“Tengo que demostrar que valgo todo lo que apostaron en mí”
En cinco partidos, “Manu” puso en evidencia que no hay desperdicios en sus casilleros. Está claro que los directivos de los Spurs le hicieron un contrato gordo porque tenían cifradas expectativas en él. Hasta ahora se “comió” la cancha.
A esta altura de la carrera de Emanuel Ginóbili es difícil encontrarle explicación a su nivel basquetbolístico. ¿Qué puede decirse? Y, entre tantos detalles de la historia de “Manu”, hay un punto que hace cuatro años, cuando su mamá lo contó por primera vez, fue un dato más, pero ahora, con tanto éxito sobre las espaldas de su hijo menor, lleva a pensar que acaso estemos ante la presencia de un jugador con alguna ayuda extra natural que lo está encaminando a ser uno de los monstruos del deporte mundial.
Cuando Raquel todavía lo tenía en su vientre, se inspiró leyendo la Biblia y decidió ponerle Emanuel (cuyo significado es Dios con nosotros), nombre profetizado por Isaías, en el capítulo 7, versículo 14 del antiguo testamento y proclamado por San Mateo en el capítulo 1, versículo 23 del Evangelio.
El tiempo pasó y en su tercera temporada, “Manu” es el goleador de los Spurs, con 22,8 puntos por juego, lidera en recuperos, con 3,20 y se ubica segundo en asistencias (4,2) y tercero entre los reboteros, con 6,4.
--La tercera temporada generalmente se toma como bisagra, ¿la asumís como tal? --Sí. Creo que toda temporada tiene su desafío. En la primera tenía que demostrar que podía jugar acá, la segunda valía mucho por un buen contrato y ahora pasa por mantenerme, consolidarme y darle la razón al equipo de porqué me dieron un buen contrato, además de buscar el campeonato. Creo que todos los años uno se pone presiones, desafíos y tiene responsabilidades.
--¿Y este desafío lo asumís con mayor tranquilidad? --El desafío es más o menos igual. Siento como que no tengo que demostrar nada y que pertenezco al mundo de la NBA. Tengo que demostrar que valgo todo lo que apostaron en mí y que puedo hacer salir campeón al equipo junto a mis compañeros.
--En el abanico de posibilidades ofensivas, ¿te utilizan como opción en mayor cantidad de sistemas? --Puede ser que se haya incrementado el caudal de juego. Estoy teniendo más balones a disposición, me siento más responsable de lo que pasa en el equipo, aunque sigo siendo la opción número tres, algo que no va a cambiar. De todas maneras, a lo largo de un partido, donde hay tantas posesiones, creo que me están tocando más.
--¿Para las defensas seguís siendo la tercera opción o sentís un seguimiento más marcado? --Ehhh, los equipos se preparan mucho para defender a Duncan y saben que el segundo más peligroso es Parker, por el desequilibrio individual, en cambio conmigo se cuidan más en detalles, como que no dejarme cargar al rebote ofensivo, en las penetraciones o en los robos, pero me parece que para defensas especiales ellos dos se llevan mayor atención.
--¿Y en el liderazgo con la gente ocupás, por tu personalidad comparada a la de Duncan y Parker, casi que estás en el número uno? --Es difícil de evaluar. Me siento muy querido, el tema es que Duncan es el mejor jugador del mundo y, si bien no transmite mucho, la gente lo adora por lo que ofrece adentro de la cancha. Lo mío pasa más por ser latino y hacer jugadas medias raras, por eso puede ser que llame más la atención, pero Duncan es Duncan.
--Con Duncan, ¿cómo asumen la chapa de candidatos? --Sabemos que son pavadas. Nunca nos dejamos llevar por lo que piensa la gente o la prensa. A veces te ponen de candidatos y otras último, pero vos tenés que romperte todo para jugar de la misma manera cada partido, por eso, por más que te pongan de candidato te puede pasar lo que a nosotros, que perdimos por 20 con Seattle y le ganamos por 20 a Sacramento. No hay que dejarse llevar mucho por lo que sale en los diarios.
“En Bahía disfruto como siempre”
--¿Estás más tranquilo en Estados Unidos, donde los famosos abundan y podés pasar un poco más inadvertido? --Más tranquilo porque acá prácticamente a partir de ahora hago mi vida regular, en cambio cuando estoy allá es con mucho más ritmo y no paro un segundo, pero no quiere decir que allá no este tranquilo. Es más, cada vez que voy, en Bahía disfruto como siempre.
