Ganó Ciclista, entraron los dos

Lo merecía Ciclista. Por su dirigencia y Adrián Capelli, quienes le dieron buen destino a un modesto presupuesto. Por este DT que le dio fisonomía y actitud a un conjunto al que no le sobra talento individual pero tiene la intensidad, solidaridad e inteligencia (hay oficio y cada uno sabe su rol) para codearse con los mejores. Y ganarles.

Por la hinchada, que ayer llevó 250 fanas a Núñez para darles fuerza a los jugadores. Se nota que hay comunión entre las partes. Se ve en la cancha y en la campaña del equipo (8-6), que ayer bancó la parada (85-81) y se llevó, sin sufrir, la clasificación para el Súper 8. De River no se puede decir lo mismo. Poco queda de un inicio (5-0) que ilusionaba por potencial y juego.

Hoy, tras siete derrotas en nueve partidos, sólo queda el potencial, pero da la sensación de que, si no hay un golpe de timón, con eso no alcanzará. Sus vaivenes emocionales (representados en Mázzaro), el desorden y juego individual en los que cae en largos ratos (Lábaque y Ruiz Moreno, responsables principales) lo carcomen, sobre todo ante un rival ordenado como Ciclista, que el domingo ya lo había dejado en 55 puntos. Los de Guzmán tuvieron suerte y clasificaron igual. ¡Gracias a Boca!

La diferencia de juego colectivo había quedado reflejada en el primer tiempo. Daba gusto ver jugar a un equipo con defensa, sacrificio y claros conceptos ofensivos. La marca fue decisiva. Capelli puso a Carabajal para presionar y cansar a Lábaque. Y el petiso lo hizo muy bien (Bruno no anotó), además de conducir con criterio.

Cangelosi fue aún más valioso: frustró a Mázzaro (dos puntos) y se le escapó en ataque (17). River, que tuvo el desequilibrio de Lyde en el cuarto inicial (12 y seis rebotes), perdió el orden, careció de armas confiables y en defensa pagó porque robar pelotas no es lo igual que defender bien en bloque. La visita llegó a ganar 43-31.

El local buscó meter en juego a Mázzaro pero Julito estaba bloqueado (2-10 de cancha). Ciclista, con una defensa agresiva y de buenas ayudas, más una buena ejecución ofensiva, se alejó 64-46 a 3m17. Ahí, tocado en su orgullo, despertó River.

Lábaque y Ruiz Moreno arriesgaron aún más y empezaron a acertar, Burgos y Lyde ponían cortinas y Spillers sacaba ventajas cerca del aro aprovechando el bajón visitante. Fue un parcial de 25-9 que puso el 71-73 a 6m04. Pero el local siguió apostando, sin suerte, al tiro externo y al talento individual. Un solo libre de Costa (84-81) le abrió la chance de empatar pero a Mázzaro no le salió ni el tiro (triple) del final a dos segundos.

Ciclista bancó como pudo, con el equipo, con entrega, con defensa, con la hinchada.... Y se fue a Junín delirando por la clasificación. Lo tenía bien merecido.

Síntesis
River Plate (81): Bruno Lábaque 8, Julio Mázzaro 4, Maurice Spillers 21, Kevin Lyde 22, Sebastián Cabello 2 (FI), Alejandro Burgos 2, Jorge Sánchez 2, Enzo Caferatta 0 y Leopoldo Ruiz Moreno 20. DT: Mario Guzmán.

Ciclista de Junín (85): Agustín Carabajal 6, Juan Cangelosi 22, Derrick Bryant 11, Andrés Rodríguez 16, Christopher Jackson 13 (FI), Fernando Martina 2, Rafael Costa 13 y Mauro Bulchi 2. DT: Adrián Capelli.

Parciales: 21-23, 40-50, 58-68.
Árbitros: Ramallo - Mendoza
Estadio: Micro Estadio de River
Fuente: Julian Mozo - Diario Olé
Notas Luis Patricio López - Prensa River
Foto Olé