El jugador de la selección turca, Serkan Erdogan, considera que su equipo será capaz de ganarle mañana a Argentina, en el partido de cuartos de final del Mundial 2006, porque llega cargado de confianza y este año no depende de individualidades
Durante el día de descanso para los ocho equipos supervivientes del Mundial, Serkan Erdogan atendió a Efe en el hotel Urawa Royal Pines, en Saitama, al norte de Tokio, donde también se alojan las selecciones de España y Argentina.
Aunque acaba de pasar un año en Vitoria, enrolado en las filas del Tau Cerámica, el alero de 1,92 metros reconoce que se siente aún más cómodo respondiendo en inglés que español a las preguntas sobre su temible próximo rival, el actual subcampeón del mundo y campeón olímpico.
“Va a ser un gran partido, porque vamos a jugar contra uno de los mejores equipos del mundo. Nosotros tenemos la moral muy alta y mucha confianza. Será muy duro para nosotros pero también para Argentina”, señaló.
Aunque Erdogan considera a la selección argentina “favorita absoluta” en el choque, tiene muy claro que no es un conjunto invencible.
“Trataremos de pelear los 40 minutos y a ver qué pasa al final”, afirma desafiante.
Turquía llega a tope a los cuartos de final, después de haber dejado en la cuneta a Eslovenia, un equipo con cuatro jugadores de la NBA, y tras haber ganado a Brasil, Australia, Lituania y Qatar en la primera fase. Solo perdió contra Grecia (69-76), en un choque en el que Erdogan anotó 30 puntos, con 5 triples incluidos.
Contra Argentina, Erdogan considera que la clave estará en el planteamiento defensivo de su equipo, que precisamente se caracteriza por su garra y su mayor arrojo a la hora de disputar todos y cada uno de los balones en juego.
“Si queremos plantarles cara tenemos que hacer una defensa similar a la de ellos”, explicó.
El combinado turco se coló en el Mundial por la puerta de atrás, con una invitación de la FIFA (´wild card´) al no haberse podido clasificar por sus propios medios en el Europeo del año pasado en Serbia y Montenegro.
En ese torneo sólo pudieron ganar un partido, contra Bulgaria y tras una prórroga, a pesar de contar con jugadores NBA como Okur o Turkoglu. Al parecer el ambiente en el vestuario era de todo menos bueno.
En este Mundial, el seleccionador montenegrino, Bogdan Tanjevic, parece que ha dado con la fórmula para volver a crear un verdadero equipo, sin las dos figuras de la NBA que prefirieron centrarse en las carreras con sus clubes.
“Jugamos un baloncesto diferente al de años atrás, mucho más en equipo, y no pendientes de las individualidades. Por eso somos un equipo peligroso en este torneo. Además defendemos muy bien y en ataque jugamos los cinco”, explicó Erdogan.
“Estoy muy orgulloso de formar parte de este equipo nacional turco. Ahora me siento muy bien con la selección, no como el año pasado en Serbia y Montenegro”, confesó.