Vamos a la cancha, pero cuidado!!

El subcampeonato de la selección en el último mundial, la medalla de oro en los juegos olímpicos, la gran actuación de los jugadores argentinos en Europa, la participación de tres de nuestros jugadores en la NBA y la maravillosa perfomance de “Manu” Ginobilli sin duda contribuyó para que la pasión y el gusto por el básquet renaciera.

La parábola fue creciendo desde los clubes y sus dirigentes entusiasmados en conformar mejores equipos y de manera paralela la contención financiera de un país al que aún le falta mucho para salir del inmenso pozo en el que cayó pero que vive tiempos de tranquilidad en lo que respecta a temas económicos lo que permitió que se encararán campañas mas onerosas.

Si a esto le agregamos la cantidad de chicos que se sumaron a la práctica del baloncesto manteniendo el segundo lugar en la tabla de los deportes más populares según sus federados, arribaremos al final del movimiento con un mayor entusiasmo que deriva en el éxito momentáneo de la Liga Patagónica o en la atracción del público por ir a las canchas a alentar a su equipo.

Los números finales de la última temporada superan a los de la 2003/04 en la que, en la misma cantidad de encuentros, 373.040 simpatizantes se acercaron a los estadios, con una media de 942. Esto significa que se elevó la cantidad de público en un 48.83 por ciento.

La temporada de mayor concurrencia hasta el momento había sido la 1999/00, cuando 443.820 espectadores concurrieron en 406 partidos. El resúmen indica que, en la 2004/05, fueron a las canchas más hinchas en menos juegos.

La llegada de Regatas Corrientes colaboró para que las marcas crecieran. En el Estadio del Parque Mitre, se juntaron 71.870 fanáticos en 23 cotejos de Serie Regular. Un espectacular promedio de 3.125.

Peñarol, de Mar del Plata, fue otro de los conjuntos con mayor convocatoria: En 27 partidos de la Serie Regular, fueron 76.950 simpatizantes (2850 de promedio), número que se incrementó en los playoffs, donde jugó casi a cancha llena en 5 encuentros (5.300).

La tendencia es que los equipos del interior del país son los que apuntalan el fenómeno cosa que se contraresta con la Capital Federal en donde clubes populares como Boca y River jamás pudieron equiparar el nivel de entusiasmo logrado puertas adentro de la Argentina, por la sencilla razón, que en Buenos Aires el fútbol chupa cualquier movimiento.

Así pués Junín se transformó en una locura con tres equipos como protagonistas. Santiago del Estero se quedó afuera pero Quimsa se encargó de arrastrar multitudes, como Tucumán o Formosa que tuvo su ascendido al igual que Sunchales.

Ahora bien....CUIDADO...No hagamos la típica argentina...Protejamos lo conseguido. Los precios que se manejan en el mercado están elevando, de manera desproporcionada a lo que el deporte genera, los presupuestos de los clubes que prendidos en la carrera de pretender ser los mejores se mueven por territorios que no se encuentran consolidados.

Víctima del espejísmo que refleja un realidad social en efervecencia el básquet puede caer en la trampa mortal que ya vivimos en otros tiempos. Sin que los recursos genuinos aumenten no se vayan a creer que los hinchas serán los que sostendrán el mundo del básquet. No quiero ver a los dirigentes desesperados aumentando el precio de las entradas al comerse “la galletita” de poner un producto en escena que merece ser recompensado con la taquilla porque todo el progreso obtenido (que no es fácil lograr) se desmoronará como un castillo de cartas.

Salud al simpatizante del baloncesto argentino. Bienvenidos sean los records de convocatoria pero que el brillo de las nuevas luces no obnubilen nuestra visión....“Enciendan los candiles que los brujos piensan en volver”...

Carlos “Cachacho” Pascual
www.pickandroll.com.ar