Luces que opacan sombras

Dicen que el básquetbol es un juego matemático y en realidad no lo es. No es una gran calculadora donde los resultados finales de 30 puntos de diferencia te cuentan el partido. El caso de anoche de Peñarol y el Nacional es una muestra. Peñarol jugó dos cuartos brillantes. De esos cuartos que son para guardarlos en una cajita. Con todo lo bueno que se espera de este equipo. Pero también jugó dos cuartos horribles, donde soportó el partido, luchó, peleó y muy confundido logró sobrellevar el juego. Entre las diferencias, sacó 37 puntos de distancia. Hay explicaciones. Vamos.

La diferencia se acomoda por la condición del rival. Sin ser peyorativo con El Nacional, que anoche jugó mal, no tuvo gol y fue obligado a cometer errores, no se interpuso en el camino de Peñarol en ningún momento.

El primer segmento fue de Peñarol, acaso en lo mejor de la noche, porque con la incertidumbre lógica que se comienza un juego, siempre un equipo trata de llevar a la cancha lo que decía el pizarrón. Además se suma la mochila de tener que demostrar ante su gente como viene la mano. Sergio Hernández se planteó no mover el banco y el equipo hizo todo bien.

Puso la pelota primero en su jugador más determinante, y desde allí jugaba. Peñarol no necesita una secuencia de cortinas para los tiradores, porque las continuas dobles marcas a Román, cuando el pivote revierte el balón siempre encuentran al tirador muy libre. Para esto Peñarol se tiene que prestar el balón. Y ayer fue una maquinita de pasarla bien.

Jugó adentro y afuera y tomó tiros limpios en todas las posiciones. Sólo lastimó con sus internos (Jasper Jonson 12 y Román González 7) con 19 de sus 21 puntos allí más dos libres de Tato Rodríguez. El problema no era el 0/5 en triples, porque fueron bien tomados, el triple llegaría como consecuencia lógica de tirarlos bien.

El otro 50% del trabajo lo hizo en defensa. Como Djibril Kanté es un ala pivote que en ataque se desarrolla como pivote y juega mayoritariamente hundido lo tomó Román. Mientras que el pivote Pablo Barrios se abre siempre al tiro de tres puntos y lo tomó Jasper. Ambos cumplieron bien en la marca. Román maniató a Kante.

Pero lo mejor fue el perímetro y esto fue una constante en todo el partido. El único jugador que por condiciones de talento puro puede dañar cualquier defensa es Junie Sunders y fue ridiculizado por la marca de Marcos Mata. El resto de los jugadores de El Nacional (salvo pato Rodríguez) tal como dice el técnico Juan García “Se están adaptando a la categoría y conociendo la misma, las canchas, los árbitros, todo”.

Fabián Sahdi no entró bien y no pudo dar juego. Fue imposible que Ferrini y Sanders recibieran limpios perseguidos como perros de presa por Mata y Eric Rodríguez. Así El Nacional jugó a los autitos chocadores y apenas anotó 9 puntos. La diferencia de 21-9 del primer cuarto fue todo un reflejo.

La continuidad del partido fue bien distinta. El segundo y tercer cuarto fue un concierto de lucha, errores, fricción y buenas intenciones pocas veces concretadas por ambos bandos. La rotación hizo perder un poco el orden y se vio otro juego.

El Front Court de Peñarol no tuvo más peso cuando El Nacional se cerró mucho sobre su zona pintada y tanto Román González como Jasper Johnson se vieron muy rodeados. Peñarol siguió tirando mal desde el perímetro (2/6). El Nacional tuvo más juego con el ingreso de Castets (perdió 4 kilos afectado por la gastroentieritis). Amicucci (6pts) tuvo un buen parcial y el partido se emparejó definitivamente.

Parecía que en el inicio del tercer cuarto Peñarol lo podía definir (49-36) pero se quedó sin gol con una excelente presión toda la cancha de El Nacional que se recostaba en zona o alternaba en hombre con ayudas al juego interior. Peñarol se confundió, perdió balones y cayó en un pozo muy hondo. El Nacional a los empujones (porque tampoco tuvo gol) se acercó apenas a 4: 49-45 (parcial 7-16) a falta de 4 minutos.

Allí el técnico de Peñarol, Sergio Hernández metió un cambió decisivo. Mandó a su único perimetral con gol que tenía (Tato Rodríguez) de escolta metió a Picarelli de base con Mata de alero, Jasper y Román. Ese quinteto definió el partido. Cerró en 4 minutos con un parcial 9-0 el tercer cuarto. Y mató en el inicio del último segmento.

Con un parcial inicial de 14-0 se disparó arriba por 27 (72-45) en 3 minutos. Entre el cierre del tercer cuarto y el inicio del último el parcial fue 23-0. Tato tuvo gol, el equipo defendió muy bien, El Nacional se confundió, apresurado, lanzó mal y sin balance. Tiró por la borda un juego que lo logró poner en terreno de paridad, pero debió rendirse ante el vendaval que Peñarol levantó en apenas 5 minutos. Fue una tromba anotando con sus internos y externos, defendiendo y corriendo. Su público se levantó para romperse las manos aplaudiendo.

Es que la imagen final fue la orquesta sonando a pleno mientras interpretaba la parte de los cañones de la Opertura 1812 de Chaikovsky. Un festival. El técnico de El Nacional, Juan García, decidió darle dignidad al buen partido que en líneas generales habían luchado hasta allí. Paró el juego con un minuto, habló con los suyos dentro de la cancha y logró frenar al huracán Peñarol. Al menos desde allí al final con el ingreso de los juveniles el local sacó 10 puntos más para cerrar en números exagerados, pero que demuestran que cuando Peñarol anda derecho: MATA.

Síntesis
Peñarol (96): Sebastián Rodríguez 17, Marcos Mata 12, Erick Rodríguez 6, Jasper Johnson 23, Román González 22 (FI); Jervaughn Scales 4, Lucas Picarelli 0, Alejandro Diez 0, Byron Wilson 5, Nicolás Lauría 4 y Alejandro Konsztadt 3. DT: Sergio Hernández.

El Nacional (59): Fabián Sahdi 2, Federico Ferrini 2, William Sanders 5, Djibril Kanté 14, Pablo Barrios 10 (FI); Mariano Castets 4, Patricio Rodríguez 3, Cristian Amicucci 6, Sebastián Farías 6, Lucas Pérez 7, Alexis Elsener 0 y Fabrizio Montironi 0. DT: Juan García.

Parciales: 21-9, 42-29, 58-45
Árbitros: Fernando Sampietro y Raúl Imosi.
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas (1200 espectadores).

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar



El Rojo bajó al campeón y entusiasmó a la gente

El envión que había conseguido el miércoles ante Quilmes no se detuvo, y anoche Independiente bajó a otro candidato en el Ruca Che. Unas 2.500 personas vieron como el Rojo se plantaba de igual a igual ante el único líder de la Zona Sur y último campeón de la Liga Nacional, para ganarle un partido emotivo hasta el final por 83 a 76 a Boca, en la octava fecha.

El líder impuso su jerarquía en el arranque y metió un parcial de 7-0. Y manejó la ventaja con una buena conducción de Cequeira, dos tiradores abiertos (Carroll y Oroná), Leo Gutiérrez suelto y Smith imponiendo su físico bajo los tableros. El Rojo en ataque dependió de Byron Johnson (10 puntos en el cuarto), aunque sobre el cierre, con la rotación en el visitante, se acercó hasta el 18 - 23 final.

Pero Santángelo metió mano y con los ingresos de La Bella, Melo, López y Romano el equipo neuquino se puso a tiro. Aunque Boca sacó otra vez diferencias con las apariciones de Smith bajo los aros, el Rojo apretó el acelerador en los 3 minutos finales, ajustó la defensa sobre los externos y aprovechó los espacios que generó Byron para las penetraciones de Melo y La Bella. Con un triple de López a falta de 40 segundos pasó al frente por primera vez en el juego y se fue al descanso 44-42 arriba.

Lo del Rojo fue brillante en el regreso y metió un parcial de 10-0 para ponerse arriba 62-52 con tres triples consecutivos de Esteban López. Boca estaba desorientado con los cortes bajo el aro de López y la movilidad de Byron. Pero se tomó revancha en el arranque del cuarto parcual, secó al local, que sufrió durante 4 minutos y medio sin anotar. Así tomó la delantera 74-73 y asustó a la gente. Pero Romano volvió revitalizado y se hizo cargo de la ofensiva del Rojo, que manejó con inteligencia la pelota y aprovechó los triples errados del campeón para cantar victoria.

Síntesis
Independiente (83): Leandro Lauro 3, Juan Pablo Sánchez 4, Esteban De La Fuente 0, Byron Johson 22, Claudio Chiappero 0 (fi); Nicolás Romano 17, Leonardo La Bella 12, Martín Melo 11 y Esteban López 14. DT: Mauricio Santángelo.

Boca Juniors (76): Luis Cequeira 10, Gustavo Oroná 5, Ryan Carroll 12, Leonardo Gutiérrez 16, Quentin Smith 18 (fi); Alejandro Alloatti 8, Leonel Schattmann 0, Juan Pablo Sartorelli 7 y Federico Aguerre 0. DT: Gabriel Piccato.

Parciales: 18-23, 44-42, 69-61
Arbitros: Alejandro Chitti y Fabricio Vito.
Estadio: Ruca Che (2500 espectadores).

Fuente: Diario la Mañana de Neuquén