Confesiones de un nuevo ídolo

“No se si lo gané yo o no. En ese momento le di una mano muy importante al equipo. Creo que la necesitaba y era mi aporte. Soy el tirador del equipo y los tiros los tengo que tomar. Estoy muy contento y creo que la figura fue el equipo. Siempre la figura es el equipo, porque demostramos en la Copa Argentina y en este arranque de Liga que siempre sale uno para aportar ese plus y eso es lo importante”, fueron las primeras palabras de José Muruaga cuando nos recibió en su departamento, el día después de haber sido factor determinante en la victoria de Peñarol sobre Quilmes.

Con dos triples en los instantes decisivos, Pepe fue el responsable de dar vuelta un partido que se le había complicado a Peñarol.

- ¿Sos consciente de que durante el partido no habías andado bien?
- Si. Tomé tres tiros solo y no entró la pelota. Defendí y aporte cosas pero no le encontré la vuelta en ofensiva. Por suerte la pude encontrar en el final con esos tiros y la verdad es que sin la confianza de mis compañeros y el cuerpo técnico no las hubiese tirado. Pero fui al banco y me dijeron: “Bueno, sos el tirador del equipo, así que seguí tirando porque en algún momento va a entrar”. Para eso entrenamos todos los días.

- Dijimos que no te habían salido las cosas en ofensiva y mencionaste que en el final, tus compañeros te dieron la confianza necesaria. Pero, ¿cuánto tiene que ver tu personalidad en la decisión de tomar esos tiros?
- En la cabeza de cualquier tirador pasa que siempre se tiene confianza y por ahí hay exceso. Nosotros jugamos al filo de la navaja y cuesta un poco. Un día sos Dios y otro te toca ser el diablo. Hay que asumir esos riesgos por el equipo. Anoche (por el domingo) los asumí y me salió bien, como me podría haber salido mal.

- Además de los dos triples de Muruaga. ¿Por qué ganó Peñarol el tercer clásico al hilo?
- Lo ganamos por la defensa. En el primer tiempo no se notó porque nos metieron 46 puntos, pero también hay que ver que hicieron golazos con la marca arriba y estaban muy bien. Corregimos en el tercer cuarto y al final y los trabamos. Nos metieron nada mas de 12 y 13 puntos y llegamos a la media nuestra que es 70, 75 puntos. Además, trajimos nuestro juego, porque estabamos jugando al de ellos.

- ¿Se notó que era un clásico diferente a los de la Copa Argentina, que era por los puntos?
- Nosotros teníamos estudiadas todas las ofensivas de ellos y ellos las nuestras, por eso el partido se trabó. La verdad que se jugó de manera mas seria, hubo más roces, mas golpes y estuvo un poco más duro.

- Es bueno eso que apuntás, porque viendo el final, el partido se resuelve con acciones individuales tuyas.
- Nosotros tenemos un equipo bastante largo. En el clásico pasado se destacó Marcos Mata y ayer (por el domingo) no le salieron las cosas. Eso no quita que no sea un jugadorazo. Eso es lo que tiene el equipo de Peñarol. Todos pueden jugar, están bien y se apoyan uno al otro. Por eso, un día la figura va a ser Pittman, otro Muruaga, Festa y eso es lo que lleva al equipo adelante.

- Además de los dos clásicos anteriores y este último. ¿Habías jugado con la cancha así?
- La verdad que no. Un poco de clima se vivía en Tucumán, en el clásico entre Tucumán BB y Mitre, pero nada que ver la cantidad de gente. Esto es emotivo. Estás dentro de la cancha y escuchás eso y te volvés loco. Es lo más cercano al fútbol en ese sentido.

- ¿Y cómo hace un jugador para abstraerse del entorno?
- Es un poco complicado porque con la cancha llena de gente te mata la ansiedad. Quizás por eso erré esos tres tiros. En defensa le ponés garra y te va bien, pero en ofensiva necesitás estar frío de la cabeza y eso es complicado. Pero hay que manejar la cabeza de uno para darle al equipo lo que le puede dar.

- En la parte anímica debe ser muy importante esta victoria luego de haber perdido la final de la Copa Argentina con Boca y haber estado tan cerca.
- Seguro. Nosotros nos planteamos al comienzo de la Copa ir paso a paso y llegamos a la final. Nos duele mucho porque lo perdimos nosotros, no es que lo ganó Boca. Boca lo encontró y desgraciadamente se lo llevaron. En el último cuarto dejamos de defender y nos descontrolamos en ofensiva.

- Una pequeña revancha de esa final la tuvieron ganándole a Quilmes. Y ahora el viernes se viene Boca, sería bueno ganarle para vengar esa derrota en la final de la Copa Argentina.
- Si. Boca tiene un muy buen equipo. Lo demostró en la Copa, la ganó. Ahora vienen de dos derrotas y nosotros de dos victorias y tenemos que aprovechar ese golpe anímico para que, como dice el Negro Romano, poder pisar a los que están abajo y que se vayan más. Nosotros no tenemos que resucitarlos, porque nos merecemos ir arriba por todo lo que estamos haciendo.

- Este arranque de Peñarol ilusiona a ustedes y a la gente fundamentalmente. Tu comienzo de temporada también es bueno pero ¿cuánto tiene que ver en eso el Negro Romano?
- Mucho. Es una motivación porque el me trajo acá, siempre jugó en mi posición, en la selección argentina y es una motivación enorme. Me guía todos los días, me habla. Es hermoso tener alguien así que esté al lado tuyo.

- Además de todos tus compañeros que te abrazaron cuando faltaban 15 segundos y Paco estaba tirando libres. ¿Cuántos abrazos recibiste?
- De toda la gente (risas). La gente acá es muy emotiva. Estoy muy contento mas que nada por los de mis compañeros. Esos abrazos se valoran porque sabés que la gente te abraza y capaz que no los ves más. Pero con los compañeros entreno siempre y estoy todos los días. Somos un grupo bárbaro, me apoyan siempre y eso es muy bueno.

Gentileza de Bernardo Rolón (diario El Atlántico de Mar del Plata)
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