El Reggaetón

Si alguien duda que la jerarquía de Alejandro Montecchia se mantiene vigente a los 36 años, nada más tiene que observar el video de la notable victoria que consiguió anoche Regatas ante Quilmes, por 89-65, en el marco de la 17ma fecha de la Liga Nacional de Básquetbol.

El retorno del “Puma” llenó de vigorosidad al equipo del parque Mitre para reencauzar un partido que nació con complicaciones, pero que luego fue resuelto con autoridad, como para esperar mañana a Boca con el pecho inflado.

Fueron nada más que 12 minutos los de Montecchia en cancha, tiempo suficiente para marcar diferencias. Es cierto, sus estadísticas no parecen superlativas (5 puntos, 3 asistencias y 2 robos), pero la confianza que irradia el base campeón olímpico ya lo convierte en líder, pese a ser su primer partido de la temporada.

Sorprendió Quilmes en el inicio con defensa combinada: cuatro en zona y Maciel persiguiendo a Martínez. Esta situación hizo que Agustín Carabajal asuma un mayor protagonismo. Y bien que lo aprovechó, dado que con un par de triples desarticuló a Quilmes y le dio una pequeña luz al local (11-8).

Sin embargo, el conjunto marplatense mantuvo firme su postura y le hizo bajar considerablemente la eficacia a su rival (2/10 dobles en el primer cuarto). Después, los cerveceros repartieron bien su goleo y terminaron el parcial 16-12, aprovechando también un par de pérdidas de Regatas sobre el cierre.

Pero en el segundo período cambió radicalmente la situación. Se produjo el ansiado debut de Montecchia y esto motivó sobremanera a Regatas. Una actitud mucho más aguerrida para defender, generó muchos robos que fueron capitalizados con ataques rápidos. Una ráfaga de 23-6 le permitió a Regatas tomar ventaja de diez (40-30) ante un Quilmes que no encontraba antídotos para la vigorosa reacción ajena. La estela del “Puma” dejó el camino preparado para irse tranquilo al descanso largo.

Repitió Quilmes el cuadrado y uno sobre Martínez reiniciado el juego. Y si bien logró frenar a Regatas en ofensiva, le costó marcar porque el dueño de casa también lució firme en defensa. Pero ante la ausencia de Martínez, Quilmes pasó a defender de manera individual. Y esto le abrió el camino a Chuckie Robinson, quien no tenía una buena noche; el estadounidense ganó espacios, con tan buen suceso que en el tercer cuarto nomás metió 17 puntos. Con él, más el aplomo de Montecchia en la conducción, Regatas prácticamente liquidó el pleito (parcial de 66-47); máxime viendo a un Quilmes desmoralizado.

Y efectivamente, al partido le sobró el último cuarto. Quilmes, pese a que en el inicio intentó dar manotazos de ahogado, ya no pudo y fue guardando fuerzas para lo que viene. Regatas, en cambio, no mermó su ambición ofensiva y los minutos finales le sirvieron a Carabajal y Cavaco para redondear una buena noche. Aunque el dueño de todos los aplausos fue el “Puma” Montecchia.

Síntesis

Regatas Corrientes (89): Agustín Carabajal 16, Javier Martínez 8, Diego Cavaco 15, Chuckie Robinson 19, Roberto López 15 (FI), Juan Manuel Rivero 5, Damián Tintorelli 6, Alejandro Montecchia 5, Néstor Serantes 0, Milton Temute 0 y Sergio Zacarías 0. Entrenador: Silvio Santander.

Quilmes (65): Nicolás Aguirre 3, Eduardo Villares 3, Maximiliano Maciel 11, Antonio Reynolds 11, Ezequiel Dentis 9 (FI), Hernando Salles 9, Kwan Johnson 9, Sebastián Porta 1, Selem Safar 0, Diego Romero 9. Entrenador: Oscar Sánchez.

Parciales: 12-16, 40-32 y 66-47.
Árbitros: Roberto Setembrini y Jorge Chávez.
Estadio: José Jorge Contte.
Nota: Carlos Zeniquel (h) – Diario Epoca.
Foto: Gentileza Diario Epoca.


Uno en alza, otro en baja

Hay distintas caras que definen el estado de ánimo de un jugador luego de una derrota. Todo depende de cómo se haya perdido. Pues bien, imagínese la peor para el equipo de Sionista después de haber vivido una tremenda noche de viernes.

Es que el equipo de Sebastián Svetliza está golpeado: primero por el terrible cachetazo que se comió ayer con Boca en su propio estadio (89-69) y segundo por la realidad que trae aparejada. Esto se traduce en cuatro derrotas en serie y ya dos consecutivas como local, lo que hasta hace poco parecía un bastión inquebrantable.

El marcador del primer parcial (19-15) dejó en claro varias cuestiones. Primero que el encuentro arrancó con poco ritmo, posesiones largas y con mucho énfasis en la parte defensiva. Es que tanto Boca y Sionista querían provocar el error de su rival. Sin brillar, pero con arrestos individuales de Zilli y Robinson el Centro fue un poco más y se quedaba con el chico inicial producto de un bombazo del debutante Hall, sobre el sonido de la chicharra.

El juego de control le brindó beneficios al xeneize a partir del segundo cuarto. Desde ese momento, encontró excelentes porcentajes sobre todo desde los 6m25 (4/4 en el segmento). Quien comenzó con la levantada fue Alloatti en el poste bajo y luego llegaron los tiros de Oroná, Gutiérrez y sobre todo Funes (estuvo incontenible y marcó 10 puntos en segundo cuarto).

Sioni, era un simple observador de las acciones y veía como su rival se escapaba en el marcador (48-30). Salvo un buen pasaje de Hall (dos triples más) le permitieron achicar algo de margen de cara al segundo tiempo.

En el complemento Sionista tuvo enormes problemas resolutivos. Ante un dulce Boca que convertía constantemente (11 de 19 en triples). El CJS era todo lo contrario (6 de 22 desde la línea de tres). Fue así que Boca manejó el trámite, ante un Sioni al que verdaderamente no le salió ni una en todo el juego.

Síntesis

Sionista (69): Juan Pablo Cantero 4, Mariano Byró 12, Michael Robinson 14, Alejandro Burgos 3, Alejandro Zilli 13 (FI), Agustín Carnovale 3, Baltazar Claude 1, Pablo Jaworski 0, Ramiro Iglesias 0, Antwon Hall 17 (x), Daniel Hure 2. DT: Sebastián Svetliza.

Boca Juniors (89): Luis Cequeira 2, Fernando Funes 13, Jamal Robinson 5 (x), Leonardo Gutiérrez 24, Gabriel Fernández 19 (FI), Gustavo Oroná 18, Federico Aguerre 1, Juan Sartorelli 1, Carlos Schattmann 0, Alejandro Alloatti 6. DT: Gabriel Piccato.

Parciales: 19-15, 34-48 y 51-68.
Jueces: Osvaldo Bautista y Juan Fernández
Estadio: Moisés Flesler.
Nota: Martín Macor – Diario Uno.