(Madrid) Sthefany Thomas es sin dudas uno de los mejores proyectos que tiene nuestro básquetbol nacional. La actual jugadora de la universidad de Clemson accedió amablemente a dialogar con Pick and Roll acerca de su pasado, presente y futuro. El dato: podría haber otro Thomas en la selección.
Autor:Emanuel Niel (eniel@pickandroll.com.ar)
Alegre, y por lo general siempre sonriente. Con un español rioplatense que esconde perfectamente su vida en América del Norte, frontal y sincera, así se muestra Sthefany Thomas. La niña, que en alguna oportunidad supo aparecer en la revista “El Gráfico” en los brazos de sus padres y bajo el título “Un amor en blanco y negro” hoy ya es toda una mujer.
Luego de vivir en tres ciudades en nuestro país (Bahía Blanca, Trelew y Paraná), y quedarse con un poquito de cada una a pesar de su corta edad, Sthefy medita y se arriesga a señalar cual sería su ciudad de origen, si tuviese que elegir una.
“Yo diría que soy de Bahía, porque ahí está toda mi familia, mis abuelos, mis tíos, mis primos están todos ahí. Crecí ahí, fui a la escuela ahí. Pero después, al crecer, también viví 4 años en Trelew, mi mejor amiga vivía en Trelew y viví muchísimo tiempo en esa ciudad en comparación a otras ciudades donde estuve. Pero diría que soy de Bahía Blanca, diría que soy bahiense”.
A su vez a la hora de reflexionar acerca de los motivos que la traen a nuestra tierra, ella explica:
“Es otro mundo, totalmente diferente. Pero me gusta, es salir un poco del mundo del que vivo, del primer mundo, y darte cuenta de la forma de otra gente, de cómo vivía yo antes. Acordarme de donde soy, de donde realmente crecí, no olvidarse de la cultura Argentina. Me pone muy contenta volver a Argentina y ver a mis abuelos”.
Continuando con el tema, y debido a que en gran parte del año la perimetral nacional se encuentra afincada en suelo estadounidense, es inevitable pedirle que señale ventajas y desventajas de nuestra tierra en relación al país que habita.
“Entre Estados Unidos y Argentina... hay muchas diferencias malas y buenas en los dos países, y muchas cosas buenas te puedo decir de Argentina, como por ejemplo la comida, que me gusta mucho más. Y también la gente, la gente Argentina es diferente. Los americanos pueden ser un poquito más fríos, pero volver y estar en otro mundo es una experiencia totalmente diferente y única”.
Ya retrocediendo en el tiempo y mirando en sus primeros años, fue la misma Thomas quien se encargó de comentar el paso que significó en su vida el hecho de irse a vivir a América del Norte.
“Con el tema del idioma y del lenguaje al principio fue complicado. Me dieron clases en la escuela para ayudarme, pero me adapté bastante rápido, por ser seis años ya estoy viviendo la vida norteamericana a full. Ya soy norteamericana, el inglés lo leo, lo hablo, lo escribo, como cualquier otra persona ahí”.
“Y por el tema de conocer gente nueva, yo soy abierta. Si no me entienden voy a buscar una forma para que me entiendan. Es querer adaptarte, y hacerlo rápido, porque si vivís con la cabeza cerrada, no vas a llegar a vivir bien las cosas. Fue difícil al principio, pero con la familia nos adaptamos muy bien y estamos muy contentos ahora”.
Dentro de esa vida, hay un punto muy importante de la historia: el trato hija – padre. A sabiendas de que ambos son amantes del básquetbol, es bueno saber como manejan el tema.
“Es casi todo lo que hablamos. Si no es de básquet hablamos de mí, de mi vida, y él quiere lo mejor de mí, por supuesto, y siempre tratando de ayudar. Pero de básquet el no me habla de las cosas que hago bien, sino de las que hago mal para corregirme. El sabe muchísimo de básquet, y yo tomo todo en cuenta. Escucho y trato de aprender y usarlo en la cancha”.
