Otra vez le bastó un tiempo

No es casualidad, pero no todo está en manos de Peñarol. Gimnasia jugó a nada en el primer tiempo del viernes y Peñarol jugó a todo. La diferencia fue el partido (34 puntos). Anoche en lo que se suponía un partido de equilibrio y paridad se dio un primer tiempo muy raro.

En principio hay que hacer una breve aclaración: El Nacional juega así, para bien y para mal. Y a la luz de los resultados le ha ido muy bien en toda la liga la línea que le baja el técnico Juan García. Los cambios los hace por convicción sin respetar la racha de los tiradores ni los momentos del partido. Los objetivos de la rotación constante son dos: defender con mucha intensidad todo el partido y que no haya un goleador visible sino que todos anoten.

Pero anoche la rotación fue la clave del partido. Juan García se mostró muy ortodoxo en el pensamiento, sin tener en cuenta que el rival era Peñarol en su propia casa. Empezó como un violín, sacó 8 (21-13) y rotó los cinco titulares, teniendo en cuenta que el base de relevos, ante la ausencia de Castets era Lucas Pérez, el 3er base del equipo.

Peñarol no le encontraba la vuelta ni en sueños. Tenía problemas con la defensa de El Nacional, Michael Manciel mejor que Osborne, bien tomado Román con Kanté y las ayudas, y el resto colaborando en todo hueco. Pato Rodríguez y Federico Ferrini sacando ventajas de Wadley y Locatelli y finalmente Fabián Sadhi le daba más pimienta al partido que Tato Rodríguez.

Pero luego del 13-21 los cinco titulares dejaron la cancha. Peñarol aprovechó para ajustar su defensa y metió un parcial 6-0 para cerrar el primer cuarto solo abajo por dos (19-21): La visita sumó 3 minutos sin convertir.

El nacimiento del segundo cuarto fue clave. El pibe Lucas Pérez no entró bien en el juego y sucumbió ante la marca de Picarelli, a su lado Sebastián Farias no le dio el aire posible, Wadley lo anuló. Byron Wilson ni recibía la pelota ante Mata. Mientras tanto Barrios y Amicucci miraban sin poder siquiera tocar el balón. El Nacional perdió 6 pelotas en 6 minutos y lanzó forzando mucho el tiro. Peñarol encontró gol en Locatelli, Román González y Ale Diez. Metió otro parcial 11-0 para extender la racha a 17-0 desde el primer cuarto y dar vuelta el desarrollo y el tanteador (30-21).

La rotación de El Nacional no tuvo la solidez de los iniciales y Juan García, el técnico de la visita, devolvió primero a Manciel y Kanté a la cancha, para reingresar luego a la media cancha completa (Sahdi, Rodríguez y Ferrini) a falta de 6.00 cuando el partido estaba 30-21. Cuando el quinteto inicial se juntó de nuevo, ya no era lo mismo, tuvo que remarla y Pato Rodríguez erró tres triples, Manciel otro y Kanté empujó mas de lo que jugó. La historia había cambiado.

El Nacional venía jugando a todo, se confundió con los cambios y Peñarol no lo perdonó, siendo muchos menos efectivo en ofensiva que otras noches, apenas regular le bastó para sacar 15.

El complemento fue más parejo pero el resultado lo gobernó siempre Peñarol viviendo de las rentas del primer tiempo. El Nacional bajó el resultado a 10 (48-38) pero un par de triples otra vez le dio la distancia al local.

Por momentos el conjunto de Sergio Hernández jugó muy bien en ataque, con Tato Rodríguez penetrando, descargando, provocando heridas en la defensa, pero el Nacional se las ingenió para que Román González no recibiera el balón, y Peñarol se dedicó por largos momentos solo a lanzar triples con suerte diversa (9/25).

El segmento final fue un espanto ofensivo de ambos conjuntos. Duros en defensa, peleadores, muy conversado, con sanciones técnicas. Todos menos juego. Los primeros cinco minutos le favorecieron al equipo de Monte Hermoso con un increíble parcial de 4-3 (60-49). Nada de nada.

Después de un tiempo muerto que pidió el Oveja el local metió un parcial de 8-2 en un minuto y medio y entonces cerró el juego definitivamente (68-51) a falta de 3.10 para el final. El resto estuvo de más.

