Metió los golpes decisivos

Fue una actuación muy de equipo. Después de mucho tiempo se ve que Peñarol solidifica su estadía en cancha apoyado en cada una de sus individualidades, pero actuando como equipo. Enero debe ser recordado por este Peñarol porque fue el mes de su encuentro.

En tanto, Sionista planteó un partido inteligente, pero luchó contra dos situaciones adversas de si mismo: su rotación desde el banco dio muy poco y cuando debía apretar el acelerador para ir por la victoria, no tuvo convicción.

Peñarol dio muestras de su carácter al cerrar sistemáticamente todos los cuartos mucho mejor que su rival. Sionista fue la eterna película del náufrago que nada para morir en la orilla. La remaba todo el cuarto y recibía tres estocadas en el minuto final que terminaban siendo decisivos.

El primer cuarto fue parejo, con Sionista profundizando los avances para su dupla interior (Burgos-Zili) pero Peñarol se cerró muy bien, negando esa posibilidad. Por eso Cantero y Byró tomaron tiros cómodos de tres puntos, tratando además de abrir la defensa local.

En aquellos buenos pasajes iniciales de Sionista la clave fue Michael Robinson. El alero de mejor contextura física de la Liga tuvo un gran duelo con Juan Manuel Locatelli. De todos modos, Robinson se posteaba y obligaba a que Peñarol juegue con ayuda sobre Robinson. ¿La virtud de Sionista? encontrar y usufructuar el hombre libre ante la doble marca al extranjero.

Cuatro puntos en fila en los últimos 30 segundos le dieron al local la igualdad en 19 al cierre del primer cuarto con un dato significativo. Cantero cometió la segunda falta y Sebastián Svetliza dispuso su cambio.

El ingreso de Jaworsky coincidió con el final del primer cuarto y el inicio del segundo, cuando además el conjunto de Paraná cambió casi todo equipo y mandó a Hure, Riddick y Carnovale a la cancha. La rotación de Sionista estaba siendo esperada por Sergio Hernández que no perdió tiempo y mandó presión todo el cambió con atrape sobre el base.

Además no se dejó sorprender por la variante que Svetliza utilizó en el Super 8 ante Quilmes: el chico Ramiro Iglesias fue igual de presionado que Jaworsky y puesto en problemas de manera permanente. Sionista perdió una y otra vez el balón en la salida misma de su ataque. Dos pérdidas de Jaworsky, tres de Ramiro Iglesias, y una de Riddick le dieron muchas posesiones a Peñarol.

De perder por cuatro el local pasó a ganar 8 (35-27) con un parcial 20-8 en 5 minutos. Entraron muy bien en el juego Alejandro Diez, Lucas Picarelli y Marcos Mata. La diferencia de relevo entre uno y otro equipo fue la llave del vuelco del partido. Además se sumó la estrategia que cada uno utilizó para sacarles réditos a su banco de relevos. La presión de Peñarol fue mucho más efectiva que la defensa zona-presión que metió Sionista.

En el tercer cuarto la historia siguió favorable a Peñarol por la mala puntería perimetral de Sionista (0/4 en triples) ante la zona del local, y porque Locatelli con un triple y dos libres más tres libres de Tato Rodríguez llevaron la diferencia a 12 (53-41). Otra vez Sionista sacó los remos y se puso a laburar en defensa. Lo mejor que hizo fue abandonar su zona y volver a la marca individual al tiempo que encontró tres tripes (Dos de Jaworsky y uno de Carnovale) Así descontó hasta ponerse a 6 (55-49) pero a falta de 2 minutos se lesionó en su tobillo Alejandro Zilli, el mejor jugador de la visita.

Podría haber sido el golpe de gracia para sentenciar el partido, pero Sionista tuvo la virtud de no rendirse. Siguió buscando con su defensa confundir a Peñarol, y peleando. El conjunto de Sergio Hernández en el tramo final siguió haciendo uso del buen partido del tridente Ale Diez, Picarelli y Mata. Por eso Tato Rodríguez lo relevó a Wadley (de floja noche) para jugar de escolta. Román González se pasó casi todo el partido en el banco. Jugó el primer y último cuarto y tuvo mucha incidencia en el tramo final cuando aprovechó también la ausencia de Zilli.

