Golpeó en el momento justo

El básquetbol en su estado puro, por emoción, por juego, por lucha, por incertidumbre, por ser semifinales, por un estadio fantástico albergando 6200 personas que le dieron un marco imponente. Con todo esto Peñarol se llevó un partido que por 35 minutos pintó para Regatas.

Vamos rápido con las definiciones: Regatas lamentará haber perdido este juego. Cuando de visitante tenés un partido de palo y palo, y todo dado para ganar, lo tenés que ganar. Pero el partido no lo pierde Regatas sino que lo gana Peñarol que jugó de menor a mayor y tuvo un sprint final a toda furia para quedarse con el juego.

Peñarol, tal como se preveía, arrancó con la carga anímica de llevar el peso de la serie. No es fácil ser el candidato, mostrárselo al país y que toda una ciudad (justo Mar del Plata que tiene veredas opuestas) se convoque para ver a su representante. “75 puntos en contra y nunca permitir tres ofensivas iguales” era la misión de Regatas en el partido. Y le salió bien… hasta faltando 5 minutos para que termine el juego.

Se juntaron dos situaciones bien claras. El concepto táctico esbozado por Santander y la pesada mochila que cargó Peñarol que maniató (como nunca) a sus jugadores. Entre ambos argumentos Regatas sacó diferencias. Con un agregado irrefutable: Regatas llegó con un mejor training de Play Off, Peñarol jugó contra Atenas en cuartos de final en el marco de 35 días sólo de entrenamientos. Desde el 26 de marzo Peñarol sólo jugó tres partidos y se notó.

El primer cuarto fue un envite a pensar que estamos ante una serie muy pareja que, por suerte, devuelve la plata de la entrada con un espectáculo digno. Regatas hizo uso y abuso de Román González en la pintura (10 pts) y Peñarol no encontró forma de pararlo. El local estuvo maniatado, duro, sin juego de pases en los primeros minutos.

Regatas corrientes fue el que impuso el ritmo del partido. Salió con una defensa cajón sobre Tato Rodríguez, que luego fueron acomodando, pero no satisfechos con la distracción realizaron presión toda la cancha. De movida!. Un acierto estratégico de Santander que rindió frutos (9-13). El minuto de Romano sirvió para corregir los problemas ofensivos de Peñarol. Defendía mal porque atacaba mal.

Un pasaje de Tato Rodríguez combinado con Osborne le dio la delantera (16-13) fugaz. Pero Regatas se sobrepuso con defensa y Román González posteado para cerrar 20-23 arriba el primer cuarto.

En el segundo el partido se hizo un ovillo difícil de desenvolver. Santander movía el banco para confundir y Peñarol se confundía. El entrenador Carlos Romano pedía paciencia para jugar una serie larga y transmitir seguridad, pero afectó al equipo con sus continuos cambios. Hubo al menos entre 10 y 12 cambios en 16 ataques en todo el cuarto. Peñarol no repitió el mismo equipo por más de un minuto en cancha.

Así las pruebas para atacar el triángulo fueron sencillamente todas las imaginables. Festa y Tato juntos, Locatelli o Muruaga de dos, con o sin Pittman. No hubo cambio que le faltara. Del otro lado Santander hacía lo mismo (mil cambios), pero tenía el partido en sus manos. Estaba más conversado que un truco de seis.

En el marco de un partido parejo Regatas sacaba ventajas al final del primer tiempo porque Peñarol no era claro. Se desdibujó tácticamente ante su adversario aunque como noble virtud sus jugadores no perdieron la concentración ni la paciencia. El equipo correntino alimentaba a su pivote Román González (16 pts) que era una complicación sin solución.

El segundo tiempo sin embargo fue todo de Peñarol (41-30), que nunca se olvida de luchar, de defender ni de jugar. La gente que colmó el Polideportivo masticaba nervios y no era para menos, Regatas mostraba su mejor cara. El paraguayo Martínez (intrascendente) mostró lo mejor de su repertorio un ratito del tercer cuarto y Regatas tomó la máxima (41-49 a falta de 7:10).

Sin embargo Peñarol se puso duro para defender, salió a buscar el juego, obligado por su localía y no permitió rompimiento con una defensa presión toda la cancha, hombre a hombre. Román González ya no recibió la pelota en el poste bajo y a Regatas la ofensiva se le hizo cuesta arriba. Así Peñarol limó la diferencia hasta meter el primer parcial importante del partido (12-2) para pasar al frente 53-51.

Desde allí la paridad fue absoluta hasta los últimos cinco minutos finales del juego. Cuando Peñarol sufría contra la defensa zonal de Regatas el técnico de Regatas tomó dos decisiones que no fueron acertadas. A la hora del resultado puesto es fácil decirlo, pero vale la pena analizarlas.

En principio abandonó la zona por una defensa individual como la que realiza de local y obligó a su equipo a sacar lo mejor de sí en defensa en cancha ajena cuando la estrategia venía rindiendo sus frutos y segundo bancó por demás a Diego García en cancha.

Desde que se lesionó, ayer en el Polideportivo fue la verdadera vuelta de Diego García que pasó inadvertido en los pocos minutos que jugó ante Quilmes. Anoche en cambió pidió el balón y las ofensivas eran para él. El técnico optó por el modelo antiguo, abandonando el juego de pases que ganó en ausencia del escolta goleador. El tridente Salles-Acosta-Martínez pocas veces entró en conexión.

La superlativa presencia de García en cancha hizo que las ofensivas de Regatas tuvieran un objetivo. Peñarol cambió la zona por una defensa individual y negó los pases. Desde allí se hizo enorme en defensa se sintió cómodo y paso de perder 65-68 a falta de 5:40 a ganar 74-68 cuando restaban apenas 1:40. En ese lapso el parcial 9-0 fue comandado por Pittman que tomó un doble y un triple de riesgo (por fin en el final!) dos de Osborne y dos de Míkulas, es decir el partido el partido lo puede llevar Muruaga, Festa o quien sea, pero lo definen los estandartes.

El conjunto correntino tardó 4 minutos y 30 segundos en salir del 68. Fue a través de dos libres de Román González. En ese lapso se le fue el partido. Peñarol con la aparición ofensiva, más suelta, más decidida de sus valuartes sentenció la historia. Cuando a Peñarol le dieron un rato de mano a mano defensivo, no dudo en sacar ventajas. Regatas lo traía dormido y despertó al gigante.

Síntesis
Peñarol (78): Pablo Sebastián Rodríguez 11, Joshua Pittman 14, Juan Manuel Locatelli 7, Jason Osborne 21 y Gabriel Mikulas 12 (FI); Sebastián Festa 8, José Muruaga 5, Marcos Mata 0, Alejandro Diez 0, Fernando Calvi 0 y Matías Pellettieri 0. DT: Carlos Romano.

Regatas (72): Hernando Salles 0, Javier Martínez 7, Sebastián Acosta 14, Bruno Ingratta 8 y Román González 21 (FI); Diego García 11, Eric Martin 0 y Dionisio Gómez Camargo 11. DT: Silvio Santander.

Parciales: 20 - 23 , 37 - 42 , 58 - 57
Árbitros: Daniel Rodrigo - Roberto Smith - Sergio Tarifeño
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas” (6.200 personas-dato suministrado por la dirigencia de Peñarol).
Serie: 1-0

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)
Pablo Tosal
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