Run Quilmes run

Estudiantes se mantuvo arriba en el tanteador hasta finalizar el primer cuarto, luego, las riendas del partido las tomó Quilmes y no las largó. En ese arranque, el que no corría pertenecía a otro partido, y el colombiano Ortiz, sin estar tan efectivo como en los juegos anteriores, tomó la posta por el local.

La idea del quilmeño se fue gestando desde el comienzo. Primero con el juego en dupla entre Calderón y Robinson, y luego con el uno contra uno que le jugó el foráneo a cada defensa que se le plantó. La diferencia en kilos a su favor a la hora de medirse con Levy, y la diferencia en rapidez a la hora de arremeter contra Ferguson, le permitieron al nacido en South Carolina tomar protagonismo.

De esta forma, Chuckie pudo compensar la rápida salida del otro extranjero del equipo, Stanton, quien en menos de seis minutos sumó tres faltas personales. Al culminar el primer acto el marcador se mostró igualado en 20.

El poderío del visitante se potenció en los segundos diez. No solo porque pudo seguir corriendo ante la pasividad del balance anfitrión, sino porque además, a la vía de gol que era por aquel entonces Robinson, se sumó llegando desde el banco Javier Martínez.

Ahora no eran dos los problemas graves del albo en defensa, sino tres. Con mucho corazón de Ortiz, y algo de Franco y Barrera, el bahiense intentó aguantar la situación a base de esfuerzos individuales, debido a que la defensa hombre propuesta por su rival fue muy efectiva.

A pesar de todos los problemas que mostró en esa primera mitad, el dueño de casa se fue al descanso largo abajo por ocho, 40 a 48.

Con el arranque de la tercera etapa el juego pareció equilibrarse. Si bien Quilmes pudo seguir corriendo, y el trabajo del paraguayo Martinez creció, el goleo de Robinson bajó considerablemente, y eso le abrió un camino de esperanza al local.

Bajo una defensa que de a ratos pareció individual, otras veces combinada y también zonal (1-3-1 / 3-1-1 / 3-2), el albo descontó una diferencia de 14 puntos (49-63) y se puso a siete a poco de terminar el periodo. La carga al rebote ofensivo por parte de Ghirardi y Ortiz, más la guapeza de Levy para rasparse en la pintura ilusionaron al público local con una potencial arremetida en el último cuarto.

Este golpe final nunca llegó. El elenco de “Huevo” Sánchez arrancó 7 – 0 arriba, y se alejó 78 a 64, poniendo el encuentro en el frezzer. Si bien muchos jugadores del conjunto de la feliz estaban complicados por el tema “faltas”, Estudiantes se mostró muy desorganizado en ataque (mucho mérito de la defensa también) y no vio el lugar por donde debió limar la brecha.

Promediando el epílogo el juego entró en un pozo, donde el huésped sufrió una amnesia en recursos ofensivos, y el anfitrión una evidente falta de provecho; lo cual desembocó en que a menos de tres minutos para que todo termine, la diferencia siga siendo de diez.

Paradójicamente, y luego de estar gran parte del encuentro en el banco debido a las faltas personales, Ranzee Stanton fue solución en el momento de sequía, y contribuyó con siete puntos. Sin ganas de seguir peleando contra lo inevitable, el albo prefirió terminar el juego unos segundos antes que sonara la chicharra, y de esa forma, el marplatense volvió a sonreír luego del revés que sufriera en el último clásico.

Síntesis:
Estudiantes (83): Fernando Titarelli 6, Stalin Ortiz 34, Mariano Franco 5, Jamaal Levy 13 y Gerardo Barrera 12 (inicial); Calvester Ferguson 0, Hernán Etchepare 0, Agustín Amore 0, Martín Ghirardi 10, Nicolás Paletta 3, Lucas Faggiano 0 y Javier Scheines 0. DT: Guillermo López.

Quilmes (97): Sebastián Ginóbili 12, Juan Pablo Sánchez 7, Chuckie Robinson 31, Ranzee Stanton 9 (X) y Pedro Calderón 0 (inicial); Diego Brezzo 6 (X), Javier Martínez 22 y Carabajal 10. DT: Oscar Sánchez.

Parciales: 20 – 20 / 40 – 48 / 64 – 71.
Árbitros: Sampietro – Mendoza.
Estadio: Dr. Osvaldo Casanova.

Autor: Emanuel Niel
www.pickandroll.com.ar

Gimnasia pedalea a todo ritmo

Tras dos triunfos sucesivos como local, se reencamina como candidato a la clasificación para el Top 8. Leandro Masieri, autor de 9 triples fue el goleador de la noche con 27 puntos. Gran labor también de Pablo Moldú con 25. El debutante Jamar Brown estuvo pocos minutos en cancha. El lunes se viene otra presentación del plantel mens sana en el Socios. Será frente a Estudiantes de Bahía Blanca.

Después de las dos derrotas como visitante frente a Estudiantes y Peñarol, que habían complicado en cierto sentido su panorama, Gimnasia de Comodoro Rivadavia volvió a mostrar su fortaleza como local. Luego de vencer el miércoles a Boca Juniors, anoche festejó otra victoria en el Socios Fundadores. El plantel de Fernando Duró se impuso por 88-78 a Ciclista de Junín, en el marco de la novena fecha de la Liga Nacional de Básquetbol.

Fue una trabajosa victoria para el actual campeón, que recién comenzó a escaparse en el tanteador a partir del tercer cuarto. Leandro Masieri volvió a ser el goleador como contra Boca. Pero también deslumbró anoche la tarea de Pablo Moldú, que frente a la lesión de Gabriel Cocha se encargó de la base y desde allí con su inspiración aportó 25 puntos.

El nuevo refuerzo extranjero ‘mens sana’, el ala pivote Jamar Brown estuvo poco tiempo en cancha y no convirtió. En la visita se destacó el trabajo de Marcus Fleming, su máximo encestador con 26 tantos.

Finalmente el partido entre Deportivo Madryn y Boca Juniors, que se iba a jugar ayer en el Socios como preliminar de Gimnasia-Ciclista por la inhabilitación de la cancha madrinense, terminó disputándose anoche en Rawson donde el quinteto xeneize se llevó una ajustada victoria de 74-73.

Síntesis
Gimnasia (88): Pablo Moldú 25, Charles Jones 12, Leandro Masieri 27, Jervaughn Scales 11 (x) y Ruperto Herrera 9 (FI), Eloy Martín 2, Jamar Brown 0, Nicolás De los Santos 2. DT: Fernando Duró.

Ciclista (78): Rafael Costa 13, Selem Safar 5, Diego Pegro 6 (x), Quentin Smith 13 y Marcus Fleming 26 (FI), Martín Pasquinelli 8, Bruno Oprandi 0, Andrés Rodríguez 7. DT: Adrián Capelli.

Parciales: 24-25, 46-43 y 66-61.
Arbitros: Pablo Estevez y Raúl Imosi.
Cancha: Socios Fundadores.
Fuente: El Patagonico