Soplan nuevos vientos

Dos imágenes distintas dio el nuevo clásico de la liga. Por un lado un equipo que tenía ganas de mejorar, que venía creciendo en su defensa, mejorando en ataque y con deudas ante su público como Quilmes.

Por el otro Peñarol que anda con la panza llena. No se puede adjudicar la victoria quilmeña a la desidia para con el partido del milrayitas, porque sería injusto y se taparía todo lo bueno que hizo el equipo de De la Fuente, pero es tan cierto como imposible de saber qué partido pretendió jugar Peñarol sabiendo que tiene que seguir en la copa y que no pasa nada si pierde un clásico.

Todos quieren ganarlo, acaso la imagen más elocuente sea Tato Rodríguez que se peleó con Pablo Gil y se fue descalificado de la cancha. Es muy difícil regular en un partido que se juega con los nervios a full. Por eso la victoria de Quilmes debe analizarse desde todo lo bueno que hizo y todo lo que no le dejó hacer a su rival.

El primer cuarto Peñarol lo ganó por un punto (23-24) sostenido por una endiablada puntería en casi todos los sectores del campo. La defensa de Quilmes hizo lo mismo que luego repetiría durante todo el partido, con un cerrojo para Román González, controlando su brazo izquierdo (que habitualmente termina en gancho) y con rotaciones que esta vez no dejaron huecos para las sorpresivas apariciones de Byron Johnson. ¿Y cómo ganó entonces el segmento? Con la riqueza de sus jugadores.

Sin tirar siquiera un tiro libre (sin forzar jugadas cercanas al canasto tampoco) Peñarol lanzó 4/7 en triples y 6/8 en dobles. Era evidente que le sería muy difícil sostener esos porcentajes sino cambiaba su juego. Quilmes mientras tanto se aprovechaba de un inspirado Pablo Gil (10pts), que entró con mucho gol al clásico y que ganó un duelo difícil con Jackson.

En el segundo cuarto con la situación de relevos el partido se puso en manos definitivamente del cervecero. El banco que hoy tiene Esteban De la fuente le esta dando más de 20 puntos por partido aún con Maciel de titular. Peñarol no está con la misma suerte.

José Muruaga entró como un killer sacudiendo triples y embocó dos en tres intentos en apenas dos minutos y la distancia se hizo de 5 (25-30), pero Quilmes reaccionó con una andanada de puntos de Pablo Gil. El partido por entonces estaba así: Picarelli, Muruaga Jackson, Diez y Reinick por Peñarol; Capitanich, López, Maciel, Romano y Dentis por Quilmes.

Fue el momento que se acabó el goleo fluido y constante y las defensas se hicieron más fuertes. Con el partido empatado en 37 y restando tres minutos y medio para que termine el primer tiempo por primera vez en la noche Peñarol fue a la línea de libres. Todo lo que hacía el equipo de Hernández era lejos del canasto. Y cuando metió la bola para Diez, otra para Reinick y algunas para Román, Quilmes no usó las faltas.

Un triple de Calderón le dio una mínima ventaja a Quilmes (44-42) en el cierre de la primera mitad. De la Fuente casi no utilizó a Cowan en el segundo cuarto que venía 6/6 en dobles. Tenía a su juego interior tranquilo con las faltas y Pablo Gil con 16 puntos en una noche encendida. Peñarol hacía todo con intermitencias, pero su defensa no fue para nada confiable.

El nacimiento del segundo período fue todo del cervecero. Salió con mucho juego asociado, gol en diferentes posiciones y encontró una respuesta muy tibia, muy pacífica, de la defensa de Peñarol. El quinteto titular de Quilmes estaba hecho un avión con su ofensiva y marcó un parcial 12-0 que le dio una máxima diferencia de 14 (56-42). Pero faltaba mucho y sonaron las alarmas en Peñarol.

Se despertaron los jugadores con los gritos de Hernández en el banco y con un doble de Román González tras un rebote ofensivo cortó la sequía de 4 minutos. Lo mejor no fue su aparición con el gol sino la defensa de las siguientes acciones. Parecía otro equipo. Quilmes se quedó sin gol y un parcial 0-9 achicó a 5 (56-51). Desde allí se hizo palo y palo (7-7) hasta el cierre del tercer segmento (63-58).

