Nada es casual

“El periodismo no es policía, ni censor, ni fiscal. El periodismo es, ante todo, un testigo acucioso, tenaz, incorruptible, apasionado por la verdad, pero solo un testigo. Su poder moral reside, justamente, que se sitúa a distancia de los hechos, mostrándolos, revelándolos, denunciándolos, sin aceptar ser parte de los hechos. Responder a ese desafío entraña una enorme responsabilidad. Ningún periodista podría cumplir de veras con esa misión, si cada vez, ante la pantalla en blanco de su computadora, no se repitiera: LO QUE ESCRIBO ES LO QUE SOY, Y SI NO SOY FIEL A MI MISMO NO PUEDO SER FIEL A QUIENES ME LEEN. Solo de esa fidelidad nace la verdad. Y de la verdad nacen los riesgos de esta profesión” Tomas Eloy Martinez

Es probable que nunca sepamos la verdad, aunque la intuimos, del porque de las amarguras que pasan los esforzados periodistas que no están enrolados en las filas del imperio. Porque aquel que quiera plantear un debate para que salga a la luz la mugre que nos rodea, la pasa mal, no es novedad.

Torneos y Competencias, el mecenas del deporte profesional en la Argentina, ha logrado la complicidad casi-delictiva, de los dirigentes de los deportes mayoritarios que los clientes cautivos están obligados a ver en su pantalla. Detrás de este monopolio hay una cruel maniobra—advertida por periodistas valientes—que es la de desinformar y, mas que nada, que no se hable del juego en si.

En el fútbol quedan solo programas como “Fútbol de Primera” donde se ven ediciones y goles, “Libero” que solo muestra las caras de los DT y sus ritos, cuentan chistes de la época de Juan Verdaguer y el incitador a la violencia “El Aguante”. Pero del juego en si, de las tácticas o estrategias, nada de nada. Solo el programa de Víctor Hugo y “Tres en el fondo” del reconvertido Araujo pretenden instalar el debate en algunos temas que a Carlos Ávila y Julio Grondona les molestan.

En el básquet no es distinto, no hay programas que nos digan si tal equipo es mezquino, si aquel otro DT trabaja o si las tácticas defensivas han destruido el espectáculo. Nada de eso. Lo poco que hay, raya entre lo cómico y lo estadístico. Hoy a la tarde por una neumonía, lo vi a Esteban Camisassa decir cosas interesantes, como otrora Hernán Montenegro las planteaba. Pero hay que ver en que horario va ese programa y a cuanta gente llega.

Nada es casual entonces. Han desaparecido los programas políticos en los canales abiertos de Lunes a Viernes. Entonces los que miran a un travesti bailando y discutiendo con algún jurado fracasado, ni se enteran de porque pagan tal impuesto o que contribuyen de su bolsillo al fomento energético de Santa Cruz.

La distracción es permanente y al sistema le conviene. Y el sistema es T y C.
Los que abrazamos con la pasión mas feroz esta tarea, fue porque aprendimos a leer con Osvaldo Ardizzone, Dante Panzeri u Osvaldo Orcasitas. Aterra pensar que los paradigmas de hoy sean Niembro, Fantino, Nogueira o cualquiera que este en los grandes medios.

Nadie va a criticar a nadie con poder, seguramente se quedaría afuera de algún viaje. Y eso en periodismo complaciente es grave.

Ahora nos enteramos que el canal oficial, el que pagamos todos, contrata a Leandro Ginóbili para que comente el mundial. Una muestra más de que la objetividad será nula.

Eso excede el alcance del periodista honesto. Los que aman el básquetbol prefieren escuchar lo que dice Juan Carlos Meschini a lo que intente hacernos creer el hermano de “Manu”. Los que aún creen que la cosa volverá a ser transparente, quieren leer a O.R.O. o a Tosal que escuchar a Leo Montero contando sus aventuras en Las Vegas, relatando lucha o pidiendo al aire “un aplauso para el padre de Matias Bragagnolo que hoy nos visita”. Podemos estar de acuerdo o no con Mariano Grondona, con Orlando Barone, con Horacio Verbitsky , pero hay que leerlos. No hay opciones, al menos para saber que estrategia emplea el que está detrás de esas plumas, semánticamente brillantes.

La banalización inducida que se hace del deporte con fines de distracción, encuentra en TyC y sus esbirros, la mejor herramienta. Celebremos que Pickandroll, con este estilo provocativo que genera inexorablemente el debate, tenga a periodistas que no son tibios ni cómplices del poder de turno. El que es humilde con los poderosos, termina siendo poderoso con los humildes.

Ricardo Scazzino
(ricardoscazzino@hotmail.com)
Especial para www.pickandroll.com.ar