Cambió overol por frack

Lo mejor que le podía pasar a Quilmes le sucedió todo junto en 48 horas, con emociones fuertes y un equipo que esta cada vez mejor. Luego de sortear la barrera del clásico, se anotó un punto fuerte, vital, ante Boca jugando el mejor partido del torneo. No entregó su condición de lucha y peleó (sobre todo en el segundo tiempo) como es habitual, pero en vez de vestirse con ropa de fajina, luchó desde la elegancia. Galera, bastón, traje y a jugar.

Era quizás la última deuda pendiente de la primera fase. Un juego que hiciera más hincapié en el aspecto ofensivo que en la defensa. No se puede ganar siempre luchando, alguna vez debía jugar. Y vaya si lo hizo, hasta tiró fajas de contraataque para terminar con un tiro de tres puntos.

La casa se vistió de Fiesta. Un gran marco en Once Unidos para un partido que prometía y que cumplió. Quilmes suma cinco triunfos en fila, edificó una localía de 6-0 en Once Unidos y tiene ahora en solitario la punta de la zona Sur. Aún sin perdiera el partido del domingo Quilmes comenzará la segunda fase segundo solo detrás de Libertad.

Boca Juniors, que sumó su 10mo partido en 16 días, disimuló muy bien el cansancio con la rotación del banco de suplentes, que tuvo un ingreso a todo gol en el partido. El banco dio una mano muy grande para sostener a Boca, ya que los titulares fueron dominados por los marcadores de Quilmes.

Cronológicamente el partido fue así: El primer cuarto salió a todo gol. Con ambos equipos anotando con facilidad, en duelo de ofensivas. Reynolds (8) y Villares (8) por el local y Leo Gutiérrez (8) con Ryan Carrol (7) por la visita. El ingreso de Smith (6) se igualó con Dentis (6). Ninguno de los dos impuso condiciones defensivas.

Era evidente que aunque Boca perdió por uno (26/25) era más fácil para el xeneize continuar con su caudal de gol. Quilmes tuvo su cuarto feliz, pero en el segundo retomó porcentajes más reales y bajó el goleo. Boca abrió allí una brecha de 8: 28-36 tirando 4/4 en dobles y 1/1 en triples. Quilmes no cometía ni faltas.

La rotación fue el eje. Fernando Funes (9), Juan Sartorelli (4), Quentin Smith (10) y Leonal Schattmann (3) entraron muy bien al juego. Los suplentes de Boca se combinaron para marcar 26 puntos en el primer tiempo. Increíble.

Quilmes, que perdió la línea de juego, encontró no obstante su momento para ponerse en partido nuevamente. Alloati cometió falta en ataque, protestó y se ganó el técnico. Maciel aprovechó los dos libres. Luego Oroná le cometió una falta (pareció no existir) a Aguirre sobre un tiro de tres y el Penka metió los tres. Quilmes arrimó el tanteador a 2 (37-39) sin haber mejorado el desarrollo. Lo mejor fue Salles mientras que Antwon Hall siguió demostrando que no encuentra su lugar en el equipo.

Lo mejor para el local es no haberse ido al descanso largo abajo por 7 o 10 puntos. Apenas por uno. Pero el segundo tiempo fue diferente. Hubo marcadas diferencias a la hora de defender y Quilmes tuvo porcentajes por arriba de lo normal (9/18 en triples). Villares jugó un partidazo y sigue la senda de la recuperación.

Piccato mandó de nuevo a sus titulares y rindió Cequeira con Carrol. Otra vez se encendió Villares mientras Maciel y Romero aportaron mucho viendo desde el banco. Leo Gutiérrez estaba quieto y absorbido por la marca. Pocas veces jugó situación de uno contra uno y se fue alejando del aro cada vez más.

Sin juego interior y sin contraataque Boca apenas metió 17 puntos y Quilmes dio vuelta la historia con 4/6 en triples para sacar 10 (74-64) en el cierre del tercer cuarto.

En el tramo final la distancia se hizo de 14 (84-70) a falta de 4:20 con Reynolds marcando a Leo Gutiérrez y haciendo de todo para el equipo: 19 puntos, 7 asistencias, 8 rebotes, 2 recuperos, una tapa.

De todos modos Boca no se rindió. Salió furioso a entregar el resto y presionó bien arriba. Robó una pelota, provocó un par de tiros forzados y se puso a 8 (86-78) cuando todavía restaban 3:20.

Oscar Sánchez necesitaba la doble base para zafar de la presión pero no podía sacar de la cancha Villares que estaba a pleno. Entonces sacó al pivote y puso la doble base de Aguirre-Salles, con Villares de alero, Maciel de ala pivote y Reynolds de pivote. Maxi Maciel lo controló a Leo Gutiérrez mientras en desventaja física Reynolds se la bancó con Smith.

