Gallo de riña

Una situación no anula la otra. El triunfo de Estudiantes es inobjetable, su defensa fue el eje de la victoria y tuvo una gran incidencia a la hora de confundir y desarticular la ofensiva del local. Eso es inapelable.

También la saliente tarea del equipo de Hernán Laginestra se conjugó con la actuación más decepcionante de Quilmes en lo que va de la Liga.

Como dato para graficar la historieta vale decir que la mayor puntuación de Estudiantes de Olavarría en 9 partidos de esta Liga de visitante fue de 87 puntos en Junín contra Ciclista en la primera fase, cuando perdió 96-87. Anoche realizó su segunda mejor ofensiva de la temporada de visitante pero ganó.

Al mismo tiempo Quilmes jugó su segundo peor partido de local en el año. El primero fue un partido absolutamente atípico ante Libertad, después del choque en la ruta, cayó 68-83.

En la primera fase hizo dos veces 75 puntos a favor en Once Unidos. Primero en la victoria ante Madryn 75-59 y luego en la derrota con Comodoro 75-79. Con plantel semi completo (faltaron solo Pierdominici y Gil), la derrota de anoche con Estudiantes de Olavarría fue lejos la peor de todas de local.

Los números son contundentes, el partido fue atípico. Un Estudiantes combativo, disciplinado y trabajador, chocó con un Quilmes que rápidamente se sumió en la anarquía, el individualismo y por último en la pobreza. El resultado es fiel reflejo.

Vamos a la crónica: el primer cuarto fue empate en 19 porque cada equipo fue espejo del otro. Para virtudes y defectos. Veamos Quilmes: 6/11 en dobles, 2/3 en triples, ½ en libres, 3 pérdidas. Veamos Estudiantes: 6/15 en dobles, 2/4 en triples y ½ en libres, más 3 rebotes ofensivos.

En el segundo cuarto estuvo el primer quiebre del partido, después de un comienzo palo y palo (30-30 a falta de 3.00), Quilmes fue a zona para proteger a sus jugadores y Estudiantes metió 3 triples seguidos (30-39), chau zona y chau paridad.

El tercer parcial fue muy parecido al segundo. La defensa de Estudiantes anuló dos situaciones claves de Quilmes: el perímetro y el contraataque. Entonces al cervecero se le hizo cuesta arriba y el duelo del juego interior era propiedad de Antonio García. Pedro Calderón, habitualmente infalible, lució muy errático (3/12 en dobles).

La distancia al ingreso del último segmento era de 9: 53-62 y todo el control en la mano de Estudiantes. Pero Quilmes comenzó el cuarto con una gran intensidad defensiva y metió un parcial 8-0 (61-62) en solo dos minutos.

El partido parecía incierto, pero el pedido de minuto de Laginestra devolvió calma y con la buena conducción de Picarelli, más el aporte de Ale Díez (Gran figura) volvió a mandar en el partido.

Quilmes se apuró y quiso descontar con un solo doble que valga 8 puntos. Se precipitó y careció de todo orden. Y cuando tuvo un tiro a pie firme para acercarse lanzó 2/10 en triples en apenas 8 minutos. Imposible sostener un partido ofensivo donde el individualismo era el eje y los malos porcentajes el sustento.

Con solvencia Estudiantes sentenció una gran victoria que lo deja muy firme en la tabla (empata el 6to lugar con River) y sueña con más. Ayer debutó Andrés Lopresti (lució falto de basquet) en reemplazo de Juan Manuel Iglesias. Cuando el base titular vuelva, el bataraz estará muy fuerte.

Quilmes cerró en 40 minutos lo peor de la temporada, que no se condice con lo que mostró en toda la segunda fase, un equipo luchador, que sabe lo que quiere. Anoche hubo que pedirle los documentos para reconocerlo en cancha. Quedan los minutos conmovedores de Esteban de La Fuente y poco más….muy poco nada menos que en la antesala de un súper clásico.

Síntesis
Quilmes (74): Leandro Lauro 13, Juan Pablo Sánchez 9, Byron Wilson 15, Patrick Savoy 10, Claudio Chiappero 10 (FI) Pedro Calderón 8 y Esteban De la Fuente 9. DT Javier Bianchelli.

Estudiantes (86): Lucas Picarelli 12, Federico Marín 6, Eric Martin 20, Alejandro Diez 17 y Gerardo Barrera 0 (FI) Antonio García 13, Eduardo Calvelli 7, Andrés Lopresti 3 y José Muruaga 8. DT Hernán Laginestra.

Parciales: 19-19, 36-41 y 53-62
Árbitros: Bellón y Aluz
Estadio: Once Unidos (900 espectadores)

Pablo Tosal
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