Extra“horry”nario

Se habían juramentado que este juego sería diferente. Que tenían que entregar el corazón y que no podían caer derrotados sin dignidad al menos. Así fue como desde el comienzo la paridad se instaló en el encuentro. San Antonio más concentrado en la defensa y en los rebotes ofensivos para trabajar en el balance que no los sorprendiera desarmados en las contras de los dueños de casa. El primer cuarto los encontró arriba y el final de la primera etapa culminó 42 por bando

Pronto Duncan, con su cara de nada comenzó a bajar un recobre tras del otro y Ginóbili pudo penetrar rompiendo la muralla de Detroit para resolver individualmente o descargar para el gran Tim debajo de la tabla o para Horry desde el perímetro para que definiera con sus triples (uno sobre el final del tercer cuarto), en un preanuncio de lo que acontecería en el desenlaze del choque.

Sin embargo los anfitriones mostraban a un Billups encendido (32 puntos) que martillaba con sus lanzamientos y rompimientos dejando a ridículo a Parker que no sólo no podía detenerlo sino que además cuando subía la pelota no podía superarlo ya que el francés fue una sombra en la conducción perdiendo una importante cantidad de pelotas que le daban vida a un Pistons más impreciso que en los dos primeros juegos.

Los Wallace no fueron tan determinantes en las pinturas y Hamilton estuvo mejor marcado por Bowen. Sólo algunas de las razones que explican la recuperación de los Spurs que arribaron al final del encuentro con el marcador disponible para ser arrebatado. Fueron momentos haciagos ya que el gran Duncan que por entonces llevaba 25 puntos y 13 rebotes marró 6 tiros libres seguidos más la corrección de la última bola del tiempo reglamentario tras una mandada de Manu que terminó merodeando el aro sin que la mega estrella de los Spurs pudiera corregir provocando el tiempo extra igualados en 89

Después fue todo muy emotivo y cargado de nerviosismo con los dueños de casa dominando el score hasta último momento cuando el fenomenal Horry metió una volcada memorable y nuevamente la osadía de Ginóbili desparramó la defensa de los Pistons para revertir hacia más allá de la línea de triples una bola que el propio Horry, en llamas, se encargó de convertir con un disparo certero que pegó en el medio del corazón de los de Larry Brown.

No obstante, los Pistons tuvieron el último balón en los 5 segundo finales más largos de la serie pero una férrea defensa de Parker sobre Hamilton le permitió al francés redimirse de una floja noche para forzar al artillero local a sacar un tiro forzado y desprolijo que no tocó el aro quedando la pelota en poder de los San Antonio que quedaron a un paso del título

Carlos “Cachacho” Pascual
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