Cequeira asumió protagonismo pero Boca quedó relegado justamente a mantenerse vivo solo por situaciones individuales. En el tramo final Quilmes le dio a sus hinchas un regalo importante, asumiendo la presión de cerrar el juego con notable autoridad y jugando el mejor básquetbol desde que comenzó el torneo. Su línea ascendente es muy notoria en cuento a juego.

Boca, por el contrario, se desdibujó sin respuestas de equipo, fatigado sus titulares y sin injerencia en el segundo tiempo el resto de los suplentes.

Síntesis
Quilmes (97): Hernando Salles 18, Eduardo Villares 22, Antwon Hall 2, Antonio Reynolds 19 y Ezequiel Dentis 8 (FI). Sebastián Porta 0, Nicolás Aguirre 5, Maximiliano Maciel 12 y Diego Romero 10.

Boca Juniors (88): Luis Cequeira 14, Ryan Carroll 19, Gustavo Oroná 2, Leo Gutiérrez 20 y Alejandro Alloati 0 (x) (FI), Quentin Smith 14, Federico Aguerre 0, Fernando Funes 9, Juan Sartorelli 4, Leonel Schattmann 6 y Julián Aprea 0. DT Gabriel Piccato

Parciales: 26-25, 46-47, 74-64
Árbitros: Alejandro Chitti, Raúl Imosi
Estadio: Once Unidos (1800 espectadores)

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar

El Súper 8, casi inalcanzable

Independiente necesitaba un triunfo ante Estudiantes de Bahía Blanca en el Ruca Che para entrar al Súper 8, pero sus fallas defensivas y la magistral actuación de Pablo Gil en el elenco visitante lo imposibilitaron ya que el Rojo cayó ajustadamente 83 a 81 y así dejó pasar la posibilidad de ingresar en forma directa al clásico octogonal. Más de 1.500 personas le brindaron su apoyo al equipo neuquino, pero no alcanzó.

Independiente arrancó mucho mejor y sacó diferencias desde el principio con Pablo Sánchez, autor de dos triples en tres minutos. El Rojo fue claro dominador en los primeros cinco minutos del encuentro con lo que hacía Byron Jhonson debajo del aro, sumándose la buena conducción de Lauro y a falta de tres minutos sacó la máxima de 20 a 10.

Pero el local se quedó, no funcionaron los cambios y Estudiantes, con un parcial de 14 a 2 logró pasar al frente. Igualmente Independiente logró empatar (24-24) con una volcada de Johnson.

En el inicio del segundo el equipo bahiense marcó presión en toda la cancha y comenzó a sacar diferencias ante un Independiente que tuvo muchísimos errores en el traslado del balón y en los pases. De la mano de un Pablo Gil indefendible, autor de 16 puntos en el primer tiempo, la visita dominó con claridad los últimos minutos del segundo cuarto, mas allá del empuje de Romano en el local, que nunca tuvo gol y así Estudiantes se quedó con el primer tiempo 44 a 37.

El tercer cuarto Independiente arrancó con otra actitud, que con De La Fuente y Jhonson cambió la cosa y logró dar vuelta la historia, y a falta de cuatro minutos ganaba 59 a 53. Sin embargo volvió a quedarse y Estudiantes con Gil y Levy en gran nivel, lo cerró cinco arriba 68 a 63.

En el último era claro el dominio del visitante, pero a falta de tres minutos y medio llegó la reacción roja con tres triples seguidos de De La Fuente. Pero a falta de 29 segundos y con el partido empatado, el Rojo se equivocó en ofensiova y dejó la pelota servida a Estudiantes, que con una bandeja de Muruaga le puso cifras definitivas al partidos, más alla de la chance que tuvo el local, que eligiá mal la jugada a falta de tres segundos y dejó así escapar la chance de llegar al suplementario.

Síntesis
Independiente (81): Leandro Lauro 6, Juan Pablo Sánchez 13, Esteban De La Fuente 18, Byron Johnson 23, Jeffrion Aubry 5 (FI); Nicolás Romano 6, Claudio Chiappero 4, Leonardo La Bella 4 y Martín Melo 2. DT: Mauricio Santángelo.

Estudiantes (83): Pedro Franco 4, José Muruaga 14, PabloGil 36, Jamaal Levy 18, Gerardo Barrera 0 (FI); Nicolás Paletta 2, Javier Scheines 4, Mariano Franco 5 y Juan Manuel Torres 0. DT: Guillermo López.

Parciales: 24-24, 37-44, 63-68
Árbitros: Daniel Rodrigo y Oscar Brítez.
Estadio: Ruca Che.
Crónica: Diario La Mañana de Neuquén