Uno x Uno

Pablo Prigioni: realizó un torneo irregular y le costó tomar la posta y el testimonio que dejó Juan Ignacio Sánchez. Apareció de a ratos. Su fuerte estuvo en el entendimiento con Scola y en sus punzantes pases al poste bajo.

Emanuel Ginóbili: hasta el desafortunado partido contra Estados Unidos era de lo mejor del Torneo. Líder indiscutido de Argentina. Llegó a ser el goleador y el mejor pasador de la selección. La lesión lo marginó de la parte final del certamen. Manu debería tener revancha, ya que no se puede despedir así de la selección.

Andrés Nocioni: el corazón del seleccionado. Fue el jugador que aportó garra, sacrificio y el que contagió al resto en los momentos difíciles. Tiene tanto amor propio que hasta se animó a jugar lesionado. Cualquier seleccionado pagaría por tener un jugador con la garra de Chapu.

Luis Scola: el capitán del equipo tuvo un gran torneo. Fue el goleador de Argentina con 18.9 puntos. Determinante y ultra peligroso en la zona pintada.

Fabricio Oberto: se encargó del juego sucio, colocando cortinas, bajando rebotes y luchando cerca de los tableros. Como meta a cumplir quedó que debería haber mirado más seguido el aro para tomar opciones de tiro.

Carlos Delfino: el revulsivo del equipo. Siempre aportó soluciones desde el banco de relevos. No le tembló la mano para lanzar al aro y se las ingenió como base alternativo. Su mejor performance llegó en los momentos decisivos del certamen.

Román González: tuvo pocas oportunidades de juego. Cuando ingresó alternó buenas y malas; aunque siempre estuvo dispuesto para sumar.

Paolo Quinteros: jugó poco y quizá el entrenador debió darle muchas más oportunidades. Demostró su gran clase de jugador en el choque por el bronce ante Lituania.

Leonardo Gutiérrez: poca aparición en el equipo. Cuando le tocó jugar trató de aprovechar los minutos. Se ubicó en las zonas del perímetro y cumplió. Siempre estuvo atento para colaborar y se esforzó en defensa.

Juan Gutiérrez: demostró que dejó de ser un proyecto a futuro para convertirse en una realidad. Tuvo poca participación; aunque siempre sumó acciones positivas cuando entró al campo de juego. Lo mejor del pivot se observó en la semifinal ante Estados Unidos.

Antonio Porta: prácticamente no sumó minutos de juego. Imposible calificarlo.

Federico Kammerichs: el entrenador no le encontró una posición en el campo y jamás lo utilizó.