El renacimiento

El juego estuvo enmarcado por la decepción que venía produciendo Peñarol, por eso no hubo mucha gente siguiendo al milrayitas, pero con el correr de los minutos, la actuación del equipo del Oveja Hernández fue convenciendo de apoco nuevamente a su gente. Una actuación ofensiva sobresaliente, sobre un Obras debilitado (Sin Field), aunque combativo.

Las ilusiones previas del torneo fueron muchas y desandar a los tropezones el camino hacia el título prometido desencanta hasta el más optimista. Peñarol necesitaba una victoria para volver a creer en si mismo, y sobre todo de las características que se dieron: con autoridad, con gol repartido, con algo de defensa y sobre todo con actitud ganadora.

Desde el primer cuarto la historia se puso del lado de Peñarol con un caudal de gol poco común. Fue Román González el eje de las ofensivas, siendo el receptor de todos los ataques estacionados. El pivote revirtió poco el balón, generalmente encaró el aro con decisión y tuvo mucha incidencia lastimando el juego interior rival. Ante la ausencia de Field, fue difícil para Calvi más las ayudas del resto detener a Román.

Con 12 puntos en el cuarto fue el estandarte de la ofensiva pero estuvo bien secundado por Cedric Moodie que aportó 7 puntos, junto con Tato Rodríguez 5 y Scales 4 para sumar 28. Por su parte Obras jugó al mismo ritmo que Peñarol, no tuvo intención alguna de frenar el ataque y ejecutó lanzamientos con pocos segundos de posesión.

Apoyados en el goleo de Jeffries (11), Obras pudo mantenerse en paridad donde salvo Lázaro Borrel todo aportaron su cuota ofensiva.

El primer cuarto pasó a un ritmo vertiginoso por ambos bandos. Peñarol tomó 22 lanzamientos (más 5 libres) al canasto y Obras 15 (más 9 libres). No se podía saber porque el tachero estaba tan apurado. Lo cierto es que en el segundo cuarto no cambió el ritmo, siguió jugando a disparos sobre el comienzo de la ofensiva pero sus porcentajes cayeron notablemente. En cambio Peñarol siguió metiendo y metiendo.

En la rotación de Osborne, Alejandro Diez y Byron Wilson el Oveja tuvo 8 puntos y una continuidad ofensiva, en cambio Bernardo Murphy no encontró en Chaher y Cortes la continuidad en el ataque. Calvi lideró la ofensiva (7 puntos) pero con Jeffries de ala pivote por la salida de Lázaro Borrel se hizo un equipo muy liviano.

Ante un equipo que careció de pivote dominante como Obras era lógico que Román González sacara ventajas pero lo raro fue que todo el perímetro de Peñarol sacó ventajas. En Síntesis: la defensa de Obras no pudo nunca parar a Peñarol ni a los perimetrales ni a los internos.

Con un parcial 26-13 en el segundo cuarto la distancia se hizo de 15 (54-39) y con el dominio de Peñarol que tuvo en el tercer cuarto la continuidad de la exhibición ofensiva la brecha se amplió casi a los 30 puntos. Otra vez Román (9 puntos en el cuarto), ayudado por una noche de mucho gol de Sebastián Rodríguez y con todo el equipo tomando responsabilidades ofensivas con buenos porcentajes.

Peñarol jugó con furia en ataque. Como para sacarse la mufa de los últimos partidos de encima. Pocas veces jugó sistemas de larga posesión. Eran dos o tres pases y lanzamiento o penetración. Fue con mucha decisión al canasto rival. Ante un Obras que quiso contestar igual de rápido, el partido fue un correcalles entretenido.

La distancia para el último cuarto era de 25 (79-54) y allí Obras sacó el cartelito de “Dignidad” y se plantó para cerrar mejor el juego. Detuvo primero el aluvión de puntos de su rival y aprovechó un rato la ausencia de Román Y Tato. Gabriel Cocha cuando recibía la pelota no miraba a nadie, iba para adentro o lanzaba al canasto.

Esta enjundia del comodorense contagió al resto y Obras jugó su mejor cuarto en el final. Con el resultado del partido puesto solo quedaba conversar la diferencia. Marcos Mata apareció por el local y Titarelli por la visita. Quedó tiempo para verlos juntos a Osborne y Román nuevamente en campo. Moodie siguió sumando minutos hasta redondear una tarea aceptable y Peñarol se sacó un poco el mal humor de encima.

Tras un período gris de escasez de resultados y de juego Peñarol cree en el renacimiento. Y aunque Obras sin Field no haya sido una medida exacta al menos se reflejó claramente las ganas de un grupo con hambre de salir. El tiempo dirá como.

Síntesis

Peñarol (100): Sebastián Rodríguez 23, Marcos Mata 12, Cedric Moodie (x) 14, Jervaughn Scales 10, Román González 32 (FI); Alejandro Diez 5, Lucas Picarelli 0, Byron Wilson 2, Nicolás Lauría 0 y Jason Osborne 2 (x). DT: Sergio Hernández.

Obras Sanitarias (84): Fernando Titarelli 11, Gabriel Cocha 19, Christopher Jeffries 21 (x), Lázaro Borrell 5, Fernando Calvi 17 (FI); Daniel Chaher 8, Cristian Cortés 3, Sergio Ravina 0, Emanuel Arévalo 0 y Emilio Olsson 0. DT: Bernardo Murphy.

