De la nada a la gloria

Cuando uno busca argumentos intangibles, sea hace difícil medir cabalmente su hallazgo, pero en la previa de un partido tan importante como el de anoche, a los jugadores de Quilmes se le pedía: compromiso, disciplina táctica, orgullo deportivo y solidaridad equipista. Cuatro ítems complejos para evaluar, pero acaso el resultado final haya sido la mejor muestra que lo que se vio en cancha y mucho tuvo que ver con lo que se pedía.

El quinto elemento es una situación que muchas veces no depende del mismo jugador: una buena performance en cancha. Los jugadores de Quilmes estaban caídos individualmente y ayer dieron un salto cuantitativo hacia el futuro. Por el contrario, los jugadores de Atenas llegaron a Once Unidos posiblemente en su mejor momento en el torneo y sin embargo se dieron por vencidos mucho antes del final.

La gente empujó desde el comienzo, pero el local arrancó dormido y hubo un sólo equipo en la cancha en el inicio: Atenas, quien con 5 puntos de Lábaque y 5 de Sebastián Acosta metió un parcial 10-0 a los dos minutos. El técnico Oscar Sánchez paró el juego para hacer sonar el despertador, nada de lo que había hablado sobre como contener a la media cancha rival parecía haber sido escuchado. Con un agravante: encima Quilmes no metía la bola.

Luego la aparición ofensiva de Salles (8 pts) compensó su floja defensa de Lábaque (7 pts), en tanto, quien más debió sufrir fue Villares con Acosta a quien le convirtió 10 puntos antes que se disponga su cambio por Selem Safar. Una aparición importante de Moore (la única del partido) abrió la brecha a una ventaja de 12 (8-20). Errando mucho y tirando incómodo Quilmes cerró abajo por 8 el primer cuarto (19-27).

La rotación del banco le cayó mejor al local, que encontró solidez defensiva en Diego Romero y en Selem Safar , mientras Carl Edwards decía presente en el partido (9 pts) por primera vez. Nicolás Aguirre tampoco pudo controlar a Lábaque y Acosta seguía intratable. Pero Atenas se reducía únicamente a sus dos titulares de la media cancha. Palladino no tenía gol (0/3 en triples), y con tan solo dos puntos de los relevos (1/10 de cancha de los suplentes) Atenas aflojó en su ofensiva.

De los 17 puntos en el cuarto, 15 fueron de la dupla Lábaque-Acosta. Y en todo el primer tiempo de los 44 puntos 35 fueron de ellos dos.

Quilmes logró cerrar el primer tiempo con un parcial 7-0 ya que perdía 32-44, dejando la puerta abierta a la esperanza en la segunda mitad. Debió jugar con Harold Arcenaux muy alejado al canasto y tirando triples (0/4) por que la defensa del juego interior de los cordobeses fue muy sólida. Apenas una aparición de Diego Romero fue todo lo que Quilmes puedo imponer debajo de las tablas. Pero a diferencia de los últimos partidos, no estaba perdiendo la lucha por los rebotes.

En el segundo tiempo hubo un solo equipo en cancha. Quilmes apabulló a Atenas con un parcial total de 51 a 25. Como la visita se había sostenido con Acosta y Lábaque Quilmes salió con sus perros de presa en defensa sobre los tiradores de Atenas. El múltiple campeón de liga no tuvo respuestas complementarias. Se quedó sin gol y sin juego. Quilmes lo pasó por arriba con su defensa y por única vez en la noche encontró algo muy raro para este equipo: cuatro triples seguidos.

Contando el final del segundo cuarto (cuando perdía 32-44) el cervecero metió un parcial total de 23-3 para liderar el juego 55-47 en 6 minutos. Villares y Edwards los responsables ofensivos, el quinteto completo los responsables defensivos.

En todo el segundo tiempo, Bruno Lábaque apenas convertiría dos libres, y Acosta un triple. Sin ellos en el tanteador, Atenas no encontró nunca una salida de escape.

Oscar Sánchez decidió darle un descanso al extranjero Arceneaux en el comienzo del tercer cuarto, que visto la producción del equipo se extendió por todo el segundo tiempo. Ezequiel Dentis jugó su mejor partido desde que esta en Quilmes (11 pts y 21 rebotes, 10 en ataque, 3 recuperos, una tapa) y Diego Romero dio muestras de su gran calidad colaborando con una gran defensa, 12 puntos y 8 rebotes.

