Con la llegada de Allen Iverson los Detroit Pistons han decidido definitivamente encarar su “proyecto campeonato” desde otra perspectiva, con nuevo Dt, la contratación de uno de los jugadores más dominantes de la última década en la NBA y con la despedida del símbolo de la franquicia en los últimos años. Una movida con objetivos a corto y largo plazo al mismo tiempo.
Autor:Sebastián Ciano (especial para Pick and Roll)
Muchos dirán que las decisiones de Joe Dumars para esta 2008/2009 no son las más acertadas para el buen andar de los Detroit Pistons, pero son precisamente eso: Decisiones, que luego pueden salir bien o no; Sin embargo, es más que conocida la historia de que si los Pistons se quedan con el anillo de campeón, la ex gloria será más que un sabio. Aunque si la temporada termina en la segunda ronde de playoff, todo estuvo mal hecho.
Por eso tiene otro “gustito” hablar antes del transcurso de los partidos, y no con los hechos consumados. Detroit se ha consolidado como uno de los equipos más fuertes de los últimos años. Consiguió el título en 2004 tras derrotar a los Lakers en la final, y un año después, volvieron a la definición cumbre, pero el desenlace fue –afortunadamente – otro, porque el campeonato quedó en manos de los San Antonio Spurs, con un Emanuel Ginóbili inolvidable.
Pero Detroit llegó a las últimas 6 finales de conferencia, y solo en las dos mencionadas lograron su pasaje a la definición. Esto motivó a la dirigencia de la franquicia, encabezada por Dumars, a tomar otro camino. Despidieron a un entrenador garantido como Flip Saunders, con el que no lograron el objetivo mayor. En su reemplazo sorpresivamente llegó el inexperto Michael Curry, asistente de Flip.
La prensa local quedó sorprendida y no apoyó mucho la asunción del nuevo entrador, quien procuró hacer del plantel de los Pistons un plantel largo. Pero la semana pasada se dio la movida más osada, que no solo tiene que ver con el desembarco de Iverson, sino también con la salida de Chauncey Billups y el intercambio de dos estilos de juegos muy diferenciados.
“The Answer” debutó el viernes en New Jersey en la derrota ante los Nets por 103-96 y mostró sus cartas: Terminó el partido con 24 puntos, producto de 5/9 en dobles, 1/3 en triples y 11/13 desde la línea, 6 asistencias, 3 rebotes, un robo y 4 pérdidas en 37 minutos. Esta noche jugará por primera vez como local, nada menos que ante los Boston Celtics, encuentro por el cual admitió estar nervioso (si, Allen Iverson dijo que estaba nervioso).
En un caso similar al de los Phoenix Suns con Shaquille O’Neal de la temporada pasada. Lo que busca Detroit es un golpe de efecto, una movida que tenga sus frutos a corto plazo, aunque a diferencia de la transferencia que mandó a Shaq al desierto de Arizona, ésta parece ser una transacción más “inteligente” que la llevada adelante por Steve Kerr, debido a que existe un terrero financiero favorable para los Pistons en un futuro.
Es verdad que Iverson es el segundo contrato más alto de esta temporada junto al de Stephon Marbury (el de los Knicks, si), pero esos 21.937.500 millones de dólares se borrarán para el año que viene, junto con los 13.680.000 de Rasheed Wallace, por lo que tendrán más dinero para salir al mercado, ya sea para renegociar a A.I o ir con la billetera llena a buscar talento.
Lo que ocurra de ahora en más dentro de la cancha tiene que ver con cómo encaja Iverson con sus nuevos compañeros y, también, qué pretenderá Curry de su equipo. Un equipo que ha hecho de la defensa una premisa insoslayable, pero que contrató a Iverson para salir campeón.