Los incidentes se iniciaron cuando un grupo de hinchas bajó hacia la zona de vestuarios y comenzaron a increpar a Martín Pasquinelli luego de que fuera expulsado. El mismo estaba apostado en uno de los pasillos mirando el partido, y al escuchar esto se volvió a enfrentarlos y, reja mediante, cruzaron golpes de puños con los simpatizantes, donde se llegó a ver a las claras que uno impacto sobre el rostro de un hincha.
A partir de eso se abalanzaron sobre el campo de juego muchos fanáticos para ir a separar, pero mientras el partido estaba en desarrollo, otro grupo se le fue a los humos a Martín Pasquinelli que estaba incontrolable.
La policía se llevo rápidamente a los jueces para evitar una agresión (hubo un intento cuando ingresaban a la manga). Otro grupo de efectivos trataba de frenar a los simpatizantes y de meter a Pasquinelli en el vestuario para tratar de calmar los ánimos, cosa que finalmente, con la ayuda del resto del plantel turco, lograron hacer.
El clima no era el mejor, pero la voz del estadio anunciaba que despejaran el rectángulo del juego para continuar el encuentro, aunque nadie estaba en su butaca. Ni bien termino de pronunciarse el locutor, comenzaron las corridas nuevamente. Primero en la zona de vestuarios con la policía y luego entre los mismos hinchas locales en una de las salidas dándose por suspendido el partido.
A todo esto los jugadores de Lanús, más un grupo de simpatizantes que se llegaron hasta Junin (cerca de 50), quedaron custodiados por un solo efectivo policial pero fueron los mismos hinchas de Argentino los que se encargaron de tranqulizarlos y decirles que con ellos no había ningún tipo de problema.
Según informó Rubén Sartor comentarista de Radio Sideral, el mal clima entre Pasquinelli y algunos simpatizantes venía desde la semana pasada, aunque ni el más pesimistas de los pesimistas hubiese imaginado un final tan lamentable, para un simple partido de básquet.
Especial para Pick and Roll - Maximiliano Dilluvio.