Luego de culminado el juego, parte de la parcialidad local no solo intentó agredir a la hinchada visitante que se hizo presente, sino que además intentó (y luego logró) abrir una puerta que se encontraba cerrada con candado, incluso, ante el pedido de Acosta y Martina a que no lo hagan.
Si bien por televisión solo se vieron imágenes, ya que tanto Altamirano como Pérez se encontraban en zona de vestuarios y no pudieron apreciar lo ocurrido, se percibió que la policía utilizó gases fuera del estadio para dispersar a los irracionales hinchas, como también se pudo apreciar que hubo un par de personas que debieron ser atendidas producto del efecto de los mismos.
Cabe destacar que en horas del mediodía, cuando Sionista realizó la última práctica, el micro que los trasladó sufrió algunos impactos de piedras arrojadas por simpatizantes de Regatas.