Que doce años no es nada

NEUQUEN - Pasaron 12 años. No será un título de liga, pero en 18 ediciones de la Liga, Mar del Plata no tenía otra cosa en sus vitrinas que no sea el título de Liga Nacional que logró el histórico equipo de Néstor García, Richotti, De la Fuente, Bryant. Y muchísima agua pasó bajo el puente. Apenas una semifinal y un mundo de problemas, una deuda grande y casi la desaparición. Hoy saborea el más dulce presente de su rica historia en la Liga Nacional. Está saneado, con un gran equipo, apabulla a su histórico rival y ahora gana un título de mitad de temporada.

Y dirá la historia que su rival fue justamente quien le privó la primera alegría de la temporada en Rosario, en recordada final de la Copa Argentina. Este vez no. Esta vez Peñarol tuvo cierre y tuvo premio. También dirá la historia que su rival no viene bien, que tiene un extranjero que apenas sumó 10 minutos en la cancha y tiene un presente confuso, pero Boca Juniors tiene estirpe ganadora y es campeón sudamericano, el pero rival tal vez sería Boca, incluso ante ese fantasma, Peñarol logró el título.

¿El partido importa? A la gente eufórica y borracha de alegría acaso le importa saber como fue. Fue así: fue como tener un hijo. O como volver a nacer. Porque Peñarol salió tan afinado, tan aceitado para hacer su juego y aprovecharse del rival que tomó distancias muy grandes en apenas cinco minutos (14-4) que mantuvo por un tiempo (18-8) y que terminó cerrando al final del primer cuarto con una distancia importante (25-14).

Los argumentos fueron aprovechar el buen juego de pases, fueron los mejores 10 minutos en ofensiva de la temporada para Peñarol. Lució como un equipo maduro, con variantes, paciencia, inteligencia táctica. Boca no tuvo respuestas más que en Leiva (6 pts) y Fioretti (6) cuando ingreso por un apagado Spillers. En la última jugada del primer cuarto, Pittman convirtió un doble en contraataque y Leiva sufrió un torsión de Tobillo que lo sacó temporalmente del juego.

Picatto se vio forzado a jugar con los dos ala pivotes (Borrell y Leo Gutiérrez) y entre ellos y Fioretti, más el muy buen ingreso de “Junior” Cequeira Boca comenzó lentamente a poner en orden su defensa y encontrar gol con más facilidad. A falta de 2:13 con un doble de Borrel pasó al frente por primera vez en el juego (36-37) y comenzaba otro partido. Gabriel Mikulas se cargó todo el juego interior al hombro y guiando en ofensiva a los suyos y en un final de cuarto cerrado, entre giros y contra giros, Muruaga se sacó la marca de encima y clavó un triple para llevar el tablero arriba 43-41 con la chicharra del final de los primeros veinte.

En el segundo tiempo, el técnico xeneize repitió la formula con un rendidor Fioretti, bien con la marca de Pittman y bien para anotar (15 pts hasta el tercer cuarto) más un Borrell todo terreno que anotaba y reboteaba, Boca se plantó mejor y defendió sin dejar huecos. Pasó al frente 49-52 a falta de 4.00 para que termine el parcial. Pero los cambios dieron vuelta la historia. Entró Marcos Mata al juego que casi no había jugado en el torneo pero en la posición de escolta. El Negro Romano tenía un nudo bárbaro en la función de escolta ya que Muruaga (bien en la marca de Legaria 11 pts) y Locatelli (muy poco juego) no podía con las ayudas en el juego aéreo. Y Mata ante Boca siempre rinde.

Picatto mandó un triple cambio y mandó a Legaria, Leiva y Spillers. La rotación le salió mucho mejor a Peñarol. Enseguida el técnico de Boca volvió a meter en juego a Cequeira por Legaria (de flojo partido) y Fioretti por Spillers (idem Legaria). Boca se secó en ataque, no tuvo variantes, no supo poner la bola abajo, Peñarol lo dominó con la rotación de Alejandro Diez, Mikulas, Pelletieri y Osborne, metió un parcial de 12 a 0 y consiguió 9 puntos (61-52) al final del tercer cuarto.

En el segmento final Boca no se rindió nunca y Peñarol que gozaba de una ventaja de diez puntos (64-54) pasó a sufrir el descuento de la diferencia y la sombra del partido de Rosario a sobrevolar en la cabeza de todos. El partido era muy trabado, en cuatro minutos el parcial apenas era 6-4.

Para cerrar el juego Romano mandó a la cancha a Sebastián Rodríguez por Festa que había rendido muy bien a los intereses del equipo. También ingresó Muruaga por Pittman corriendo a Mata de alero. Si algo se le debe adjudicar al técnico de Peñarol fue su perfecto dominio de la rotación del banco. Cada apuesta casi siempre fue un pleno.

Con ventaja de 10 puntos (72-62) a falta de 2:10 la coronación de Peñarol parecía un hecho consumado. Pero Boca sacó pecho y clavó un par de triples espectaculares (Gutiérrez – Cequeira y Borrell), para achicar la diferencia a uno (72-71) a falta de 10 segundos.

Con 10 segundos y 3 décimas, Tato Rodríguez fue a la línea y convirtió los dos (74-71) en la contra Leo Gutiérrez fue cortado con foul, metió uno de dos desde la línea (74-72) y en el rebote cortaron con falta a Pelletieri que con 4 segundos y 6 décimas metió un solo libre (75-72).

Peñarol se jugó la vida intentando cortar con foul y lo logró Muruaga sobre Legaria con apenas una décima de segundo para el final. Raymundo metió el primero, debía errar el segundo para jugarse todo en el rebote, pero lo metió y sentenció la historia.

La euforia contenida de años, las miserias pasadas, las angustias, los llantos y las alegrías volaron en el recuerdo de cada uno en apenas un segundo. Momento sublime, de gloria, para Peñarol que consigue el segundo título en importancia en Liga Nacional de la historia de Mar del Plata.

Síntesis:
Peñarol (75): Sebastián Rodríguez 10, José Muruaga 11, Josh Pittman 18, Gabriel Mikulas 20 y Jason Osborne 7 (FI); Marcos Mata 3, Alejandro Diez 2, Juan Manuel Locatelli 0, Sebastián Festa 3 y Matías Pelletieri 1. DT: Carlos Romano.

Boca Juniors (74): Raymundo Legaria 4, Gustavo Oroná 3, Maurice Spillers 2, Leonardo Gutiérrez 13 y Martín Leiva 11 (FI); Matías Fioretti 16, Luis Cequeira 3 y Lázaro Borrell 22. DT: Gabriel Picatto.

Parciales: 25 – 14 / 43 – 41 / 61 – 52.
Árbitros: Estevez - Chiti – Rodrigo.
Estadio: Ruca-Che (Espectadores 4000 espectadores).

Foto: Gentileza Alejandro Sonich

Pablo Tosal
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