Cuando restaban 3 minutos, el tablero decía 74-67. Riddick recuperó una pelota en la primera línea defensiva y corrió el contraataque con ventaja numérica, pero en vez de pasarla para el doble fácil y ponerse a cinco, decidió pasar por arriba a Locatelli que era él único escollo entre él y el aro. Falta ofensiva y pelota para Peñarol. Acto siguiente Marcos Mata metió un triple y la distancia se hizo de 10. De poder estar a cinco a estar a diez hay mucha diferencia.

Un mandada de uno contra uno de Marcos Mata y un triple de Tato Rodríguez sentenciaron el juego en apenas un minuto (84-67). Sionista tiró un par de triples apurado y no los metió. Chau partido.

Síntesis

Peñarol (84): Sebastián Rodríguez 14, Quincy Wadley 14, Juan Manuel Locatelli 10, Jason Osborne 0, Román González 13 (FI); Lucas Picarelli 10, Marcos Mata 10, Alejandro Diez 12, Jervaughn Scales 1, Jonatan Ledesma 0, Alejandro Kondsztadt 0 y Bruno Pacchioni 0. DT: Sergio Hernández.

Sionista (70): Juan Pablo Cantero 9, Mariano Byró 8, Michael Robinson 15, Alejandro Zilli (lesionado) 11, Alejandro Burgos 8 (FI); Pablo Jaworski 6, Maurice Riddick 4, Daniel Hure 5, Agustín Carnovale 4, Ramiro Iglesias 0 y Baltazar Claude 0. DT: Sebastián Svetliza.

Parciales: 19-19, 45-36, 63-56
Árbitros: Marcelo Latorre y Sergio Tarifeño.
Estadio: Islas Malvinas (1000 espectadores).

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar
Foto: Gentileza Info Liga



En casa es un torazo

En casa, está claro, muestra otra cara. Atenas se despachó ayer ante El Nacional –venía tercero– con una paliza de 95-67 que lo mantiene con la expectativa de encarar la parte final de la temporada regular de la Liga Nacional con chances de pelear las clasificación directa a cuartos de final.

El equipo de Carlos Bualó dio ayer, en sólo una noche, una muestra clara de la irregularidad que lo acompaña en esta temporada. Fue apabullante en la primera mitad del partido, en la que sacó una contundente diferencia de 25 puntos (58-33), lo pasaron por arriba en el tercero, donde en pocos minutos le “limaron” la diferencia a sólo nueve (64-55), y volvió a recuperar la imagen en cuarto final, donde definió la lucha varios minutos antes del final.

Con un rival que le planteó un partido a puro vértigo, que apostó a correr y a buscar soluciones en el atrevimiento de “la Panterita” Ferrini, Atenas desequilibró claramente con un perímetro inspiradísimo que aportó 9/14 en triples en la primera parte, incluido un “bombazo” de Acosta desde su campo.

Cuando parecía que el complemento estaba de más, El Nacional reaccionó con una defensa individual en toda la cancha que lo volvió a poner en juego en pocos minutos.

Pero en un partido con marcados desniveles, Atenas volvió a poner las cosas como antes. Creció el trabajo de Figueroa (13 puntos y 3 asistencias), bien acompañado por Palladino (12 puntos y 5 rebotes) y Romero (goleador junto a Mason con 20), “pinchó” la pelota para jugar con el reloj y la desesperación de su rival y conseguir una cómoda victoria.

Síntesis
Atenas (95): Juan P. Figueroa 13, Sebastián Acosta 19, Brandon Mason 20, James Moore 6, Diego Osella 5 (FI); Cristian Romero 20, Leandro Palladino 12, Bruno Lábaque 0, Mauro Bulchi 0 y Bruno Barovero 0. DT: Carlos Bualó.

El Nacional (67): Mariano Castets 9, Federico Ferrini 16, Sebastián Farías 5, Djibril Kanté 20, Pablo Barrios 3 (FI); Cristian Amicucci 1, Michael Manciel 3, Fabián Sahdi 0, Byron Wilson 10, Alexis Elsener 0 y Lucas Pérez 0. DT: Juan García.

Parciales: 24-18, 58-33, 69-57
Árbitros: Alejandro Chiti y Fabricio Vito.
Estadio: Polideportivo Cerutti.
Crónica: Gustavo Farías (La Voz del Interior)