Todo por jugarse y por verse en la recta final. Quilmes sabía que se podía llevar el partido y esto era una mochila para sus jugadores. Peñarol confiaba en que su “plus” aparecería en algún momento.

En el cuarto final se vio algo diferente: Quilmes soportó una remontada de Peñarol que venía tocando bocina a toda velocidad como un camión lanzado, con mucha personalidad y triples claves, que quizás otros equipos quilmeños también podían tirarlos, pero ahora los meten. Hubo un triple de López a la carrera en un contraataque 2x 1 antológico. Luego otro triple del propio López y otro de Maciel contestando también sablazos de tres puntos de Muruaga o doble y falta de Byron Johnson que acercaban a Peñarol a solo tres puntos.

Quilmes lucía intacto anímica y físicamente. Un doble de Nicolás Romano (que aportó todo tipo de soluciones al final) alargó la diferencia a 7 (74-67) para que Sergio Hernández pidiera su último minuto del partido a falta de 3:10.

Pero las sensaciones eran inequívocas: el partido estaba para el cervecero. Lo de Peñarol fueron arrestos de orgullo pero lejos de jugar bien. Byron Johnson chocando con Román González, los perimetrales apagados y encima la doble sanción técnica a Tato Rodríguez que lo dejó a su equipo los últimos 12 minutos del partido sin su base y capitán en cancha. Demasiada ventajas para pretender ganar.

Quilmes cerró brillante los últimos dos minutos del partido. Alargó la distancia en el marcador y el “Oveja” hizo desfilar a los juveniles pensando en el juego de cuartos de final y sabiendo que esta vez no había nada que hacer.

El cervecero con un solo extranjero fue más que Peñarol y le dio una enorme satisfacción a su gente. De la Fuente se ganó 20 días para trabajar en paz, esperando dos extranjeros nuevos y soñando por fin que algo bueno ha nacido.

Síntesis:
Quilmes (83): Hernando Salles 6, Pablo Gil 21, Maximiliano Maciel 6, Jazz Cowan 15 y Pedro Calderón 9 (x) (FI), Esteban López 8, Ezequiel Dentis 4, Nicolás Romano 14 y Dragan Capitanich 0. DT: Esteban De La Fuente

Peñarol 71: Sebastián Rodríguez 11 (x), David Jackson 11, Sebastián Vega 4, Byron Johnson 10 y Román González 19 (FI), José Muruaga 9, Alejandro Reinick 2, Alejandro Diez 4, Lucas Picarelli 0, Facundo Campazzo 1, Matías Ruger 0 y Facundo Varela 0. DT: Sergio Hernández

Parciales: 23-24, 44-42 y 63-58
Árbitros: Alejandro Chiti y Juan Fernández
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas” (2500 personas)

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar

Con el corazón

Argentino derroto como visitante a Ciclista por 67 a 63 en un partido que le fue adverso por gran parte del juego, logro darlo vuelta con mucha entrega en el cierre de tercer cuarto y constancia en el ultimo parcial.

El juego en sí comenzó parejo, Argentino bajo la conducción de Federico Sureda haciendo jugar de movida a los internos a la perfección pero enseguida el base se cargo de faltas y tuvo que sentarse.

Ciclista tardó en meterse en el juego pero encontró orden dentro del rectángulo con el ingreso de Alejandro Kondztadt. Si bien Ciclista nunca pudo meter la bola a los internos (producto de una gran defensa de Argentino) se le abrió el camino al aro a los perimetrales, Alejo Barovero y Byron Wilson aprovecharon eso.

Sobre el cierre Juan de Dios Cansina con su oficio pudo sacar provecho y no dejar a su rival que se aleje, por eso el verdirrojo se llevo el primer cuarto por 22 a 18.

El segundo parcial mostró lo peor de Argentino y del partido también, la visita fue un concierto de errores, pérdidas y malas decisiones que los locales no supieron aprovechar. El único que pudo correr en un par de ocasiones sacando provecho fue Kondztadt. Rollins se hizo notar cuando recibió cerca del aro pero lo buscaron poco y Ciclista solamente se llevo el parcial por 14 a 9 (36-27).

El tercer cuarto empezó mejor Ciclista, con Hakeem Rollins dominando en la zona pintada y Byron Wilson con dos lanzamientos a media distancia así llego a sacar 14 de diferencia.

