Inteligencia de campeón

Durante la Copa Argentina el planteamiento de Boca en ataque siempre tuvo como primera opción su juego interior. De la misma forma, los dirigidos por Eduardo Cadillac salieron en el primer cuarto del encuentro ante los comodorenses, buscando el uno contra uno en la pintura de Martín Leiva, o bien, la versatilidad de Leonardo Gutiérrez.

A diferencia de ese sistema, el campeón, sin contar con base natural en cancha, puso sus fichas al perímetro, y entre Gabriel Cocha y Pablo Moldú lideraron a un equipo que extrañó la efectividad de Leandro Masieri. Las faltas de sus hombres grandes se comenzaron a sentir en esos primeros 10 minutos, aunque la paridad no se alejó del tanteador.

En el segundo cuarto, y con Leonardo Gutiérrez descansando en el banco, el verde pudo sacar provecho. Vía Charles Jones o Gabriel Cocha, el sureño encontró la forma de romper la defensa xeneise, penetrando y haciendo diferencia, ante un Boca que se vio perdido en los dos costados de la cancha.

Con Raymundo Legaria también fuera, el juvenil Luis Cequeira tuvo que tomar las riendas de su equipo, y si bien no lo hizo mal, ni Oroná ni Fioretti fueron buenas opciones y necesito la vuelta de Gutiérrez para desplegar un mejor juego. Con el “olímpico” en cancha, el capitalino volvió a caminar, y volvió a hacer daño en la pintura a través de Martín Leiva.

A pesar de esto, el daño ya estaba hecho y fue Gimnasia quien llegó al descanso arriba por tres, 48 a 45.

La vuelta de vestuarios confirmó lo que se vio durante los primeros 20 minutos: la labor de Christopher Garnett fue floja, sobre todo en defensa. El moreno quedó fuera de partido promediando el tercer cuarto, con cinco faltas en menos de 12 minutos en cancha, y completando su planilla con 6 ptos. (2/2tl y 2/2t2), 3 rebotes (2 ataque / 1 defensa), 1 asistencia y 1 tapa.

Ese fue uno de los ejemplos del desgaste que realizó Boca en la pintura rival. Ya que si bien fue el único interno que dejó el campo de juego por infracciones, el resto, inclusive el juvenil Alessio, tuvieron que trabajar y mucho para poder remendar un sector del campo en el cual hizo daño el conjunto de Cadillac.

Leonardo Gutiérrez tuvo otro excelente cuarto, acompañado por Cequeira que desde la base no solo distribuyó mejor el juego, sino que además aportó puntos. El equipo de la provincia del Chubut se recostó sobre Pablo Moldú y este, cargando la bandera de liderazgo mantuvo al verde siempre a tiro, aunque finalizó abajo por dos en ese tercer chico, 68 a 66.

Para el arranque del último acto la situación parecía estar clara. El xeneise necesitaba mantener su política de gastar el juego interior del campeón, y este, no solo debería buscar la forma de resguardar su pintura, sino que además, conseguir los espacios en ataque suficientes como para llegar al cierre del partido, entero en lo físico y a tiro en el resultado.

Los de Fernando Duró buscaron esos espacios apostando a poner el balón en la pintura, algo que no había sucedido en demasía a lo largo de los anteriores 30 minutos. Con esa sobre carga cerca del canasto, generó los espacios suficientes para que Jones y Moldú en papeles protagónicos no solo reciban las descargas, sino además, puedan buscar el rebote en ataque con mayor libertad.

Sorpresivamente, el conjunto de Capital Federal comenzó errático el cuarto, y luego, como para poner un manto de duda aún mayor, buscó la solución en su perímetro. Rápidamente “Tola” pidió minuto, y pudo acomodar las piezas. Ese fue el mejor momento de Boca en el periodo, y quizás en el partido, debido a que pudo realizar ataques con participación activa de su quinteto.

Logró colocar el balón en la pintura, y cuando GyE intentó doblar en esa zona, encontró el gol exterior que le dio un aire de seis unidades (77 a 71) promediando el epílogo.

Gimnasia despertó, quizás por errores ajenos, aunque también con mucho mérito propio. El xeneise se envició con su búsqueda del poste bajo, y comenzó a darle el balón a sus hombres grandes, cada vez más lejos del canasto, beneficiando a la defensa. Con esto, el verde tuvo a su amenaza a más de cuatro metros del cilindro, pudiendo controlar tanto a Gutiérrez como a Leiva, y de esa forma, conseguir salir rápido y comenzar a manejar los hilos de un encuentro muy parejo.

A 1:40 para que terminara el partido, un certero triple de Gabriel Cocha puso al elenco de Comodoro Rivadavia arriba por un simple, 81 a 80 y esa fue una de las estocadas finales para Boca. Aún en carrera, el que hizo las veces de local en el estadio de Unión no consiguió anotar, ni de campo ni desde la línea y en frente se encontró cn la suerte del campeón.

Ganándole a la chicharra de los 24 segundos, Leandro Masieri encestó un doble de seis metros, con la defensa de Gutiérrez encima, que sentenció el match. Sobre el final, un triple de frente al canasto de Charles Jones le dio una luz de seis unidades a un partido que fue parejo de punta a punta, y que no tuvo una diferencia tan amplia dentro del rectángulo de juego.

Síntesis:
Boca (82): Raymundo Legaria 8, Gustavo Oroná 3, Damond Williams 4, Leonardo Gutiérrez 24 y Martín Leiva 14 (inicial); Slider 3, Fioretti 6, Cequeira 16 y Lázaro Borrell 4. DT: Eduardo Cadillac.
Gimnasia (88): Pablo Moldú 15, Gabriel Cocha 18, Charles Jones 10 (X), Jervaughn Scales 14 y Christopher Garnett 6 (X) (inicial); Nicolás De los Santos 4, Matías Subiabre 0, Leandro Masieri 15, Ruperto Herrera 4 y José Alessio 2. DT: Fernando Duró.

Parciales: 25 - 22 / 45 - 48 / 68 - 66
Árbitros: Pablo Estevez - Sergio Cameronés.
Estadio: Angel Malvicino (Unión de Santa Fe)

Emanuel Niel
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