De Hazmerreír a Héroe

El caso “Mauro Bulchi” lo hemos debatido radialmente en pick and roll por el 103.7 MHZ de Mar del Plata pero lamentablemente nunca lo llevamos a la web, hubiera servido hoy para ahorrarnos una líneas que considero indispensable para comenzar con la nota a manera de prólogo.

En principio, la sociedad tiene muchas reticencias a hablar del sobrepeso porque lo confunde con la discriminación. Lejos estamos de generar una estupidez semejante a un acto de discriminación, o caer en el tema de un hecho estético. Cercano en mis afectos y en mi entorno tengo profesores en Educación física que levantan banderas en contra de los emporios de las marcas elitistas en el deporte que generan un biotipo de chico lindo y “agradable” a la vista.

Así es la sociedad en general y el básquetbol en particular, en un ambiente donde se fomenta desde muy chico, en cada gimnasio, el hecho estético (la remerita de marca, la zapatilla, los músculos marcaditos) por sobre las cuestiones de salud, que es lo único que verdaderamente importa.

El caso Mauro Bulchi es únicamente condenable desde ese punto de vista. Una persona que mide 2.01 mts y pesa 150 kilos esta excedida, por varios kilos, de peso, y la Liga Nacional debe hacerse cargo que el corazón de un deportista en exigencia plena sea satisfactorio. Para que nunca más haya casos como el de Gabriel Riofrío en una cancha argentina. Fin de la introducción necesaria.

Ahora bien, el comportamiento de la gente, aunque burdo es lógico. Bulchi es el blanco predilecto de las cargadas de todas las hinchadas del país cuando ingresa a la cancha, su físico voluminoso jamás pasará inadvertido y desde allí comienza un ida y vuelta de cargadas, gritos y demás. Hasta allí el folklore.

Pero de repente sucede algo que cambia la mano. Imaginemos a cualquier hincha de Ciclista un día antes del último clásico con Argentino respondiendo el siguiente interrogatorio:

Pregunta: ¿cómo te gustaría ganarle a Argentino, acaso por 30 puntos?
Respuesta: nooo, por un punto en el final, en el último segundo, y si Dios es bueno con nosotros que sea en suplementario. Si no pido mucho, remontando una diferencia imposible en los últimos segundos.

Pregunta: ¿y quien quisieras que meta el doble del final?. ¿Cangelosi? ¿Jackson?
Respuesta: Nooo, Mauro Bulchi, ni hablar.

O bien Dios es de Ciclista o al Club Argentino de Junín lo maldijeron las brujas, algún hechizo en su contra ligó. Pero todo tiene que ver con las formas. La cerrada derrota y el protagonista más curioso de la noche.

Nacido el uno de junio de 1983, en la capital de Córdoba, ayer fue para Mauro Bulchi un día de entrevistas interminables. Humilde, para nada extravagante y de perfil bajo, el pivote de Ciclista vive su ingreso en la historia del básquetbol de Junín y de la Liga con curiosidad.

“todavía no caigo de lo que hice, por toda la magnitud que tuvo y por lo que me dijeron va a tener por siempre”, señaló Bulchi a una nota concedida al diario La Verdad de Junín.

“Pensaba que no iba a entrar más, pero cuando el árbitro dijo que faltaban cuatro décimas y que había tiempo sólo para una cachetada, Adrián (Capelli) me llamó y me hizo entrar por Agustín (Carabajal). Y se dio la jugada. Cuando tiró Juanchi (Cangelosi) yo estaba con Eslava por la derecha y a Acosta por la izquierda. La pelota salió para mi lado, ellos se quedaron, no levantaron lo brazos. En cambio, yo salí a buscarla y la toqué con la zurda y por suerte entró”, expresó el jugador del momento.

“Después fue increíble lo que me hizo sentir la gente, la mayoría del estadio me vino a saludar y cada uno me dijo algo distinto sobre la sensación que tenía y eso es lo que más feliz me hace. No me sentí ídolo, son partidos, más allá de la importancia que significa ganar un clásico. Te juro que la gente es increíble, era de madrugada me seguían llevando al aro y me hacían repetir la jugada, ahora no sé que piensan hacer con mi mano izquierda (se ríe). Pero ya pasó. Tengo que seguir pensando en el futuro y no me tengo que quedar sólo con este recuerdo”, destacó.

El tema de su físico no es algo de lo que Bulchi no se haga cargo, todo lo contrario, se manifiesta superado por el problema: “Por mi físico, viví momentos difíciles, pero yo ya estoy acostumbrado, ya lo tengo asimilado. En todas las canchas que voy siempre soy el “punto” del equipo, al que más insultan. Siempre fui el “Gordo” Bulchi y ya lo tengo completamente asumido. Si vos le das importancia, es un carga para uno. Yo sé el defecto que tengo y lo trato de solucionar, pero nada más. Por ahora es todo a favor, todavía soy joven y puedo solucionar ese problema. Dentro de unos años tengo que estar un poco más liviano, sino las piernas no van a aguantar ... (risas). Hago una dieta especial, ya que el preparador físico me tiene cortito. Es algo hereditario. En mi familia son todos de contextura grande”.

El hombre del momento en la Liga Nacional. No hay culpables del descenso de Argentino más que los propios jugadores de Argentino, pero Bulchi quedará en la historia por ser el que metió la estocada final, en el momento justo, el día indicado. Puesto allí como enviado por un Ser Superior.

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar
Nota: Diario la verdad
Foto: Mauro Bulchi convierte el doble ganador
La Verdad / Junín