El “bueno” se juega en el play off

Un partido de locos en Once Unidos. Como se dice habitualmente, Boca lo traía a Quilmes como “chico para el colegio”. Dominaba todos los sectores de la cancha, el juego, el tablero. A falta de 3:30 sacó una máxima de 17 puntos: 63-80 y todo hacía prever un final tranquilo para el xeneize.

Quilmes se jugó la heroica en el final y logró ponerse a dos de la mano de un Byron Wilson sensacional (18 puntos en el cuarto) y la defensa de conjunto pero erró el tiro del final que le hubiera dado la victoria y habría quitado el sabor de jugar play off entre si.

El primer tiempo fue todo de Boca. Con el gran caudal de gol de Paolo Quinteros (12 en el primer cuarto) la visita tuvo como lastimar la defensa quilmeña, algo que por el contrario partida, Quilmes no encontró.

A Quilmes jugar en ofensiva cinco contra cinco le cuesta una enormidad, pero si se le agrega desprolijidad, termina como anoche: sufriendo el contraataque del rival. Es decir, no solo atacó con carencia de gol, además con los tiros forzados y el mal balance defensivo permitió algo que habitualmente no permite: que le corran la cancha para convertirle goles fáciles. Así, mientras Boca disfrutaba del contraataque, Quilmes penaba en las dos áreas.

El segundo cuarto de Martín Leiva (8 pts) fue decisivo para su equipo que profundizó sus ataques en el corazón de la defensa quilmeña. El local extrañaba a Savoy (4 pts) y Wilson (6). Los extranjeros de Quilmes no le daban nada al equipo.

En el segundo tiempo Savoy siguió igual, pero Byron Wilson se despertó en ofensiva mientras que en defensa lo sufrió mucho a Malara (tres dobles seguidos). Quilmes se puso el overol para defender con el ingreso del pibe Nicolás Grecco coincidiendo además con la salida de Savoy.

Quilmes sobrecargó muy bien la tabla rival (6 rebotes ofensivos) y las segundas instancias lo mantuvieron vivo. Boca se mantuvo con dos triples oportunos (6/10 en el partido hasta allí) en el marco de un partido que ya entraba en terreno de fricción y aspereza. Para colmo los árbitros Settembrini y Vaisman una vez más dejaron en claro que este no es su año y que necesitan prontas vacaciones.

En el cuarto final, Boca tomó distancia nuevamente con la aparición de Malara (dos triples), pero el reingreso de Pedro Calderón le trajo a Quilmes presencia en la pintura. Entre Leiva y Bishop tuvieron muchos problemas para defender su canasto. De hecho Quilmes terminó el partido con un raro dato: tomó más rebotes en ofensiva que en defensa (20+16).

Con una buena ráfaga de Diego Alba, Boca tomó 17 puntos de distancia (80-63) a falta de 3:30. Allí comenzó un unipersonal de Byron Wilson que hizo 15 puntos en un ratito. Dos triples de 8 metros, 7 puntos de rebotes ofensivos, goles de todos los colores. Boca perdió dos veces la pelota por la haberse agotado el tiempo de posesión sin lanzar al aro, tomó algunos tiros muy complicado, perdió la línea, se quedo sin rebotes y Quilmes se le vino encima.

Cuando más sufría apareció Paolo Quinteros con un triple oportunísimo para llevar el partido 76-83. Quilmes respondió con Wilson y Calderón, mientras Malara metió uno y uno desde la línea y Alba un doble para una distancia de 5 (81-86), otro triple inverosímil de Wilson acercó a 2 puntos: 84-86.

Quinteros fue a la línea y sólo metió uno (84-87) y lo cortaron con foul a Leandro Lauro, que metió el primero y tiró a errar el segundo. El rebote se perdió por el lateral quedando para Quilmes. Con dos segundos en el reloj hubo tiempo de pasarle la pelota a Wilson que falló el tiro del final. Al final, la mucha gente de Quilmes que fue al estadio se fue con satisfacción al enterarse que el rival para los play off es justamente Boca. A pesar que chocan el 5to y el 12do el interparejas habla a las claras que hay un marco de paridad que llena de incertidumbre y expectativa el play off que viene.

Síntesis
Quilmes (85): Esteban Pierdominici 5, Juan Pablo Sánchez 6, Byron Wilson 33, Patrick Savoy 6, Claudio Chiappero 6 (FI), Leandro Lauro 5, Pablo Gil 9, Pedro Calderón 15, Facundo Piñero 0 y Nicolás Grecco 0. Entrenador: Alejandro Mangone.

Boca Juniors (87): Diego Alba 14, Paolo Quinteros 28, Fernando Malara 15, Kenneth Williams 2, Martín Leiva 14 (x) (FI), Anthony Bishop 5, Matías Sandes 2, Luis Cequeira 0, Fernando Funes 6, Leonardo Peralta 1. Entrenador: Carlos Duro.

Parciales: 16-22, 36-46, 54-65
Jueces: Roberto Settembrini – Claudio Vaisman
Estadio: Once Unidos (1600 espectadores)

Pablo Tosal
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