“El sabe mucho, entonces trato de agarrar la experiencia de él, y lo que sabe él y tratar de juntarlo con mi juego y crecer como jugadora. Incluso miramos partidos juntos y los analizamos”.
A su vez, sobre la reacción de su padre al el hecho de vestir la camiseta celeste y blanca y no la roja, blanca y azul, Sthefy menciona:
“El cree que esto es una oportunidad como no hay otra. Me va a ayudar muchísimo más a mí y me va a dar muchísimas más opciones a mí para mi futuro, como jugadora, para ayudar al equipo. Es una experiencia más allá del básquet. A él le gusto muchísimo la idea porque el no quiere que yo me olvide de donde vengo y quien soy. Él siempre me dice “no te olvides quien sos”. Soy Sthefany Thomas: parte americana pero soy parte Argentina y eso nunca me lo voy a olvidar. Eso nunca se me va a ir. Está en la sangre”.
E incluido dentro del planeta de la naranja esta el hecho de ser hija de un extranjero que dejó huella en nuestra liga:
“Él siempre me dice: “Siempre que hablen de vos va estar mi nombre presente”. No es Sthefany Thomas, es la hija de “Jimmy” Thomas (risas). Yo no me acuerdo mucho porque era muy chiquita, pero me cuenta sus anécdotas cuando jugó en Argentina para Olimpo y Ferro”.
En esa vida en familia, que mucho tiene que ver con el básquet, también hay un dato curioso que la misma jugadora de la universidad de Clemson cuenta sin desperdicio alguno.
“Yo andaba mucho con mi papá cuando era chiquita, porque mamá trabajaba todo el día. Él iba al club y yo con él. Me hablaba en inglés y yo le entendía, pero le contestaba en español, aunque le entendía. A su vez comencé a ir a un instituto para aprender a hablar en inglés, ya que sabíamos que en algún momento nos iríamos a vivir a los Estados Unidos”.
“Y con mi mamá siempre hablamos en español, pero ahora cuando fuimos a Estados Unidos, mi papá era el que trabajaba mucho, entonces yo andaba más con mamá. Entonces cambió. Yo practicaba el inglés en Argentina y ahora en Estados Unidos hablo en castellano con mamá, así que invertimos el rol y trato de no perder el ritmo, aunque no lo voy a perder”.
“El hecho es que por ejemplo estamos en la mesa cenando y yo le hablo a mi mamá en castellano y me doy vuelta y le hablo a mi papá en inglés y mamá dice: “Español por favor”, porque ella quiere que en casa hablemos todos en español. Es así, quiere que hablemos en español en la casa. Mi papá no habla en español, pero mamá le habla en español a él. Él entiende y lo habla pero… (risas)”.
La vida familiera de los Thomas traspasa barreras y gracias a la tecnología pueden estar en contacto fluido con Argentina, sobre todo su mamá.
“Siempre está al tanto de todo. Habla todos los días con mis abuelos, así que está muy enterada de lo que pasa en el país. Para ella es un honor que yo juegue para la selección Argentina y para mí también por supuesto”.
Casi finalizando la nota, la estudiante de segundo año de Lenguaje y Comercio Internacional da una novedad.
“Yo soy muy parecida a mi papá. En carácter, personalidad. Y mi hermanito Eric se parece mucho a mi mamá. Es muy pasional con Argentina. Juega al básquet, tiene 13 años mide 1.74 y ya están hablando de que podría venir a jugar en la selección de cadetes. Él actualmente esta en Weightman Middle School, colegio de Wesley Chapel, la ciudad donde vive toda la familia. Queda a las afueras de Tampa, Florida. Realmente el quiere estar y la verdad que juega lindo”.
A modo de conclusión y cierre, Sthefany Thomas sintetizó:
“Yo de estas experiencias con la selección nacional siempre me llevo muchísimo de vuelta a Estados Unidos. Lo tomo siempre como positivo, y siempre para adelante, para mejorar como jugadora y como persona“.
“En relación a mi futuro luego de la universidad; mis padres quieren lo mejor para mí. Lo que me haga más feliz. Ellos van a apoyar mi decisión y van a estar atrás siempre apoyándome”.