Olimpia de remate

“¡Olimpia campeóooon! ¡El equipo de Venado puso de rodillas al gigante cordobés Atenas y se convierte en el primer club santafesino en lograr el título de la Liga Nacional de Básquetbol!”. El grito emocionado estranguló la garganta del relator de LT29 de Venado Tuerto y recorrió cada rincón de la Perla del Sur, que esa noche de 1996 encontró un motivo para festejar después de la quiebra del Banco Integrado Departamental, que un año antes había sumergido a toda la región en una profunda depresión. Lo que los venadenses no intuyeron en ese momento de júbilo fue que la caída del BID sentenciaría la decadencia del club, que doce años después de aquella conquista soporta un proceso de quiebra que puede terminar con el remate de sus instalaciones a partir del próximo 27 de octubre.

También en ese inolvidable ‘96, el Rojo se había coronado en la Liga Sudamericana, convirtiéndose en orgullo argentino de la mano de basquetbolistas de selección como Jorge Racca, Sebastián Uranga, Leo Gutiérrez y el Puma Montecchia. Al año siguiente, en el subcampeonato de la Liga, descollaron el Chapu Nocioni y el local Walter Herrmann. De ahí en más, el deterioro económico y deportivo de Olimpia fue imparable, hasta perder su plaza en el Torneo Nacional de Ascenso, tras tres descensos consecutivos.

Más rojo que nunca. Casi como negando la realidad, quienes participan de la vida diaria del club dejaron transcurrir el tiempo entre las competencias juveniles y las promesas de la gerenciadora Rojo y Negro SRL, que tomó el mando en 2005 –con el club ya en concurso de acreedores– y que se retirará a fines de octubre. Hasta que la semana pasada se presentó en el gimnasio el síndico de la quiebra, acompañado por una martillera que constató los bienes que podrían pasar a remate. “Ahí se nos encendió la luz de alarma”, confió el director de Deportes de la Municipalidad de Venado, Oscar Barbareschi.

A partir de esta situación límite, la comisión de padres del club y algunos funcionarios municipales buscaron la ayuda del abogado Arsenio Domínguez, quien trabajará ad honorem en el estudio del expediente. “Nos faltó asesoramiento legal, se perdió mucho tiempo”, lamentó Barbareschi.

El síndico Daniel Lesnaberes recordó que en 1999, cuando fue designado por el juez de Melincué Federico Longobardi, “las acreencias sumaban 550 mil pesos”. Tiempo después, el club se acogió a la flamante Ley de Salvataje de Entidades Deportivas y un órgano fiduciario comenzó a administrar la institución, a través de un triunvirato. “Ahí se hizo una nueva convocatoria y sólo se presentó la Cooperativa de Obras Sanitarias. Hoy son unos 50 acreedores y un pasivo total de 1.200.000 pesos aproximadamente”, dijo Lesnaberes. Horacio Seguí, el técnico campeón del ‘96, fue uno de los primeros en pedir la quiebra de la entidad.

Todos los protagonistas consultados coincidieron en vincular la bancarrota del BID con el ocaso de un club que fue modelo en Santa Fe. El síndico agregó un dato llamativo al confiar que “la verdadera decadencia de Olimpia comenzó con una tómbola que la comisión directiva organizó allá por el 2000 y cuyos premios no pudo pagar a los ganadores. Fueron más de 800 acreedores que se presentaron luego en concurso preventivo, pero que hoy estarían afuera”.

Los venadenses, especialmente los de “atrás de la vía” donde se encuentra el inmenso estadio, ya saben que el 15 de diciembre es la fecha límite para la liquidación patrimonial. Transcurrida una década, el vaciamiento del banco que apuntaló a toda una región sigue rebotando como una pelota de básquet.

Fuente: Crítica.