Campeón a la deriva

Todos los equipos de básquet suelen tener un momento malo en la temporada donde la estructura se mueve de un lado para el otro y amenaza con caerse definitivamente. Muchas veces, o casi siempre, en los conjuntos de primera línea, las figuras salen al rescate del equipo.

Hoy en día, en nuestra Liga Nacional, la estructura de Boca Juniors, el actual campeón de la competencia, no está segura.

El año pasado el xeneize vivió una situación similar. La primera alarma que sonó en el bunker boquense surgió a fin de la primera fase de la temporada 2006/07. El récord de 7 victorias y 7 derrotas acabó con el ciclo de Eduardo Cadillac. Sin un técnico de peso libre en el mercado de pases, la dirigencia de Boca apostó por Gabriel Piccato, asistente técnico en la época de Sergio Hernández y del mismo Tola Cadillac.

Piccato hizo su debut como técnico xeneize en el Súper 8 que se disputó en Neuquén. El equipo sufrió, pero sumó éxitos ante Sionista, con un triple de mitad de cancha de Leo Gutiérrez, y Atenas, en tiempo suplementario de la mano de Gutiérrez que marcó 32 puntos. Llegó a la final, pero el poderoso Peñarol se quedó con los festejos.

Boca, en esa misma temporada, soportó otro temblor. Fue en instancias de playoffs de cuartos de final. Sin Gutiérrez, ausente por lesión, Ben Hur sorprendió en el Luis Conde y se llevó para Rafaela un grandioso 2-0.

Parecía que Boca se iba en el primer cruce eliminatorio, pero no fue así. Gutiérrez pidió jugar, el cuerpo médico hizo un trabajo maravilloso y lo puso en campo. Leo fue el guía y Boca remontó una serie inolvidable para ganarse un lugar en la semi frente a Libertad.

Contra los Tigres sucedió algo similar. Boca, que no tuvo ventaja de localía, arrancó 0-2. Libertad venía con todas las luces, pero el elenco de Piccato igualó la eliminatoria y la ganó 3-2 en Sunchales con el empuje de sus figuras.

En la final la historia se repitió. Venían palo a palo con Peñarol, pero el xeneize ganó el quinto juego en Mar del Plata y lo definió de local con un Gutiérrez que marcó 6/6 en triples en el partido decisivo. Boca, con Leo, Legaria, Oroná y Borrell, se sacó de encima al candidato y levantó el título de campeón.

Ahora la historia es otra, pero el actor principal es el mismo. Boca navega en la irregularidad y el equipo parece haberse olvidado de jugar con la llegada del nuevo año.

Hoy Boca acumula cuatro caídas en fila, está séptimo en la tabla de posiciones y por primera vez tiene récord negativo (6-7 en la segunda fase). La derrota ante Belgrano, por 86-72, en el Luis Conde, agudizó la crisis de un equipo que perdió su identidad.

El domingo por la noche, pese a que la platea aplaudió el esfuerzo del elenco boquense, los hinchas que sienten los colores azul y amarillo no se bancaron una nueva caída y despidieron la salida del equipo con algún que otro reproche. El ingreso al túnel que conduce a vestuarios fue una clara muestra de ello.

Piccato está en la mira de los dirigentes y la estructura xeneize podría desmoronarse con una nueva caída como local. ¿Se puede soportar otra derrota?

Boca, que siempre tiene la obligación de ser protagonista, no pudo ganar ningún certamen. En lo que va de la 2007/08 fracasó en la Copa Argentina, Campeonato Sudamericano de Clubes Campeones, Súper 8 Clarín y Liga de las Américas. Le queda la Liga Nacional y la Liga Sudamericana, si es que finalmente se lleva a cabo, aunque la historia cuenta que los xeneizes nunca pudieron con la Sudamericana.

Está claro que no es responsabilidad total de Piccato. El técnico tendrá su porcentaje de aciertos y errores, pero Boca tiene otros problemas.

El principal ejemplo es su dupla de extranjeros. En toda la 2007/08 el xeneize no encontró dos foráneos confiables. La idea principal era jugar con Ryan Carroll y Jason Osborne. Éste último jamás llegó y se lo reemplazó por Quentin Smith, cortado por Belgrano.

Con el correr de las fechas Smith adujo problemas físicos y se negó a jugar ante El Nacional. Luego de practicarle varios estudios y de corroborar que no había lesión, el corte no tardó en llegar. Al mismo tiempo Carroll se lesionó y su vínculo con Boca llegó a su fin.

Jamal Robinson y Jarrett Stephens salieron a escena. Robinson está fuera de estado y no le llega ni a los tobillos al Robinson que fue campeón en la 2006/07. Stephens pasó sin pena ni gloria. Jugó la Liga de las Américas, Súper 8 y no debutó en la Liga ¿No se podría haber evitado contratar un pivot sin jerarquía para la Liga?

Para completar la mala experiencia de los extranjeros, Boca volvió a fichar a un corte de Belgrano, equipo que por aquel entonces ocupaba la última posición. Yaya Día hoy forma parte del plantel; aunque no es segura su continuidad.

Boca no tiene problemas con su presupuesto. ¿Por qué se da el lujo de jugar sin extranjeros confiables y rendidores?

El actual campeón de la Liga extraña horrores a Lázaro Borrell y Martín Leiva. Ahora intenta tomar aire con la contratación de Gabriel Fernández.

El elenco porteño también sufre con sus bases. Raymundo Legaria sigue lesionado y tendrá que ser operado nuevamente. Luis Cequeira bajó mucho su nivel en las últimas fechas. Junior desequilibra con su velocidad pero Boca necesita un armador pensante en el campo a la hora de afrontar el momento decisivo. Cequeira le brinda explosión, pero no esa pausa que le aportaba Legaria. Juan Sartorelli sigue perdido y no responde a las expectativas. El base alternativo tiene más malas que buenas y no es solución.

Boca tiene muchos jóvenes en su plantel (Cequeira, Sartorelli, Funes, Schattmann, Alloatti y Aguerre) que deberán madurar de golpe a la hora de los playoffs.

Piccato es cuestionado fecha a fecha, pero más allá de que su puesto corra riesgo, es hora de que lo líderes y referentes salgan a escena y acomoden el rumbo de un campeón que está a la deriva y que así no retendrá el título.

Juan Manuel Rodríguez
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