Distancia que no supo aprovechar, ya que se relajó, tomo malos lanzamientos externos (0/12 en triples) y ahí vino la remontada del turco. El reingreso de Federico Sureda cambio el juego, el base le dio intensidad en defensa e inteligencia en ataque ordenando a sus compañeros dentro del rectángulo. Por eso Argentino se llevo el parcial 20 a 13 (49-47).

En los últimos diez minutos siguió la remontada de la visita que rápido pasó a comandar en el tanteador. Ciclista por su parte mostró muy poco en el juego colectivo, Rollins estuvo bien defendido y las pocas veces que pudo recibir fue lejos del canasto donde no tiene peso.

En los minutos finales Argentino con los triples de Cansina y Safar saco una luz de ventaja, aunque en el dueño de casa apareció la jerarquía de Byron Wilson para contrarrestar la embestida de la visita.

Santini confió en Santiago Scala y le dejo el cierre del juego, el base juvenil no defraudó, abrió el camino de la victoria con un triple y luego termino de sentenciar el triunfo de su equipo desde la línea de libres y decretar el 67 a 63 para Argentino.

Síntesis
Ciclista (63): Franco Balbi 0, Fabián Elías Saad 4, Alejo Barovero 10, Pablo Moya 6, Kackeem Rollins 12 (FI) Alejandro Konstatd 11, Byron Wilson 20, Bruno Oprandi 0. DT Hernán Laginestra

Argentino (67): Federico Sureda 7, Ryan Edwards 2, Selem Safar 18, Federico Aguerre 5 y Leo Peralta 6 (FI) Santiago Scala 12, Jonatan Slider 7, Juan De Dios Cansina 10. DT Héctor Santini

Parciales: 22-18, 36-27, 49-47
Árbitros: Rougier – Dinamarca
Estadio: Raúl “Chuni” Merlo
Crónica: Maximiliano Dilluvio especial para www.pickandroll.com.ar


El primero fue el más importante

Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia dio cuenta de Independiente de Neuquén y se metió en la siguiente fase de la Copa Argentina de Basquetbol. El partido se disputó en el Socios Fundadores de la ciudad chubutense y finalizó 74 a 66.

Solo 10 minutos le bastaron a los dirigidos por Nicolás Casalánguida para definir el encuentro. La defensa tremenda, solidaria, le permitió al local correr y tirar, jugar transición, ataque fijo y embocar todo. Sciutto se vistió de goleador, casi como premio a su marca sobre Moodie y a todos los que estuvieran cerca suyo.

Romero le ganaba en los dos cestos a Assie, Alba condujo correctamente y cuando lo dejaban corría y encestaba. Los de Santángelo no podían resolver el ataque “verde”, especialmente cuando ingresando por el medio de la zona pintada, los locales anotaban a gusto y placer.

Los demás cuartos se jugaron solo por una obligación reglamentaria. Reguló Gimnasia, lo dejó hacer un rato a Independiente. Assie anotó puntos cuando todo estaba definido. En el local descansaron los adultos. Ingresaron Favre y Morales cuando faltaba mucho y jugaron bastante tiempo.

Nunca estuvo en peligro el triunfo comodorense. Aceleró cuando quiso y descansó con el reloj corriendo a su favor. La conducción del “rojo” no estuvo en su mejor noche y en eso tuvo mucho que ver la defensa gimnasista. Lauro y Carbajal no pudieron asistir jamás a sus internos.

Se fue tranquilo el local pensando que tal vez Buchanan no pasará a la historia, pero a los rivales directos les puede anotar. El lunes llega Peñarol, con todo lo que eso significa. Tal vez por piedad, por solidaridad con este grupo de jugadores y este cuerpo técnico -todos excelentes tipos- la gente concurra a la cancha. La estrategia comunicacional no ayuda para que se llene el Socios Fundadores.

Ni siquiera la importante cantidad de entradas que se pusieron a disposición de la gente, fueron retiradas de los medios de comunicación. Los dirigentes deben hacer una lectura rápida sobre el porque de este comportamiento del público. Mientras tanto Casalánguida y Martínez trabajan en silencio. El mismo silencio que a veces asusta en el escenario pegado al mar durante los partidos.

