Victoria y ventaja

Si bien Lanús fue el que arrancó mejor, lastimando en el corazón del trapecio con la presencia de Taylor, rápidamente el dueño de casa dio vueltas las acciones y valiéndose de una efectiva presión extendida a lo largo de toda la cancha, tomó las riendas del partido y se alejó en el tanteador.

A pesar de esto el granate se las ingenió para salir de la asfixia propuesta por el dueño de casa, y continuando con la fórmula de colocar el balón cerca del canasto los de Castiñeira se sobrepusieron, al menos un poco, del sofocón. De todas formas el agobio que debió vivir el visitante le dejó secuelas. Prego se sentó con tres faltas, y con él, la poca tranquilad que había cosechado hasta allí el cuadro del gran Buenos Aires.

Con un La Bella inspirado, ayudando mucho en defensa y generando en ataque, el elenco de Bahía Blanca cerró los primeros diez con seis unidades de luz (20 – 14). Ya en el segundo cuarto la defensa de Estudiantes dejó de ser tan determinante. Si bien los locales continuaron teniendo en ella su carta fuerte, la salida rápida al obtener el rebote en el cristal ajeno comenzó a ganar terreno.

En contra partida Lanús encontró en su banco de relevos otra fuente de puntos al margen de Taylor: Sylbrin Robinson. El americano, lastimando con sus penetraciones y posteo sumó 11 puntos, los cuales le sirvieron al huésped para mantenerse a tiro. Un buen cierre de Franco, el cual orientó bien los últimos ataques, sumado a un par de penetraciones que entregó le dieron al albo ventaja de nueve (46 – 37) al irse al descanso largo.

La vuelta de vestuarios lo devolvió mejor al granate. Concentrado en defensa, el visitante encontró el gol perimetral que le faltaba (Prego y Ramon) para terminar de complicar a los dueños de casa. Sin ideas y abusando del lanzamiento exterior, Estudiantes entró en medio de una laguna que no tenía orilla a la vista.

Fue el mejor momento de los dirigidos por Castiñeira. Incluso, y por unos segundos, estuvieron al frente en el marcador producto de dos lanzamientos libres concretados por Ronald Ramon (61-60 arriba 1:30). Pero allí, cuando todo era oscuridad para el albo, apareció Ed Nelson. El americano se cargó el equipo al hombro y con un gran cierre de periodo lo volvió a poner arriba para entrar al epílogo con ventaja de cinco (68 – 63).

Los minutos que le pudo dar Barrera (aún con molestias de su lesión), más la prolongación del buen pasaje de Nelson fueron las claves para que en los primeros tres minutos Estudiantes se alejara a nueve (74 a 65). Lanús no volvió a utilizar a Robinson y se la jugó por el goleo exterior de Prego y el daño interior de Taylor.

Si bien se mantuvo al acecho, el conjunto del gran Buenos Aires nunca pudo dar el zarpazo. El reloj le empezó a jugar en contra y a pesar de que el dueño de casa no estuvo acertado desde la línea (11/20 55%) pudo entrar al minuto final con una brecha de seis a su favor (79 – 73).

El granate, que equivocó los caminos en ese final, al ver que no podía dar vuelta esta situación, buscó perder por menos de diez puntos para quedarse con la ventaja deportiva, en caso de empate dentro de la tabla de posiciones. Para esto Álvaro Castiñeira pidió minuto. Pero ni ese último detalle le quedó al visitante, ya que el elenco bahiense terminó llevándose el cotejo por 12 puntos, 88 a 76, con un buen cierre de su dupla foránea.

Síntesis
Bahía Blanca Estudiantes (88): Pedro Franco 8, Juan Manuel Rivero 19, Juan Cangelosi 10, Jamaal Levy 11 y Ed Nelson 29 (inicial); Leonardo La Bella 3, Leandro Cecchi 0, Lucas Bianco 6, Cristian Aguiar 0 y Gerardo Barrera 2. DT: Marcelo Richotti.

Lanús (76): Ronald Ramon 11, Juan Pablo Sánchez 0, Diego Prego 15, Terrell Taylor 20 y Andrés Rodríguez 13 (inicial); Nicolás Laprovitola 5, Fernando Funes 1, Sylbrin Robinson 11 y Julián Olmedo 0. DT: Álvaro Castiñeira.

Parciales: 20 – 14 / 46 – 37 / 68 – 63.
Árbitros: Chiti – Vito.
Estadio: Dr. Osvaldo Casanova.

Crónica y foto: Emanuel Niel (eniel@pickandroll.com.ar)


Salvador Salles

Otra vez jugando sólo con nacionales Quilmes obtuvo el triunfo. Fue un partido muy duro ante Comodoro que se destrabó en el cierre gracias a una descomunal tarea de Hernando “Pini” Salles (18 puntos en el último cuarto).

Otra batalla, otro duelo donde la exposición anímica jugó un papel decisivo. Quilmes mostró virtudes imperecederas para la victoria; el temple que marca a este equipo y que aparece en los momentos complicados. Jugando otra vez sin extranjeros, los nacionales fueron dejando la piel, a pesar de mostrar signos del cansancio del partido del viernes y se quedaron con un triunfo vital.

