(Opinión) Boston quedó a un paso de conseguir su título número 17 de la historia de la franquicia. Del otro lado Kobe Bryant tendrá que soportar el asedio periodístico que le recordará una y otra vez que hasta el momento no ha podido liderar a los Lakers a un campeonato sin Shaq al lado. Si bien era imparable, el gigante siempre tuv compañía. Este caso es diferente.
Autor:Sebastián Ciano (Especial para Pick and Roll)
En la previa de las finales entre los Lakers y los Celtics no había un candidato definido, se trataba de los dos mejores equipos de la NBA que se medirían retomando un duelo histórico. Sin embargo, cuando había que inclinarse por alguno de los dos, muchos lo hacían para el lado de Los Angeles, quien era el que mejor imagen había dejado en los playoff.
Boston llegó con el trajín que significaron dos séptimos juegos, en primera y segunda ronda, más otra dura serie ante los Detroit Pistons para definir el campeón del Este. Por su parte, el equipo de Phil Jackson accedió a la instancia final luego de ganarle 4-1 a los San Antonio Spurs, los campeones defensores, jugando un gran básquetbol y con puntos individuales muy altos, sobre todo el de Kobe Bryant, la carta ganadora y el eje principal del futuro duelo.
Luego de un comienzo de temporada en el que se llegó a pedir la cabeza de máxima figura Laker (la gente lo abucheó en las primeras jornadas), poco a poco el equipo se fue asentando hasta llegar al punto de inflexión de la temporada: La legada de Pau Gasol a mediados de Febrero, antes del cierre de traspasos. Kobe tendría el ladero que tanto necesitó para poder formar un gran equipo alrededor suyo, y guiar a Los Angeles a otro anillo.
Toda la prensa le apunta a él, ya que todavía carga acuesta el hecho de no haber salido campeón sin Shaquille O’Neal de compañero, y parece que esta vez no será la excepción. Ahora, con la serie 1-3, las esperanzas son cada vez más remotas, por lo que los medios le achacarán no lograr su cometido ¿Es justo?
Bajo la batuta de Shaq, los Lakers consiguieron el tricampeonato 2000, 2001 y 2002 luego de derrotar en las finales a Indiana, Philadelphia y New Jersey, respectivamente. En cada definición, el pivot no solo fue determinante, sino que se llevó el premio al MVP de cada una de las finales. Si bien no puede dudarse que O’Neal era el líder dentro de la cancha, no es menos cierto que no estaba absolutamente solo.
El ahora centro de los Phoenix Suns registró números asombrosos; En la barrida ante los Nets por 4-0, promedió 36.3 puntos, 12.3 rebotes y 2.7 tapas, al tiempo que ante los Sixers de Iverson y Mutombo (4-1), “Diesel” tuvo una media de 33 tantos, 15.8 tableros y 3.4 bloqueos. Sin embargo, a su lado Kobe, que entró a la NBA en 1996 (el año en el que Shaquille pasó de Orlando a L.A) con 18 años recién cumplidos, se estaba formando como jugador con estupendas actuaciones. A saber: Promedió 27 punto, 6 rebotes y 5.3 asistencias ante los Pacers y 24.6, 8 y 6 frente a los Sixers. Juntos eran dinamita.
De vuelta en 2008, con 12 años de profesional y mucho jugado (y ganado), le llegó el turno de liderar a la franquicia más marketinera de la NBA, aunque al mirar a su alrededor Kobe no encuentra un joven al que comparan con Michael Jordan, sino todo lo contrario.
Gasol le dio carácter de candidato a los Lakers, pero en las finales ha bajado casi 5 puntos su promedio de goleo (de 18.8 a 14.5) con respecto a la fase regular, como así también sufrió una merma en su porcentaje de cancha (de 59 % a 51.1 %). Otro que brilla por su ausencia es Lamar Odom; Mejoró notablemente su producción desde la llegada del español, pero ante los Celtics está irreconocible: tiene una media de 11.8 tantos, y una participación muy inconsistente tanto en ataque como en defensa.
Bryant ha sido hasta aquí la única opción de Los Angeles, aunque no por opción sino por incapacidad ofensiva. En el primer partido no le salió nada, sucumbió ante la férrea marca de un “perro de presa” como Ray Allen y, si bien terminó con 24 puntos, lanzó 9 de 26 de cancha. En el segundo, la historia fue distinta. Boston se paseó en la cancha los tres primeros cuartos, pero enel último Los Angeles casi da vuelta una desventaja de 24 puntos tras anotar 41 tantos, 13 de Bryant (terminó con 30). El tercero, ya en el Staples Center, fue de lo mejor. Clavó 35 y lideró como nunca a su equipo para poner la serie 1-2; Pero el Jueves la historia volvió a ser la misma. Esta vez la defensa asfixiante fue de Paul Pierce, y nadie acudió al rescate: Todos miraban como Kobe luchaba contra la corriente.
Seguramente los Celtics gritarán campeón luego de 21 años de sequía, será cuestión de días. A pesar de que todavía no se le dará el campeonato como máxima estrella, las eventuales críticas desmedidas hacia Kobe Bryant estarán de más si se toma como referencia toda la campaña, y que está jugando a un deporte en el que el ni mismísimo “MJ” ha podido ganar solo.
»eMmAnUeL (hincha de ciclista olimpico)14/06/2008 16:53
ojala gane boston se lo merecen me gustaria ver ganar un campeonato a paul pierce porque esta hace años en boston y es uno de mis jugadores favoritos,,tmb por garnett y ray allen, creo q si no se les da ahora no se les da mas,,,suerte a boston