(Opinión) El orgullo de Regatas le impidió especular con un quinto partido (asegurado) como local ante Flamengo, que le hubiera permitido ahorrar energías para afrontar la serie de cuartos ante Quimsa, por la Liga Nacional Movistar.
Regatas viajó a Brasil con la firme intención de consagrarse campeón de la 12ma edición de la Liga Sudamericana y, al cabo, el esfuerzo resultó en vano.
Sin embargo, ese orgullo y carácter que se vislumbra en el equipo del parque Mitre hace que la fe permanezca intacta en ambos frentes. Es cierto que hoy por hoy la situación se presenta compleja porque, como se dice vulgarmente, Regatas puede quedar “sin el pan y sin la torta”.
Pero es un riesgo que asumen sólo los grandes equipos, aquellos que confían en sus propias fuerzas por encima de cualquier eventualidad (en este caso, claramente son las lesiones).
Por el ámbito internacional, enfrente tiene a un rival de los mejores en el torneo sudcontinental, con jugadores notables, como los hermanos Machado (Marcelinho y Duda), artífices fundamentales para equilibrar la serie final en dos triunfos por bando. El martes el que se lució fue Marcelinho, con la friolera de 44 puntos (más 6 asistencias y 4 rebotes); mientras que anteayer el que adquirió un mayor protagonismo fue Duda (28 tantos, 7 recobres y 6 pases-gol).
Regatas, siempre con su perfil colectivo por sobre todas las cosas, hizo lo que pudo y lo que le permitió su plantel, diezmado por las lesiones, pese a que en el cuarto juego el técnico Silvio Santander dispuso de todos los jugadores mayores.
La sensación ahora es que el título le muestra bandera verde a ambos, aunque el detalle no es menor: Regatas será local el próximo miércoles, cuando se dispute el quinto y decisivo encuentro. Será en Corrientes, entonces, cuando el equipo del parque Mitre deberá hacer sentir el aliento de su gente para dar la ansiada vuelta olímpica. Sobre todo porque, hoy por hoy, es la opción más firme que tiene para festejar un título.
No obstante, aquel orgullo mencionado, hace que los dirigidos por Santander no se resignen en el frente interno y quieran ir por más ante Quimsa. Mañana será el “Día D” en Santiago del Estero e injustamente o no -por la superposición de calendario- Regatas tendrá que jugarse el todo por el todo para no mirar las semifinales por televisión.
La doble competencia es un desafío que asumen los equipos con aspiraciones de grandeza. Regatas todavía tiene posibilidades de demostrarlo.
Nota: Carlos Zeniquel (h) – Enviado Especial a Río de Janeiro – Diario Época