El partido lo definió el base Hernando Salles quien tuvo un primer tiempo muy complicado porque fue dominado por Alba al comienzo y luego salió descompensado (se le bajó la presión). El descanso en el banco le vino muy bien hasta el último cuarto y entró con energías renovadas al segmento final. Fue el dueño de todo: de la pelota, los tiempos y el ritmo del cierre, dueño del ataque con 18 puntos (2/2 en triples, 3/3 en dobles y 6/6 en libres), dueño de la defensa, conteniendo a Alba y recuperando dos balones, y dueño también del mejor aprovechamiento físico: jugó a otra velocidad el cierre.

Los 30 primeros minutos fue un partido donde el desgaste fue intenso y que se acumuló a la batalla del viernes, tan dura como la de anoche. Al carecer de extranjeros Quilmes tiene una rotación de 8 jugadores (más Piñero que suma pocos minutos), y se evidenció que Salles logró marcar diferencias por tener un resto diferente.

En Gimnasia la ausencia de un cuarto interno como Bruno Ingrata también provocó sus problemas, porque en la acumulación de faltas de Jimmy Boston y la rotación de Diego Romero, solo con Nacho Alessio no pudieron hacer mucho. Por eso Mariano Franco debió disfrazarse de ala pivote y resolver como podía en desventaja física esa situación.

El primer cuarto fue de la visita con un comienzo encendido de Diego Alba que metió 7 de los 9 puntos de su equipo. Quilmes ganaba 10-4 con dos triples de Gil y de repente Gimnasia pasó al frente 13-16 con un parcial 3-12. Jimmy Boston (9) le ganó el duelo a Calderón y con el base y su pivote los patagónicos dominaron el inicio. Quilmes tuvo respuestas ofensivas en Pablo Gil (8) y Nicolás Romano (7).

Para el segundo cuarto, contrariamente a lo que hace de manera habitual, De la Fuente movió el banco con más recelo, tardando más de lo frecuente. Primero entró Dentis por Calderón para frenarlo a Boston, y cumplió. Pero recién a los 3 minutos y medio del segundo cuarto dispuso el doble cambio de la media cancha: Capitanich y López por Salles y Gil.

Gimnasia vivió una primavera en el inicio del segundo cuarto cuando Gary Buchanan metió tres triples seguidos y Germán Sciutto lo acompañó con otro más, para tomar una distancia de 9 (24-33). El perímetro patagónico estaba “on fire” y Quilmes tuvo entonces una gran virtud. Jugó lento, tranquilo, sin desesperarse ni tratando de resolver el problema por la misma vía.

Los perimetrales rompieron la primera línea, abastecieron a los internos y dañaron donde a Gimnasia mas le dolía. Aún en un momento complicado Quilmes demostró que estaba jugando un partido de 40 minutos. Dentis se hizo importante con 9 puntos en el cuarto, llegó otra andanada de puntos de Pablo Gil y con mucha presión defensiva a la media cancha rival dio vuelta el partido (42-39) con un parcial extendido 18-6.

El tercer cuarto siguió con la tónica de partido parejo. Quilmes sacó una pequeña distancia (51-42) que no pudo mantener. Esteban López tomó la base desde el inicio del segmento y le metió presión a Alba pero Nicolás Ferreyra tuvo un buen reingreso. el local apostó al trabajo de Nicolás Romano (16 puntos hasta el tercer cuarto) y Nicolás Casalánguida se vió obligado a poner a Mariano Franco de ala pivote por las faltas acumuladas de Jimmy Boston.

Como el cervecero no sacó provecho de su mayor talla en el puesto, como ocurre habitualmente se vuelve un problema. Gimnasia tenía un equipo más liviano y más veloz y De la Fuente tuvo que contestar con Maciel de 4 para equiparar.

Aquella andanada de puntos en el segundo cuarto que tuvo Gimnasia (5/7 en triples) quedó en el olvido. Cuando debió definir el juego no encontró respuestas (2/7 en el tercer parcial y apenas 1/7 en el último cuarto). En cambio en Quilmes estaba Salvador Salles, que disfrazado de super heroe tomo las riendas del partido y lo guío a su equipo a la victoria. Con penetraciones por arriba de las manos de los pivotes rivales, dobles de exquisita factura y triples oportunos se llevó todo y dejó a Quilmes esperando que la suerte con los extranjeros cambie un poco: porque los nacionales demostraron que están.

Síntesis
Quilmes (87): Hernando Salles 18, Pablo Gil 21, Maximiliano Maciel 5, Nicolás Romano 16 y Pedro Calderón 7 (FI). Ezequiel Dentis 13, Dragan Capitanich 0, Esteban López 7, Facundo Piñero 0. DT: Esteban De la Fuente.

Gimnasia (CR) (74): Diego Alba 14, Gary Buchanan 18, Germán Sciutto 12, Jimmy Boston 13 (x) y Diego Romero 4 (FI). Ignacio Alessio 4, Sebastián Morales 0, Mariano Franco 8, Nicolás Ferreyra 5. DT: Nicolás Casalánguida.

Parciales: 19-21, 44-0 y 63-60.
Arbitros: Osvaldo Bautista y Raúl Imosi.
Estadio: Once Unidos (700 espectadores)

Foto: Gentileza Demian Schleider – Info Liga

Pablo Tosal
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