¿Revancha en la final?

Decididamente Argentina no jugó un buen partido. Fue un primer tiempo mucho más prolijo que el segundo, pero nada salió bien. Ahora, detrás de la derrota de anoche ante Uruguay sirve anotar los errores y corregirlos para una posible final con los orientales.

Argentina se vio superada por una conducta más sólida del rival, que fue prolijo, persistente en su idea táctica y eficaz a la hora de ejecutarla con dos actores estelares: Nicolás Mazzarino y Esteban Batista. Uno por afuera y uno por adentro. Ambos fueron una pesadilla para la defensa argentina y machacaron una y otra vez nuestras ilusiones. A tomar nota para la revancha.

En el primer tiempo hubo paridad. Argentina salió con una ejecución muy prolija, trabajando naturalmente para Román González en ataque que se emparejó en un lindo duelo con Esteban Batista. Stanic dio juego pero sufrió en defensa, por eso entró rápido Luis Cequeira.

Con el nuevo base de Regatas, ex Boca, en cancha la selección tuvo un poco más de solidez defensiva pero “Junior” todavía le cuesta armar juego para sus compañeros, usa mucho sus piernas, poder de salto y tiro, pero la selección con él y la presencia de Diego García cayó en la anarquía de juego.

Como Juan Manuel Locatelli (el mejor alero defensivo nacional) no estuvo bien con el aro, el entrenador Guillermo Narvarte necesitado de gol tuvo que cambiar la media cancha.

De apoco fue apareciendo Nicolás Mazzarino, con movilidad encontró espacios, se le escapó a Quinteros y cuanto marcador tuvo y fue mostrando desde el inicio que la noche sería suya. Clavó dos triples y una jugada de tres puntos en el primer cuarto. Un triple de siete metros de Quinteros sobre la chicharra marcó la diferencia de un punto al final del primer cuarto (20-19).

El segundo parcial fue de Uruguay (21-18) que siguió jugando muy prolijo a pesar de la rotación desde el banco. Claudio Charquero y Leandro García Morales sin convertirse en goleadores siempre dieron una buena mano.

De todos modos el primer tiempo fue muy parejo. Los dos equipos buscaron posesiones largas. Y ambos mostraron sus créditos para sacar ventajas en ataque: Román González y Paolo Quinteros Argentina, Esteban Batista y Nicolás Mazzarino en los celestes.

Pero el segundo tiempo fue otra historia. Sobre todo el tercer cuarto. Con la presencia de Leandro García Morales y Mazzarino en cancha, Narvarte quiso equilibrar con el tandem Paolo Quinteros y Diego García juntos. Escoltas contra escoltas. El partido cambió lógicamente de ritmo, se hizo más dinámico y perdimos nosotros. Mazzarino destruyó la defensa ante flojo partido de Quinteros (tanto en defensa como en ataque) y Esteban Bastita se apropio de los tableros (el propio y el ajeno).

Cuando Uruguay se alejó a 13 puntos (64-51) rompiendo por primera vez la paridad, el técnico lo sacó a Quinteros y lo mando a Mata a detener a Mazzarino.

Los árbitros cobraron protagonismo pitando muchas faltas en ataque, para los dos lados. El partido se hizo muy friccionado y Guillermo Narvarte se sacó. Creyó injustos algunos cobros y se ganó un técnico. Fue justo en una jugada de falta sobre Mazzarino, prosiguió la protesta y hubo un técnico más al banco. Fueron seis tiros libres y reposición.

Mazzarino aprovechó solo tres y fallaron la conversión siguiente. De posibles 8 o 9 puntos solo sacaron tres (67-53) pero la diferencia seguía siendo grande. De todos modos, Uruguay jugaba mejor.

Mientas Diego García juega a una velocidad, el resto de sus compañeros lo hace a otra. Su instinto voraz de gol lo hace ir insistentemente para adentro. Se olvida de sus compañeros, se pierde con su vértigo el orden y ya no le llega la pelota a los internos. Los bases argentinos no ordenaban, los tiradores no la metían. Nadie defendió. El tercer cuarto fue un desmadre.

Para completarla, en otra acción (tapa a Cequeira de un tiro de cinco metros) se fue expulsado Narvarte por protestar. El técnico estaba como nunca con los árbitros, que conviene decirlo, nada tuvieron que ver con el resultado.

La máxima llegó a 18 (75-57) tras un parcial lapidario de 35-19. Un poco de voluntad y calma hizo cerrar el cuarto en 75-61.

La arremetida del cuarto final no alcanzó, hubo una tardía reacción. De todos modos alentadora, porque Argentina volvió a meterse en el partido viniendo desde el infierno. De un partido que había sido parejo a una desventaja de 15 puntos. Hubo dignidad para seguir peleando, aunque claramente Uruguay jugó mejor.

A falta de dos minutos del final la selección llegó a ponerse a solo siete puntos, presionando en toda la cancha, exigiendo, pero Uruguay tuvo tres triples consecutivos como respuestas para quedarse con la victoria.

Síntesis
Argentina (93): Maximiliano Stanic 3, Paolo Quinteros 28, Juan Manuel Locatelli 0, Andrés Pelussi 9, Román González 23 (FI); Luis Cequeira 7, Diego García 16, Leonardo Mainoldi 3, Juan Gutiérrez 2 y Marcos Mata 2. DT: Guillermo Narvarte (descalificado).

Uruguay (102): Gustavo Barrera 16, Nicolás Mazzarino 36, Mauricio Aguiar 0, Gastón Páez 2, Esteban Batista 24 (FI); Claudio Charquero 10, Leandro García Morales (x) 8, Diego González 2, Juan Pablo Silveira 1 y Diego Castrillón 3. DT: Gerardo Jauri.

Parciales: 20-19, 38-40 y 61-75.
Arbitros: Cristiano Maranho (Brasil), José Carrasco (Chile) y José Juyo (Colombia).

Pablo Tosal
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