Síntesis
Gimnasia (74): Diego Alba 14, German Sciutto 11, Gary Buchanan 16, Diego Ingratta 3 y Diego Romero 11 (FI) Federico Favre 4, Mariano Franco 10, Sebastián Morales 1, José Alessio 4. DT Nicolás Casalánguida

Independiente (66): Agustín Carabajal 8, Cedric Moodie 9, Federico Marín 2, Jervaughn Scales 12, Brice Assie 24 (FI) Juan Levrino 4, Martin Melo 5, Leandro Lauro 2. DT Mauricio Santángelo

Parciales: 29-11, 41-28, 55-44
Árbitros: Bautista - Mendoza
Estadio Socios Fundadores
Crónica: Ricardo Scazzino especial para www.pickandroll.com.ar


Se tomó revancha

El Nacional Monte Hermoso derrotó a Bahía Blanca Estudiantes 72 a 66 en partido válido por la última fecha de la Copa Argentina. De ésta manera, el celeste se desquitó del traspié sufrido días atrás en el Casanova.

Mas allá que ninguno de los dos equipos tenía chances de pasar a la próxima instancia del torneo, había muchas cosas en juego teniendo en cuenta que era un clásico, con todo lo que eso implica. El celeste tratando de cambiar la imagen de los últimos partidos y el albo, que presentaba nuevo extranjero, buscando una nueva victoria frente a su clásico rival.

El comienzo mostró mejor al visitante. Juan Manuel Rivero (9 puntos) y Juan Cangelosi (9 puntos) fueron los abanderados de un Estudiantes que dominó ese período de punta a punta. Enfrente, pareció repetirse la imagen de los partidos anteriores, un equipo desprolijo, desconcentrado (6 pelotas perdidas) y permitiendo muchos puntos en su propio aro. Así se fue el primer chico, 26 a 13 para el albo.

En el segundo cuarto la historia fue muy distinta. La entrada de Gastón Torre en los locales, le dio otra dinámica y orden al equipo. Santiago González (9 puntos) se hizo fuerte en la pintura y Sebastián Castiñeira (8 puntos, 2/2 en triples) tomó confianza en el perímetro. Además, la defensa fue mucho mejor que en el comienzo y por eso Estudiantes se complicó en ofensiva. Con esa paridad se terminó el primer tiempo, con el juego igualado en 38.

Luego del descanso largo, los dirigidos por Juan Andrés García mostraron su mejor cara. Gastón Torre le ganó claramente el duelo de bases a Leonardo La Bella, Dionisio Gómez (8 puntos) comenzó a gravitar cerca del cesto. Enfrente, poco y nada. El Nacional ganó el cuarto 21 a 11 y entró al último cuarto arriba 59 a 49.

El período final prometía ser electrizante y no defraudó. El dueño de casa comenzó otra vez mejor y pareció sentenciar el pleito a cinco minutos del final cuando, con 10 puntos de diferencia, Quincy Wadley falló un triple desde un lugar inmejorable. Jamaal Levy sacó a relucir su chapa y le dio vida a Estudiantes en el cierre, pero se quedó sin energía.

Fue triunfo de El Nacional 74 a 66, que lo deja un poco más tranquilo pensando en lo que vendrá. Por su parte, Estudiantes evidenció falencias lógicas de una pretemporada.

Síntesis
El Nacional (74): Fabián Sahdi 2, Quincy Wadley 11, Senastián Castiñeira 13, Dionisio Gómez 15, Ramiro Heinrich 0 (FI) Santiago González 13, Alexis Elsener 3, Facundo Venturini 9, Gastón Torre 8. DT Juan García

Bahía Blanca Estudiantes (66): Pedro Franco 4, Juan Manuel Rivero 16, Juan Cangelosi 9, Jamaal Levy 11, Edgard Nelson 10 (FI) Leo La Bella 8, Gerardo Barrera 3, Leandro Cecchi 0, Lucas Bianco 5. DT Marcelo Richotti.

Parciales: 13-26, 38-38, 59-49
Árbitros: Rodrigo – Zanabone
Estadio: Polideportivo Municipal – Monte Hermoso
Crónica: Pablo Romera – Prensa El Nacional

Pablo Romera

El Nacional Monte Hermoso