidamente Argentina tomó ventaja de 7 (29-22) y Rubén Magnano otorgó descanso a Ginóbili.

Estados Unidos no aprovechó la salida del goleador porque continuó errático en sus lanzamientos (14/39 en tiros de campo al primer tiempo). Una buena entrada de los suplentes (Alejandro Montecchia, Luis Scola y Gabriel Fernández) le posibilitó a Argentina distanciarse por 9 (42-33).

La versión remozada del Dream Team sacó provecho de las siete pérdidas de su rival y con gran capacidad para obtener segundas y terceras oportunidades de tiro limó ventajas para cerrar abajo por 43-38. Odom, Duncan y Richard Jefferson fueron los artífices del repunte.

De todas formas lo mejor de Argentina se observó en el tercer cuarto. Con un Manu Ginóbili on fire (15 puntos en el cuarto) y con una tremenda efectividad en triples, los albicelestes se adueñaron de las acciones de juego y sacaron una máxima de 16 (56-40) con un parcial de 13-2 a los 23 minutos.

Argentina se hizo enorme en el estadio y cada tiro efectuado tenía destino de red. Su rival mostró poco y nada. Falto de efectividad y para peor de todo Duncan con cuatro faltas.

Los norteamericanos reaccionaron cuando el balón llegó a posición de Shawn Marion. El alero de Phoenix calentó las manos y su equipo sacó rédito al juego interior para colocar un parcial de 11-2 y acercarse por 58-51.

Argentina no se desestabilizó. Contestó con tres triples, para sumar 5/5 en el parcial, y regresó la ventaja a 13. El último bombazo de Ginóbili, acción de triple y falta, caló hondo en Estados Unidos que entró al último cuarto con la soga al cuello (70-57).

El Dream Team volvió a cargar el rebote ofensivo con Duncan, pero el interno, de buen trabajo, tuvo que dejar el campo por acumulación de personales a falta de 5 minutos. Argentina respiró y volvió a comenzar.

La salida de Oberto, por un fuerte y preocupante golpe en la mano (posible fractura), parecía hacer tambalear la estantería, pero un triple de Walter Herrmann trajo tranquilidad (80-69). Marbury, que sacó del campo a Oberto y Wolkowyski, se cargó el equipo al hombro con 13 puntos en el último cuarto, pero Herrmann, al igual que contra Grecia, sepultó las esperanzas del rival con un cuarto de película.

Argentina hizo historia. Superó el cuarto puesto de Helsinki 52, le ganó por segunda vez a un equipo de NBA y como si fuera poco ahora jugará por la medalla dorada.

Síntesis

Argentina (89): Juan Ignacio Sánchez 4, Emanuel Ginóbili 29, Andrés Nocioni 13, Fabricio Oberto 6, Rubén Wolkowyski 3 (FI), Alejandro Montecchia 12 (x), Luis Scola 10, Hugo Sconochini 0, Gabriel Fernández 1, Walter Herrmann 11, Carlos Delfino 0. Entrenador: Rubén Magnano.

Estados Unidos (81): Stephon Marbury 18, Allen Iverson 10, Richard Jefferson 7, Lamar Odom 14, Tim Duncan 10 (x) (FI), Dwyane Wade 2, Carlos Boozer 8, LeBron James 3, Shawn Marion 9, Amare Stoudemire 0. Entrenador: Larry Brown.

Parciales: 24-20, 43-38 y 70-57.
Jueces: Vicente Bulto (España) y Zoran Sutulovic (Serbia y Montenegro).
Estadio: Olímpico.

Juan Manuel Rodríguez
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