Chau… que te vaya bien

No hay secretos, Boca defiende para campeón y sus jugadores tienen intacto el amor propio y la ganas de ganar.

Cada jugada es al límite, lo que no es poco. Y en la conjunción de las individualidades y la estrategia Boca se hace fuerte. Por libreto e intérpretes. River poco pudo hacer más que poner voluntad para levantar un partido que llegó a perder por 18 puntos.

Anoche en el estadio de River se vio por primera vez en la serie un poco del calor del clásico, una centena de hinchas de Boca le hicieron el aguante al equipo y se llegaron a Nuñez, aunque igual fueron tapados por numerosos hinchas de River que dieron el color necesario al partido.

Desde el principio Boca pudo imponer su juego de defensa dura y contraataque, incluso Paolo Quinteros terminó dos veces dos contraataques con tiros de tres puntos. En el inicio fue un duelo de goleadores, mientras Mázzaro sostenía a River, Quinteros lo hacía en Boca.

En el segundo cuarto, cuando River quiso profundizar el juego se encontró una muralla infranqueable: Martín Leiva. El pivote de Boca realizó un gran trabajo defensivo no sólo en sus duelos personales sino en la privación del espacio aéreo. La diferencia al final de los primeros 20 minutos, era de siete: 47-40, todo por la defensa visitante.

Cuando el tercer cuarto recién nacía, Boca sorprendió con un parcial 9-0 que lo alejó a 16 (56-40), distancia que pronto se amplió a 18 (60-42). El tercer cuarto no tenia cinco minutos jugados y la diferencia hacía presagiar que el partido se liquidaba ahí mismo.

Pero el equipo de Guzmán se jugó el resto, a conciencia que se quedaba afuera de la temporada. Se hizo mucho más firme en defensa y provocó 5 pérdidas de Boca pudiendo correr el contraataque.

River buscó sin suerte el cambio en el perímetro con doble base: Picarelli – Oprandi o Fernández – Oprandi. Lo usó a Mázzaro junto con Smith o con Byró. Nada le resultaba.

Hasta que en el inicio del último cuarto, dos triples seguidos de Herman Smith abrió el camino desde lejos y achicó las distancias. De apoco River limó la diferencia hasta igualar sorprendentemente en 67 a los 2.40 del pasaje final.

Pero a la noche le quedaba una carta sin jugarse. Sergio Hernández mando al goleador Quinteros al banco y dejó a Wilson al lado de Malara. Byron fue fundamental en la victoria. Cuando todo se hacía cuesta arriba para su equipo metió tres triples seguidos destrabando la situación por talento propio.

Luego tuvo la personalidad de ir a la línea de libres y convertir 4/4 para poner el broche convirtiendo 14 puntos en el último cuarto.

River se vio frustrado en el intento de jugar acciones de rompimientos hacia el canasto ya que Boca le levantó un muro inquebrantable. Ni Strong (que salió a poco del final lesionado por un golpe), ni Andrés Rodríguez pesaron en la pintura.

La temporada 04/05 entre Boca y River se va con una goleada histórica. El nueve a cero quedará grabado en sus hinchas, como recuerdo que se atesora para siempre. Ahora Boca piensa en las semifinales, piensa en más, en seguir. Porque su apetito de campeón está intacto.

Síntesis
River Plate (78): Lucas Picarelli 3, Julio Mázzaro 24, Herman Smith 14, Carlos Strong 10, Andrés Rodríguez 11 (x) (FI) Mariano Byró 8 (x), Bruno Oprandi 5, Gustavo R. Fernández 0, Diego Crocce 2 y Sebastián Fernández 1. DT Mario Guzmán

Boca Juniors (92): Juan Sartorelli 13, Paolo Quinteros 22, Byron Wilson 19, Dwight Mc Cray 8 (x) y Martín Leiva 12 (FI); Matías Sandes 0; Diego Guaita 7, Fernando Malara 5, Alejandro Burgos 5. DT: Sergio Hernández.

Parciales: 23-24, 40-47, 59-66
Árbitros: Bellón – Bautista
Estadio: River Plate

Pablo Tosal
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