Uno busca lleno de esperanzas

Quería el uno de manera desesperada y estaba como una fiera detrás de su presa, acechando el objetivo que se le negó por dos veces en el norte. Y sabe Dios que las cosas no pintaron bien de movida y hasta el 21-26 del segundo cuarto la historia pintaba para el Albo que hacía abuso de los nervios de Peñarol.

Pero no se llega a ser líder de la competencia todo el año de casualidad. Peñarol podría haber perdido por lesión a Jason Osborne, pero no la memoria. Cuando Estudiantes tenía el partido en sus manos, Peñarol apeló al orgullo defensivo, metió presión toda la cancha y secó la ofensiva del rival. La defensa le permitió regular mejor el ataque que de apoco, le dio la victoria.

No fue un partido de mucho brillo ofensivo del puntero. Después de la derrota con Madryn, de lo peor de la temporada en ataque en el Polideportivo. Aunque hubo otros partidos de menor goleo (Libertad, Obras y Sionista) lo de anoche ante Estudiantes fue muy condicionado por la ausencia de Osborne. Cierto nerviosismo, ante un rival que en teoría es inferior, y la necesidad del quedarse con el uno hicieron el resto.

Pero la defensa pagó todas las carencias del equipo. Impecable del minuto 14 al 40. Permito 26 puntos en los primeros 13 minutos y solo 38 pts en los otros 27 minutos.

Estudiantes asimiló el golpe inicial. Peñarol se puso 8-0 con una ráfaga con el sello de Pittman y en sólo un minuto además perdió a Pablo Gil (distensión en el muslo izquierdo). Pero trabajando con una defensa zonal la visita se puso en juego, el local no pudo hundir la pelota en la pintura, alejaron a Mikulas del canasto (bien Scolari para obligar a malos tiros) y Peñarol atacó a un sólo lanzamiento (y mal). Entonces la diferencia de 13-7 se dio vuelta (13-15). Allí fue evidente la ausencia de Osborne. Tan evidente como irremplazable, porque Ale Diez y Matías Pelletieri pueden ayudar en defensa, pero Osborne destraba una zona a puro talento.

En el inicio del segundo cuarto, Estudiantes salió hombre a hombre en defensa y Peñarol en zona. El albo tomó la máxima 21-26 a falta de 6:50. Entonces el líder calentó motores y salió a buscar el partido. Extendió su defensa hasta la salida del rival y provocó errores. Lo ahogó a Titarelli y le cortó el circuito con sus compañeros. Estudiantes perdió balones (7 en el cuarto) que fueron el pan de Peñarol.

Gabriel Mikulas con rebotes ofensivos (3) y puntos importantes (10) se hizo presente en el partido en el momento clave. De manera lógica, por su furia defensiva, Peñarol lo dio vuelta 32-28 con un parcial 11-2.

Hasta que llegó una jugada clave. Tato Rodríguez le robó una pelota a Titarelli y salió rápido de contra, el base de Estudiantes lo cortó con falta, de lo más natural, pero Sampietro erróneamente entendió que era antideportiva. Dos tiros y reposición. El banco de suplentes de la visita protestó y le bajaron un técnico, entonces fueron cuatro tiros libres y reposición. Tato metió los cuatros y en la salida, Marcos Mata coronó con un doble: parcial 6-0 y en total 10 arriba el local 38-28.

De un partido muy chivo, abajo por cinco y con la ofensiva ahogada, en 4 minutos pasó a ganar por diez y maniatar a su rival. Peñarol es así, da el golpe cuando el rival se descuida. Para colmo en Estudiantes entró mal el base relevo Hernán Etchepare y con la presión de Peñarol (que luego paso a individual) sacó más diferencias. El primer tiempo cerró 46-34 y la sensación que Estudiantes no tenía respuestas.

El albo descontó a 10 (48-38) en inicio del tercer parcial pero fue un espejismo, y Peñarol con una defensa combinada con individual sobre Titarelli y el resto en zona, logró dejar sin gol a Estudiantes y tomó 15 de luz (55-40). El partido se hizo muy errático y de pobre nivel. Ambos técnicos cambiaban variantes defensivas, y movían asiduamente el banco de relevos. El partido era de Peñarol porque en ataque encontró un par de respuestas de Pittman y Sebastián Rodríguez. El cuarto fue pobre y se lo quedó Peñarol 18-12.

La ventaja se hizo de 20 cuando abrió el último parcial (66-46), pero luego llegaron minutos de sequía para el local que Estudiantes aprovechó para descontar (70-57) con un par de triples de Hernán Etchepare.

Desde los últimos cinco minutos lo único divertido para ver fue la gente que en las tribunas armaron su propia fiesta celebrando el primer puesto, abrazados a la ilusión que despierta este Peñarol. El partido terminó con juveniles de los dos lados y no cambió un ápice su desarrollo. La gente que copó en gran número al poli, comprobó mucho antes del final que el número uno no era una utopía.

Peñarol por primera vez en su historia se consagra como el mejor de la fase regular. Y lo es con diferencias sobre el resto. Mientras los jugadores se abrazaban en la mitad de la cancha, las tribunas bailaban repitiendo una frase como un mantra: “que vamos a salir campeón”.

Síntesis
Peñarol (78): Sebastián Rodríguez 21, Juan Manuel Locatelli 14, Josh Pittman 14, Gabriel Míkulas 15, Alejandro Diez 2 (FI), Matías Pelletieri 2, José Muruaga 0, Marcos Mata 2, Sebastián Festa 6, Nicolás Lauría 2, Valentín Blanco Vecchi 0 y Jonatan Ledesma 0. DT Carlos Romano

Estudiantes (64): Fernando Titarelli 9, Pablo Gil 0 (les), Mariano Franco 10, Jamal Levy 10 y Ariel Scolari 6 (FI), Trent Strickland 11, Gerardo Barrera 4, Mariano Pizzo 3, Javier Scheines 3, Hernán Etchepare 6, Lucas Faggiano 2 y Nicolás Paletta 0. DT Guillermo López

Parciales: 19-23, 46-34, 64-46
Árbitros: F. Sampietro y L. Mendoza
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas (3300 espectadores)

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)
Autor Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar