Regatas sonrió por vez primera

Demasiadas ventajas tuvo Echagüe-Saladillo en el arranque, donde los dirigidos por Pedro Escarain se mostraron dormidos, sobre todo en defensa, permitiendo rompimientos fáciles hacia el canasto, y no encontrando la sintonía en ataque.

El elenco visitante manejó en ese lapso una diferencia de cinco unidades a su favor, la cual en varias oportunidades se achicó, pero nunca llegó a dejar en tablas el resultado en esos primeros diez minutos. La fusión pasó bien el balón, y los réditos que obtuvo fueron buenos: llegó a la conversión cerca del canasto, aunque a distancia tuvo mal calibrada la mira.

La brecha entre ambos pudo ser mayor, pero el náutico corrió con una suerte doble, propiciada por su rival. Por un lado, en más de una oportunidad el huésped buscó de sobre manera a Field Williams, el cual no tuvo su mejor noche, y por el otro, quiso que sus lanzamientos de tres puntos abrieran el aro a la fuerza. De todas formas, el ex Echagüe-Racing ingresó al segundo chico arriba, por 18 a 15.

Regatas despertó, y acomodó sus problemas en partes. Primero, mejoró en su ataque. Luego, supo redireccionar sus piezas en defensa, y finalmente, terminó de pulir su ofensiva y encontrarle rumbo norte. Diego Belvedere tomó la bandera de anotador, pero el trabajo de sus compañeros, sobre todo Easterling y Zuelgaray, le allanó el camino.

Con tozudez el camboyano siguió probando suerte desde los 6.25 (terminó la primera mitad 2/16), mostró principios de Alzheimer y olvidó las vías de gol que lo pusieron al frente del primer cuarto. Embarullado en sus propios errores, se fue al descanso largo abajo por cuatro, 34 a 38.

Los lineamientos con los cuales habían cerrado la primera mitad no se perdieron en el inicio del tercer periodo. El náutico no solo que siguió defendiendo bien, sino que intensificó su juego en ese costado de la cancha, y aunque Escarain le dio descanso a Belvedere, tanto Canciani como Di Gennaro se las ingeniaron, llegando desde el banco, para que su equipo saque 11 unidades de ventaja, la máxima hasta allí.

Si bien Echagüe-Saladillo continuó con su falta de memoria, y el encuentro entró en una meseta de mal juego y falta de dominio arbitral, la esperanza se abrió para el visitante, ya que por llegar a sus cuartas faltas personales, debieron sentarte tanto Nathaniel Green como así también Lucas Bertucelli.

Y cuando parecía que el nicoleño se llevaría el juego sin mayores problemas, ya que promediando el último cuarto se puso a 14 puntos de diferencia (63-49), el amor propio de su rival, encabezado por los hermanos Eiguren, le dio al cierre un efecto yo-yo.

Los 14 de distancia se volvieron seis en poco tiempo (63-57), y luego se convirtieron en diez (69-59). Allí nuevamente la impresión fue que por primera vez en la temporada Regatas sonreiría, pero un par de errores en ataque, sumados a la quinta falta de Green, le dieron esperanzas matemáticas al huésped, que para esa altura ya no contaba con su dupla de internos, Suárez-González.

Con el marcador 73-70, Diego Eiguren tuvo un lanzamiento en bandeja sencillo, gracias a la gran cortina que le colocó Martín Aguirrezabala, pero el base falló en la definición, el rebote quedó en manos de Diego Belvedere, y luego de ser cortado con falta, desde la línea, el “tanque” le puso punto final al juego.

Síntesis

Regatas (75): Iván Zuelgaray 10, Diego Belvedere 25, Lucas Bertucelli 7, Nathaniel Green 11 (X) y Stanley Easterling 11 (inicial); Rodrigo Noguera 2, Agustín Di Gennaro 0, David Fernández 4, Pablo Canciani 3 y Maximiliano Marzilli 2. DT: Pedro Escarain.

Echagüe-Saladillo (70): Diego Eiguren 12, Federico Senitzky 16, Field Williams 8, Nicolás Suárez 3 (X) y Santiago González 7 (X) (inicial); Martín Aguirrezabala 14, Ezequiel López 5, Matías Fernández 0 y Alejandro Eiguren 5. DT: Juan Pablo Boadaz.

Parciales: 15 - 18 / 38 - 34 / 57 - 45.
Árbitros: Rosas - Ponzo.
Estadio: La Ribera.

Emanuel Niel
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