Síntesis

Peñarol (71): Sebastián Rodríguez 12, Juan Manuel Locatelli 10, Quincy Wadley 10, Jason Osborne 5, Román González 16 (FI) Marcos Mata 5, Alejandro Diez 8, Lucas Picarelli 5 y Alejandro Konsztadt 0. DT: Sergio Hernández.

El Nacional (55): Fabián Sahdi 2, Federico Ferrini 9 (x), Patricio Rodríguez 5, Michael Manciel 13, Djibril Kanté 15 (FI) Pablo Barrios 0, Byron Wilson 7, Sebastián Farías 2, Cristian Amicucci 2, Lucas Pérez 0 y Alexis Elsener 0. DT: Juan García.

Parciales: 19-21, 40-25, 57-45
Árbitros: Diego Rougier y Javier Mendoza.
Estadio: Islas Malvinas (1600 espectadores)

Foto Majo Gil (ptosal@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar

Atenas fue una comparsa

Todo fue color verde. Y no sólo porque Atenas tuvo ante Central Entrerriano una actuación sólida, de esas que invitan a la ilusión, sino porque contó con ayuda extra: las derrotas de Boca y El Nacional, que lo dejaron provisoriamente en zona de clasificación directa a cuartos de final, el primer objetivo griego para esta temporada.

El de barrio General Bustos fue dueño absoluto del partido. Dominó a la visita de principio a fin, no le dio chances de recuperación en ningún pasaje del encuentro y hasta dejó la sensación de que había definido la desequilibrada lucha antes de llegar a la mitad del juego.

El equipo que conduce Carlos Bualó fue intenso en la marca, atacó criteriosamente, con variantes, y dejó en evidencia las limitaciones de un rival que pronto “tiró la toalla”.

Ya en el primer cuarto, con Diego Osella y James Moore “lastimando” todas las veces que recibieron la pelota en la zona pintada, el local se distanció de entrada. A los 3m14s ya ganaba 13-4 y cerró el parcial 13 arriba (27-14), con ciento por ciento de efectividad en lanzamientos de dos puntos, contra un rival que apenas mostraba un pobre 37,5 en tiros de cancha.

Si algo le faltaba al partido para inclinarse decididamente del lado del local fue que se enchufara Bruno Lábaque. Cuando el base comenzó a cobrar mayor protagonismo, el partido se terminó. Inspirado en ofensiva y sacrificado en defensa, el recién casado encabezó los mejores momentos del griego, que estiró la diferencia a 23 (48-25) al término del segundo.

Los números eran contundentes: Atenas con 61 por ciento de efectividad, contra 32 de su rival que, para graficar su orfandad de juego colectivo, no había movido el casillero de asistencias. Para colmo de males, su valor más rescatable, Kevin Sowell, discutió con el técnico Martín Guastavino y éste lo “atornilló” al banco.

La segunda parte del juego, se intuía, estaba de más. Y no hubo sorpresas. Atenas no le dio respiros a la intensidad de su defensa y el rival no tenía con qué. A 6m49s del final del tercero, la pizarra indicaba un 60-30 que hablaba a las claras del desequilibrio que mostraba el parqué. Sólo restaba saber cuál iba a ser la diferencia final que, sólo por piedad ateniense, no se agrandó a cifras de catástrofe.

Síntesis

Atenas (93): Bruno Lábaque 22, Sebastián Acosta 11, Brandon Mason 17, James Moore 17, Diego Osella 9 (FI); Juan Pablo Figueroa 0, Leandro Palladino 7, Cristian Romero 3, Mauro Bulchi 7, Juan Cognini 0, Eduardo Spalla 0 y Damián Collovatti 0. DT: Carlos Bualó.

Central Entrerriano (64): Rafael Costa 6, Fernando Malara 2, Kevin Sowell 9, Jamal Johnson 7, Sebastián Cabello 6 (FI); Fernando Martina 6, Juan Cangelosi 14, Maximiliano Riolfo 2 (x), Sebastián Vega 6 y Gastón Torre 6. DT: Martín Guastavino.

Parciales: 27-14, 48-25, 72-44
Arbitros: Daniel Rodrigo y Raúl Imosi.
Estadio: Carlos Cerutti.

Crónica: Gustavo Farías – La Voz del Interior