Era en Abril…

La situación por la que atraviesa el Club Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia no es nada fácil. Deudas por doquier, remates a punto de llevarse a cabo y seguramente perder el estadio, juicios incipientes y otros con sentencia firme, falta de credibilidad ante la sociedad y demás; conspiran contra la posibilidad lejana de continuar participando en la competencia.

Hace más de un año en esta columna advertíamos sobre la gravedad de lo que se avecinaba. Aquella nota titulada “El infieno tan temido” provocó reacciones cosméticas, pero se siguió adelante con la fiesta, se continuó bailando en la cubierta del Titanic y hoy estamos al borde del abismo—y tal vez ya dimos pasos hacia delante.

Los noveles dirigentes—voluntariosos por cierto—no encuentran la llave que permite acceder a una agenda con nombres influyentes. Apabullados por la realidad y por el futuro se debaten en la soledad a la que son sometidos aquellos que fracasan. Esta sociedad competitiva solo busca aliarse con los supuestos exitosos y, de acuerdo a los valores del modelo actual, no es el éxito lo que rotula la gestión que encabeza Juan Pablo Luque.

No aparecen los inversores privados, no se los seduce correctamente, es más se les presenta una realidad que asustaría al más rico del mundo. Cuando se les dice a los posibles sponsors que “esta Liga es deficitaria para los 16 clubes” difícilmente se logre la llegada de fondos frescos para seguir. Salvo que como sucede en otros deportes, los inversores utilicen a las instituciones para desgravar impositivamente en forma descarada. Ahí abundarían los inversionistas. Pero la dignidad a veces no cede terreno.

Mientras tanto el gobierno de turno-que no es el Estado—está agazapado esperando que la última gota de sudor caiga en el parquet del Socios Fundadores, para tomar decisiones sobre el tema. Y esto sucede por varios motivos. La inacción local, la apetencia política del funcionario actual, el poder que da la centralización del recurso y su administración, la anestesia eterna de la sociedad comodorense ante la inequidad provincial en materia de política deportiva estatal y otras yerbas; hacen que sea tangible la posibilidad de que haya que ceder la plaza a la capital provincial, es decir Rawson.

Uno de los máximos referentes que tiene el deporte estatal, el ex basquetbolista Walter Ñonquepán, aseguró públicamente que “sólo si podemos tomar decisiones importantes vamos a colaborar con Gimnasia y Esgrima”. Muy claro. La misma frase fue dicha en persona a Carlos Peralta, directivo de la Comisión de Actividades Infantiles el Club de Fútbol que representa a Comodoro Rivadavia en la B Nacional de Fútbol “solo hay ayuda si empiezan a funcionar como Chubut Fútbol y nosotros manejamos”.

En el medio de todo esto hay dirigentes que ante la necesidad casi vital de no ser los que pasen a la historia por haber dejado a la ciudad sin básquet profesional, están dispuestos a ceder ante las presiones de los políticos de turno.

Por suerte hay un grupo de gente, de trabajo, honesta, que no se entrega y está quitándole horas a su familia, a su descanso, para arremangarse y meter mano a ver si no perdemos la Liga Nacional de Básquetbol como ya perdimos el Turismo de Carretera, el Estadio del Centenario, la Pista de Atletismo, los albergues deportivos y tanto mas.

El gran debate que se plantean los que se niegan a entregar la plaza es PORQUE, PARA QUE, PARA QUIENES SEGUIR.

Ahora tiemblan los que saben que se va la Liga Nacional de Básquet, ahora ponen cara de preocupados, gestos adustos, pero cuando el equipo pierde dos partidos no van a la cancha, no se hacen socios, no participan en nada; pero ahora le van a caer con todo a Luque y Cia si esto se aleja definitivamente de la ciudad más cara del país.

Mario Rodrigo, ex mecenas del club campeón de la Liga Nacional y Subcampeón Sudamericano dice siempre “esto se sostuvo siempre por los empresarios locales”. Así será una vez más o no será nada.

Si hay que vender la plaza, que se venda lejos de la zona. Que disfruten los que quieren básquet y no pueden ascender por el motivo que fuere. Que no lo gocen los que sólo esperan la caída final de Gimnasia y Esgrima para quedarse con lo que es de Comodoro Rivadavia por mérito propio.

Ricardo Scazzino – Especial para Pick and Roll