Lo entiende quien lo siente

“Estoy seguro de lo que hice, porque tampoco fue una decisión unilateral, sino que la charlé con el cuerpo técnico de San Antonio Spurs. Volvería a tomar la misma decisión de estar en Pekín (…). (…) “Cualquier deportista que cuente con la posibilidad de vivir un Juego Olímpico no debería rechazarla. Habrá gente que lo entenderá y otra gente que no”.

Este es un fragmento de una nota escrita por el propio Emanuel Ginóbili en su página web que habla de lo que se ha convertido en un tema de Estado en San Antonio: La decisión de haber ido a jugar los Juegos Olímpicos con la selección Argentina ahora se pagará con una artroscopia, y también con el enojo de la gente y cierto sector de la prensa. Pero, como afirma el bahiense en su “posteo”, hay gente que lo entiende y gente que no, porque en esta parte del planeta se piensa diferente que en el famoso país del norte. Así de simple.

A Gino todavía le restan dos años más de contrato, válidos por las temporadas 2008/2009 y 2009/2010, en las que ganará 9.9 y 10.7 millones de dólares. La idea de la dirigencia de los Spurs era llegar a un acuerdo y extender el vínculo con el bahiense, considerado el mejor sexto hombre de la 07/08. Ahora, las negociaciones quedaron en stand by con la “nueva/vieja” lesión en el vendito tobillo izquierdo, ya que los popes de San Antonio dudan sobre lo que podría dar Manu de acá a dos años.

La pregunta se cae de madura ¿Está mal que Ginóbili haya viajado a Pekín? Aunque nos parezca raro, la respuesta variará depende del lado en que se la mire (o se la responda). Solo basta con recordar las caras de la mayoría de los jugadores NBA durante la ceremonia inaugural de los juegos para tener en claro que viven y sienten el deporte de una manera completamente diferente al resto de los atletas del mundo, y no solo de los basquetbolistas. Los rostros reflejaban cansancio y aburrimiento; Parecían decir “esto ya lo viví”.

Los gestos de “mufa” y el paso lento del seleccionado masculino de básquetbol de los Estados Unidos contrastaban con los atletas de los diferentes países y disciplinas, quienes se asemejaban más a un nene dentro de una juguetería que a deportistas de elite. Todo radica en la forma de ver las cosas de los estadounidenses, el creerse el centro del mundo, de un mundo que no conocen ni les interesa conocer. Por eso no comprenden a Ginóbili, un jugador que no tiene la prensa que debería tener durante todo el año porque juega para un equipo que no “vende”; Sin embargo, ahora que está lesionado, todos pusieron el grito en el cielo.

Toda la República Argentina le agradece a uno de sus deportistas más grandes de todos los tiempos, porque volvió a dejar el alma por la camiseta de la selección, sin versos ni demagogia. Si hay algo que caracteriza a un grande como Manu es que todos (me permito hablar por cada uno de ustedes) creemos en lo que dice, sabemos que siente lo que hace y declara. Por eso, desde aquí, un pueblo que trata a sus deportistas como su tesoro más preciado, nos sacamos el sombrero ante el mejor. Aunque a algunos les cueste entender.

Fotos: EFE e infobae.com

Sebastián Ciano
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