Parciales: 28-26, 54-39, 79-54.
Arbitros: Alejandro Chiti y Gabriel Tarifeño.
Estadio: Islas Malvinas (650 espectadores)

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar


Johnson como siempre, Sánchez como nunca

El americano fue la mejor vía de gol que tuvo Independiente en su triunfo ante Estudiantes por 103 a 94, pero Juan Pablo Sánchez se despachó con un 6 de 7 en triples en la segunda mitad, para terminar con 27 puntos (había hecho 5 en los primeros 20 minutos) y ser clave en el triunfo, junto con Martín Melo.

Cuando Estudiantes logró disminuir sus pérdidas comenzó a marcar diferencias en esos primeros 10 minutos. Pero para llegar a eso, tuvo que pasar por medio cuarto de imprecisiones, corriendo con la suerte que Independiente no se quedó atrás.

Si bien Aubry pudo pesar, Byron Johnson fue quien realmente marcó la diferencia, en un esquema rojo que se vio complicado en su traslado debido a que el albo presionó su salida, y debió recargar el manejo de balón en Juan Pablo Sánchez, viéndose Leandro Lauro a jugar forzado como escolta.

A pesar de esto, a medida que el dueño de casa pulió su ataque comenzó a encontrar variantes, las cuales le dieron aire en el tanteador, y esta diferencia se vio bien sustentada por una oportuna defensa zonal, la cual anuló el flujo de suministro para Johnson y obligó al cuadro de Mauricio Santángelo a rebuscársela con su perímetro.

Ya en el segundo chico la figura de Nicolás Romano siguió creciendo, sobre todo por lo maniatado que se encontró Johnson. La zona siguió siendo la mejor herramienta del local, ya que a través de ella pudo disimular el problema de faltas que ya en ese segundo periodo comenzó a arrastrar (Scheines, Torres y Levy terminaron la primera mitad con 3)

Sin la eficacia del cuarto anterior, el juego bajó sus revoluciones, pero así todo siguió favoreciendo al bahiense, que llegó a despegarse por más de diez, aunque un par de buenas defensas del neuquino que fueron culminadas con sendos contraataques le volvieron a dar color al tanteador.

A pesar de un par de enredos en sus últimos ataques, fue Estudiantes quien lo cerró mejor y se fue al descanso largo arriba por nueve, 52 a 43.

La vuelta de vestuarios terminó de agudizar el problema de faltas en el juego interior del albo, ya que tanto Torres como Levy llegaron a su cuarta personal, en tanto que sobre la mitad del periodo Scheines sumó su quinta.

Este detalle no menor condicionó el juego del dueño de casa a lo largo de todo el periodo y esto lo supo aprovechar Independiente. Si bien el cuarto de Juan Pablo Sánchez fue muy bueno, aportando lo que no encontró durante toda la primera mitad el perímetro rojo, la fórmula de poner el balón en la pintura y terminar de liquidar el juego interior anfitrión fue la más efectiva.

Si bien Chiappero no sumó mucho en ataque, si colaboró en defensa, y con lo que pudo sumar Johnson a pesar de la dura defensa que siempre le presentaron, el elenco de Neuquén entró al último acto con solo dos unidades de desventaja (75 a 73).

Por el cuadro estudiantil, que se volvió a enredar en sus ofensivas como en el arranque del cotejo, lo más destacable pasó por las manos de Pablo Gil, quien acompañó los embates de Levy mientras el panameño estuvo en cancha.

Ya en el último chico el combo que presentó Independiente fue letal. En la pintura perdió a Chiappero por faltas, pero el que ingresó (Romano) causó más daño. Y si a eso se le suma la pareja labor de Johnson más la alta eficacia desde 6.25 que tuvo el rojo a lo largo de la segunda mitad, se tienen argumentos de sobra para entender porqué el tanteador se dio vuelta y el triunfó viajó a la patagonia.

Si bien Guillermo López mandó a la cancha a Muruaga, luego de que el tucumano estuviese un largo rato en el banco, no pudo concentrar toda la atención de la defensa rival en el ex Peñarol, y mientras Gil se vio mucho más presionado en relación con el periodo anterior, el albo se ahogó en malos intentos, producto también del cúmulo de faltas que obligaron a Levy a ver gran parte del cierre desde afuera, para recién ingresar en los últimos minutos.

El cuadro de Neuquén se llegó a escapar por nueve (80 - 89 a 3:50), pero en menos de un minuto el dueño de casa se puso a tres, luego de una buena ráfaga de Muruaga. Cuando parecía que el albo podía tomar nuevamente las riendas, entre Sánchez y Melo se encargaron de sellar la victoria de su equipo (1-6t3 en el primer tiempo / 7-10t3 en el segundo tiempo).

Síntesis

Estudiantes (94): Pedro Franco 13, José Muruaga 18, Pablo Gil 16, Jamaal Levy 23 (x) y Javier Scheines 10 (x) (FI), Juan Manuel Torres 4, Mariano Franco 2, Leandro Cecchi 3, Nicolás Paletta 5 y Gerardo Barrera 0. DT: Guillermo López.

Independiente (103): Leandro Lauro 6, Juan Pablo Sánchez 27, Esteban De la Fuente 0, Byron Johnson 34 y Jeff Aubry 2 (FI); Nicolás Romano 9, Leonardo La Bella 4, Martín Melo 14, Claudio Chiappero 7 (x) y Pablo Heit 0. DT: Mauricio Santángelo.

Parciales: 31-22, 52-43 y 75-73
Árbitros: Sampietro - Mendoza.
Estadio: Dr. Osvaldo Casanova.
Nota: Emanuel Niel (eniel@pickandroll.com.ar)