Por diecisiete puntos ganó el tercer segmento Quilmes (25-8), dando vuelta por completo el juego. Pero lejos de relajarse no se detuvo ahí. Sin dudas que los jugadores querían demostrar que este equipo no esta muerto (de hecho la única manera de demostrarlos no es con declaraciones sino con juego) y siguió apretando el acelerador a fondo.

Carlos Bualó buscó en lo más profundo de su banco cualquier solución posible. Mauro Bulchi junto con Cristian Romero permanecieron en cancha por largos minutos. El resultado tanto con ellos como con Moore y Osella fue el mismo. Dentis y Romero fueron infranqueables creando un muro defensivo.

Carls Edwards de apoco se va mostrando como un alero de nivel, que cumple funciones importantes. Anuló a Brando Mason, luego a Palladino y anotó 29 puntos con altos porcentajes. Fue el único jugador de su equipo que jugó los 40 minutos. Impecable.

El cuarto final lo ganó Quilmes 26-17 sin renunciar ni un minuto a la defensa y al sacrificio. Los jugadores de Atenas, molestos y fastidiados por la mala noche culpaban a los árbitros. En realidad hubo una noche sensible de Roberto Settembrini que quiso llevar el partido con rienda corta y cobró fallos inverosímiles dejando pasar otros más evidentes, pero sin ningún tipo de responsabilidad en el resultado.

Una vez más quedó en evidencia que cuando se quiere todo se puede lograr. Lo importante era saber si se quería. Quilmes dio una respuesta contundente en un momento delicado y logró en un mismo juego dos situaciones importantes: alejó fantasmas del descenso y logra abrir la puerta del futuro, mirando los play off como un lugar deseable.

Síntesis
Quilmes (90): Hernando Salles 10, Eduardo Villares 21, Carl Edwards 29, Harold Arcenaux 4 y Ezequiel Dentis 11 (FI) Diego Romero 12, Nicolás Aguirre 0, Selem Safar 3 y Sebastián Porta 0. DT: Oscar Sánchez.

Atenas (69): Bruno Lábaque 17, Sebastián Acosta 23, Brandon Mason 5, James Moore 11 (x), Diego Osella 0 (FI); Juan Pablo Figueroa 6, Cristian Romero 2, Leandro Palladino 1 y Mauro Bulchi 4. DT: Carlos Bualó.

Parciales: 19-27, 39-44, 64-52
Árbitros: Settembrini - Vito
Estadio: Once Unidos (1100 espectadores).

Foto Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar

Gimnasia se aleja del riesgo del descenso

A tres fechas del final, no sólo empieza a asegurar su permanencia en la elite del básquet argentino, sino que se aferra a la clasificación para los playoffs de octavos de final. Diego Alba con 16 puntos resultó el goleador anoche en el Socios. Mañana el mens sana volverá a ser local frente a Independiente de Neuquén.

Anoche festejó un triunfo clave para empezar a asegurar su permanencia al vapulear a Estudiantes de Bahía Blanca, el colista de la Liga Nacional, quien depende prácticamente de un milagro de ahora en más para evitar irse al TNA.

El quinteto de Fernando Duró terminó imponiéndose ayer en el Socios Fundadores por 84-65, en un partido que sólo se le presentó complicado en el primer cuarto, donde la visita se impuso 13-11.

La reacción, sin embargo, fue rápida. Apenas iniciado el segundo cuarto Gimnasia metió un parcial de 10-0 y terminó yéndose al descanso del entretiempo con una diferencia de 39-27.

El tercer cuarto ya mostraba una diferencia categórica de 66-44 y estaba casi todo dicho, lo que terminó ratificándose en los diez minutos finales.

Síntesis
Gimnasia (84): Diego Alba 16, Charles Jones 8, Diego Prego 10, Jimmy Boston 14, Bruno Ingratta 3 (FI); Matías Fioretti 7, Sebastián Festa 6, Ariel Eslava 6, Diego Brezzo 3, Federico Mansilla 7 y José Alessio 4. DT: Fernando Duró.

Estudiantes (65): Nicolás Paletta 8, José Muruaga 5, Pablo Gil 11, Jamaal Levy 0, Antonio García 12 (FI); Gerardo Barrera 13, Mariano Franco 10, Pedro Franco 5, Juan Manuel Torres 1, Leandro Cecchi 0 y Javier Scheines 0. DT: Marcelo Richotti.

Parciales: 11-13, 39-27, 66-44
Árbitros: Diego Rougier y Javier Mendoza.
Estadio: Socios Fundadores - Comodoro Rivadavia.
Fuente: Diario El Patagónico