Las ventajas de no saber idiomas

Es imprescindible saber que la gran mayoría de los periodistas no tienen vidas de príncipes, sino que son trabajadores normales cuyo laburo consiste en contar lo que pasa. Por lo tanto accede al asombro con la misma facilidad que cualquier hijo del vecino.

Uno no puede subirse a un púlpito y contar lo que es Beijing sin cierto grado de la emoción de lo desconocido y diferente. Yo estoy fascinado y se me hace difícil (rara cosa) encontrar palabras para describir.

Prefiero ir describiendo de lo cotidiano a lo exótico. A ver:

Yo pensaba que los tacheros no sabían nada de ingles, pero un caso me dejo la duda. Es natural que pongan cara de “no entiendo”, como le mostré hasta el camino que tenia que tomar, el tipo en el medio del viaje se soltó, me preguntó en ingles de donde venía y terminó sabiendo más inglés que yo. Preguntaba y respondía como si tal cosa. Dicho sea de paso, fue el viaje más barato de todos lo que tomé.

Pero que no sepan idioma al menos hace que descansen mis ganas de decir boludeces arriba de un taxi. Con una temperatura de 33 grados, mucha humedad, la ropa se pega y el smog te nubla. Llegó al taxi y no tenía el aire acondicionado prendido. Entonces, en perfecto argentino le dijo: “echale papa al aire acondicionado, vieja”. Obviamente empezó a hacer señas y repetí “dale no seas gil, poné aire.”. Hasta que el calor pudo mas y terminé con el chiste para mostrarle con señas que prenda el aire. Pero se puede decir cualquier cosa, total… ¿quien entiende algo?.

Hablando de entender. En el bondi de prensa que nos lleva del MPC (Main Press Center) hasta el estadio de básquetbol iban tres periodistas brasileños a ver a su selección femenina. Yo iba a revisar las comodidades para el día siguiente de básquetbol masculino. Como escuché que venían discutiendo de Leandrinho pensé “Todavía no lo pueden digerir”. Y decidí ir a salar las heridas.

Me acerqué y en perfecto inglés les pregunté contra quien juegan mañana la selección de Brasil. Amablemente me respondieron que no habían clasificado. Estaba para seguirla y preguntar “Ahhh ¿lo tienen que ver por tele?” pero no aguanté la risa y me volví a mi asiento. Espero que no vengan a descubrir que soy argentino.

La organización, al menos para la prensa, es brillante. Algunas fotos ilustran esta nota, pero vale la pena contar lo siguiente. Fuera del gigantesco edificio del MPC (tres cuadras de largo) hay un estacionamiento de 200 x 300 mts aprox. Allí hay 8 filas numeradas del 1 al 8 y en cada fila una secuencia de 6 paradas claramente identificadas. Cada parada tiene uno o dos destinos en particular. Pueden ser algunos de los 36 hoteles de prensa o algunas de las sedes de competición. Los colectivos solo pueden ser abordados por gente de prensa (Periodistas y fotógrafos), por lo tanto hay más de 40 líneas de colectivos creadas para trasladarnos y que salen cada 20 minutos todo el día. Desde el MPC hasta el estadio de Básquetbol yo me tomo el MB04 que para en la fila 6 y tarda 38 minutos en llegar.

En el MPC hay 966 puestos de trabajo para la prensa, pupitres largos que tienen todas las comodidades (todos laburan en muy baja voz –casi en silencio), baños para ducharse, salas de masajes, salas de pesas, peluquería, y un enorme restaurant que divide las comidas en Orientales, mediterráneas, grilladas y frías. Luego la parte de postre. La comida es barata. Entre 30 y 50 yuanes un almuerzo (5 y 7 dólares). También hay un Mc Café y un Mc Donalds (3 dólares el big mc). Oficinas postales, banco, sala de fotógrafos y todo lo que se imaginen. Son 300 metros de largo aprox. por 4 pisos.

De todos modos me muevo muy poco en los colectivos de prensa. Mi medio de transporte en Beijing es el Subte. Ya soy experto en combinaciones y salidas. Todo está en Ingles y chino. Súper fácil manejarse. Son un lujo de limpieza (nadie tira un papel al piso) y se ve limpio por donde mires. En los ingresos me llamo la atención unas bolsas de arena contra la pared, pero es para que no se inunden si llueve. Para ir de mi Hotel al MPC tomó el subte línea 5 en la estación Dengshikou, luego de 7 paradas me bajo en Huixinxijie Nankou y tomo la línea 10 hasta Beitucheng. Allí hago combinación con la 8 (hay que salir del subte y entrar al parque porque te revisan) y luego me bajo en Olympic Green. Allí es el medio del parque olímpico. Tengo a mi derecha el Nido de Pájaros y a la izquierda el cubo del natatorio. 600 metros caminando y después de 40 o 45 minutos de haber salido llego al MPC. Uffff.

Todas las distancias son grandes. No hay distancias chicas en Beijing. No hay nada chico en Beijing, salvo los propios chinos.

Los días de partido, hago otro recorrido. Me voy directo al estadio desde el hotel. Tomo la línea 1 que está a 5 cuadras de mi hotel. Desde allí va derecho hasta la parada del Wukesong Bridge donde debo bajarme y cruzando la avenida aparece el estadio. Son 11 paradas y algo así de 25 minutos. Presentando la credencial te dan el pase gratis.

Arriba del vagón la gente te mira como si fueras de Marte, no de otro país ¿Nunca vieron un argentino? ¿Un occidental? ¿Un ser humano?. Este pueblo vivió muchos años con fronteras cerradas. Les divierte mucho (y les es extraño) ver gente distinta. Tengo un secreto inconfesable: me parece que las chinas son más altos que los chinos. Seguiré con mi scouting pero he visto mas minas altas que tipos.

Luego sigo con más. Hay tantas cosas por contar como personas en esta ciudad.

Desde Beijing - Pablo Tosal
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