Aguante es lo que sobra

Argentina fue sumando méritos para que la invitación a soñar no sea simplemente la esperanza. El hecho de ser argentino siempre tiene el aguante del hincha para con el equipo y la selección siempre cuenta con el deposito de fe que recae por obra y gracia de la gente, casi a cambio de nada. A toda esa conjunción la selección liderada por “Manu” Ginóbili le agregó juego, capacidad (que siempre estuvo), pero fue necesario demostrar que no se había perdido.

La victoria ante Serbia y Montenegro deja más que un invicto y dos puntos en la fase clasificatoria. Bien mirada dice mucho. Dice que la selección no perdió el fuego ni para vapulear a rivales menores, ni para enderezar un partido desde la lucha contra un rival de jerarquía al menos parecida.

Porque comenzó a toda orquesta jugando el juego ofensivo más vistoso del mundial, pero Serbia que entiende como se juegan los clásicos abortó la pronta escapada Argentina y de la mano de una dupla maravillosa como Rakocevic y Milicic igualó el partido primero para luego comandarlo.

El juego de pases funcionó a pleno en el inicio. Algunas acciones ofensivas eran para armar un video y enseñarles el mejor y más puro básquet a los chicos. Pero el básquet se termina cuando empiezan los roces y Serbia tuvo la virtud de dar vuelta el partido desde la actitud combativa. Claro que para ganarle a Argentina tenía que jugar casi perfecto. Rakocevic y Milicic estaban muy dulces en ofensiva.

Hay que entender que Serbia se jugaba mucho ante Argentina (la chance de perder, ser cuarta y cruzarse con España) mientras que para los nuestros una derrota no significaba nada, el primer puesto estaba asegurado. Sin embargo pareció en todo momento que Argentina necesitaba ganar, por algo, quizás para seguir demostrándose a sí mismo que cuando un equipo une talento, solidaridad y ambición es invencible.

La distancia de 22-13 del comienzo pronto se diluyó y Serbia fue cargando el tablero con sus hombres altos. Scola y Oberto tuvieron muchos problemas para solidificar el canasto. Milicic era gigante (14 puntos y 6 rebotes hasta ahí). Por eso entró Wolkowyski a hacer lo que mejor sabe: defender, marcar, jugar para todos en defensa. El “Colo” jugó un partido grandioso en defensa que no pudo coronar en ataque. Si hubiera metido un par de los triples o dobles que tiró hubiera hecho bingo. Pero su tarea principal la aprobó con sobresaliente.

En el segundo cuarto Serbia tomó mínimas ventajas en un partido de tono parejo, pero el inicio del tercer segmento fue el disparador de la alarma. El conjunto balcánico sacó 8 de diferencia (40-48) y tenía el control del juego. Argentina desde allí dejó en claro que quería ganar el partido a costa de lo que sea. Se puso la ropa de fajina y trabajar.

Con Pepe Sánchez muy sólido en la conducción y Luis Scola enorme en ataque la diferencia se fue limando. Aunque la distancia siempre caía como mucho a cuatro y otra vez Serbia tomaba seis. Hubo 15 minutos de vaivén pero Argentina no lograba descontar. La defensa fue clave, ya que frenó a Milicic y Rakocevic, incluso con acciones de lucha y no de básquet. Así hasta Ginóbili cayó en el partido de la discusión. Trensándose en una pelea verbal con el goleador serbio.

La rotación de Hernández desde el banco fue menor a la habitual. Carlos Delfino, Herrmann y Wolkowyski fueron los suplentes con minutos. Prigioni entró en poco y Sánchez jugó desde la base casi todo el partido ¿Un anticipo de lo que se verá?

Fue justamente el “lancha” Delfino quien se encargó de dejar sentado que es un jugador NBA puro talento. Con tremenda autoridad tiró (y convirtió) dos triples seguidos para descontar los 6 puntos y meter la igualdad en 74. La siguiente buena defensa se pagó con un doble de Scola y Argentina otra vez arriba 76-74.

A falta de 2.30 era una guerra de nervios. Popovich metió un triple (76-77) pero para cerrar el partido Argentina realizó cinco defensas consecutivas de altísimo nivel, con carácter técnico, táctico y anímico. Sin dudas lo más rescatable para el futuro. Con un parcial 7-2 (todos tiros libres las conversiones argentinas), se cerró el juego.

Pepe Sánchez, Luis Scola, Rubén Wolkowyski y Carlos Delfino los destacados pero ningún jugador puede quedar afuera de la foto. Argentina lo dejó todo, defendió como equipo y se quedó con el invicto. Recién ahora pensará en Nueva Zelanda y los octavos de final, pero seguramente la gran preocupación es de los Tall Blacks.

Síntesis
Argentina (83): Juan Sánchez 9, Emanuel Ginóbili 13, Andrés Nocioni 12, Luis Scola 22, Fabricio Oberto 2 (FI); Carlos Delfino 14, Walter Herrmann 7, Rubén Wolkowyski 4 y Pablo Prigioni 0. DT: Sergio Hernández.

Serbia y Montenegro (79): Goran Nikolic 6, Igor Rakocevic 25, Miroslav Raicevic 0, Vule Avladovic 8, Darko Milicic 24 (FI); Botsjan Popovic 6, Branko Jorovic 6, Kosta Perovic 4 y Uros Tripkovic 0. DT: Dragan Sakota.

Parciales: 22-21, 40-41, 61-66
Árbitros: Carl Jungebrand (Finlandia), Michael Aylen (Australia) y Heros Avanessian (Irán).

Pablo Tosal
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