--¿Después de este regreso tuviste que cambiar algo de tu ritmo habitual? --No, para nada, todo sigue igual, la gente nos trata muy bien a todo el equipo, está muy entusiasmada con el plantel.
--¿Y personalmente tenés que ponerte más límites por la relevancia que fue cobrado tu figura a partir de la extensión del contrato? --No, es más o menos lo mismo que la temporada anterior. El gran cambio fue cuando el equipo salió campeón. Y esta vez me felicitaron mucho por los Juegos Olímpicos y el casamiento, pero simplemente gente que se acerca, te saluda y nada más.
--¿Tu contrato largo, junto con la renovación de Parker por seis temporadas, es una estrategia que deportivamente beneficia a ambos? --Creo que nos beneficia individualmente y como equipo. De los que estamos en el equipo y más jugamos la mayoría tenemos contrato por más de cuatro temporadas. Y eso te da cierta tranquilidad, porque sabés que si todo va bien se va a mantener el grupo por mucho tiempo. Ya somos muchos: Rasho (Nesterovic) firmó por seis temporadas, a Tim creo que le quedan cuatro, al igual que a Malik (Rose), Brent Barry firmó por cuatro y ahora Tony y yo. De esta manera estás más tranquilo que cuando sabés que en unos meses vas a ser agente libre; en esa situación alguno puede tirar para su lado.
--¿Se nota eso en este nivel o adentro de la cancha se comportan de la misma manera? --Se nota a largo plazo, durante una temporada, no en un partido, una semana o un mes. Pero más importa la clase de jugador y persona que firman, porque hay equipos que por más que tengan jugadores con contratos por cinco temporadas van a hacer la suya y no les importa nada. Vale mucho el material humano.
“Nadie me consultó nada”
--¿Cuánto te parece que puede afectar el alejamiento de Magnano de la Selección? --Va a afectar porque llevaba muchos años, con varios logros. El que llegue tendrá muchísimas responsabilidades y obviamente será muy complicado obtener los mismos resultados. Rubén era uno más del equipo, por eso así como dejó (Alejandro) Montecchia o (Hugo) Sconochini se fue Magnano y habrá que reemplazarlo. Obviamente la idea de equipo será la misma y muchos sistemas serán los mismos, porque nos sentimos cómodos, por eso hay que agradecerle mucho todo lo que hizo y desearle suerte, porque es un camino inevitable que debe tomar para su crecimiento.
--¿Los dirigentes consultaron a algunos de los jugadores para ver quién les interesaba a ustedes como sucesor? --A mí nadie me consultó nada, no sé al resto.
--¿Considerás que consultar sería una buena opción? --Sí, ¿cómo no? De todos modos no quiere decir que nos pregunten y cumplan lo que decimos. Por ahí piensan que los jugadores pretenden a uno u otro, pero hasta que no hablen con el jugador no pueden saber a quién pretende. Creo que sería una buena opción.
--¿Tenés alguno en mente? --Creo que cualquiera de los tres que se están evaluando se encuentran capacitados para tomar la posta.
--¿Hablás de Néstor García, “Oveja” Hernández y “Huevo” Sánchez? --Ehhh. ¡Ah! Cuatro, Julio (Lamas) también. No tengo favoritos. Simplemente si consultan daré mi opinión.
--¿Opinás que sería bueno mantener el grupo de asistentes? --Depende de cada técnico, con quién se sienta cómodo. Soy de la idea de que deben llevarse los mejores. No veo el porqué que cada técnico tenga que llevar dos con los que se sienta cómodo y nada más. Para mí un equipo nacional debe contar con los mejores, obviamente un par de que sean de mucha confianza y que realice trabajos específicos. Por ejemplo “Tolca” (Enrique Tolcachier) era utilísimo con Magnano para los scouting y demás.
El proceso de “Chapu” Nocioni y Carlos Delfino
--¿Cómo estás viendo a Nocioni y Delfino? --Bien. A Delfino como se esperaba. Se encuentra en una situación similar a mí hace dos años. Llegó a un equipo muy armado y esquematizado, que tiene jugadores que entienden muy bien su rol, por eso tendrá que buscar su lugar para insertarse, por lo tanto va a costarle un poco. En cambio “Chapu”, por el tipo de equipo en el que está, donde no hay grandes figuras y son casi todos chicos, cuenta con más posibilidades de demostrar su potencial y, además, físicamente y con la intensidad que lo caracteriza, sin dudas que completará una buena temporada. Los dos están en proceso de adaptación y todavía tienen muchísimo que entender.