Peñarol el laburante

Inesperado. Al menos para quien esto escribe. Yo esperaba un duelo de pistoleros, algo que se vio por ratos, pero se ve que Peñarol esta llegando a su madurez y va dejando vicios de la adolescencia. Es radicalmente otro Peñarol del que comenzó la temporada y debemos admitirlo: también habrá pronto otro Quimsa cuando Jaule termine de trabajar y los americanos sean lo que “parece” que son.

Ahora Peñarol es un equipo que tiene una concentración casi completa para defender, quiere disfrutar de algo que algunos de sus jugadores por naturaleza no sienten, que es justamente la defensa. Sergio Hernández lo está acostumbrando a ganarse los minutos en la cancha en base a lo que hacen atrás. Tal parece ser el caso de Malara, que según lo que se vio jugará siempre muchos minutos como herramienta de auxilio defensiva indispensable.

El primer tiempo tuvo dos segmentos diferenciados, el primer cuarto jugado con mayor vértigo, mucho gol, ofensivas que se impusieron a las defensas, en cambio el segundo cuarto mejoraron ambos equipos las defensas, producto del cambio de intérpretes en cancha. Pero Peñarol encontró el golpe de K.O: cuatro triples seguidos que marcaron la distancia del primer tiempo.

El local encontró muy rápido sus beneficios en el perímetro. Con cuatro triples (dos de Tato Rodríguez y dos de Jackson) sobre cinco intentos tenía la delantera (19-16). Quimsa por su parte se apoyaba en un intratable Julio Mázzaro (9).

Quimsa tomó la delantera (21-22) con un buen pasaje de Míkulas mientras Peñarol no la metía desde la línea de libres (3-7). A falta de 20 segundos para que termine el parcial, debutó Malara haciendo su ingreso por primera vez con la casaca milrayitas. El primer cuarto se lo llevó Peñarol 26-22 que lo cerró mucho mejor con un triple de Muruaga.

El porcentaje de tres puntos de Peñarol dominaba el partido (y lo haría toda la noche) pero eran consecuencia de un buen juego de pases, de tiros limpios, de usar a Román González en la pintura como generador de marcas.

Quimsa se volvió mazzarodependiente. Si no era “julito” no había quien la metiera. Los extranjeros nuevos intimidaron poco en ofensiva, dan la sensación que están desacomodados todavía. El pivote Nakiea Miller no produce de espaldas, juega más de frente (esto lo dejó más tiempo a Román en cancha), Kenneth Satterfield buscó sus tiros, intentó sin tomar riesgos (seis tiros de campo en 31 minutos) y Ramel Allen corre bien la cancha, pero tampoco juega de espaldas. Esto lo dejaba a Quimsa con la necesidad de apoyarse mucho en Mázzaro, Mikulas y Treise.

Lo que hizo bien el conjunto santiagueño fue imponer un rigor defensivo alto. La apuesta de Jaule es de riesgo, cambian permanentemente en las cortinas y quedan muchas veces emparejados los bajos con los altos. Pero son defensas muy dinámicas que logran confundir al rival. En el segundo cuarto le salió bien hasta que empataban 33.

Allí llegó el primer triple (Muruaga) que dejó una ventaja pequeña (36-33) no obstante cuatro puntos seguidos de Mázzaro lo puso al frente a Quimsa (36-37). Allí Peñarol respondió con otros tres triples seguidos más (Diez, Rodríguez, Malara) para sacar una diferencia de 8 (45-37) mientras por entonces el local disfrutaba de un porcentaje de ensueño 9/15 en triples.

El cuento de la manta corta no tardaría en llegar, Quimsa ajustó su perímetro y llegaron dos dobles en su pintura seguidos (Jackson y Román) de tal modo en apenas dos minutos Peñarol se fue arriba por 50-39 con un parcial 14-2 para cerrar el primer tiempo.

Esta distancia de 11 puntos le permitió al milrayitas manejar mejor los tiempos del partido y obligarlo a Quimsa a tomar resoluciones de riesgo en ataque, pero también le sacudió la modorra defensiva. En el complemento la Fusión fue otro equipo defendiendo, más activo, más combativo y Peñarol hizo agua en varios pasajes dependiendo mucho de la destreza de Jackson para convertir.

Quimsa activó su defensa de cambios, le puso mucha presión a la media cancha de Peñarol, que nunca sacó ventajas con sus pivotes cercanos al canasto. Mikulas apareció en ofensiva hasta recortar la diferencia a solo tres puntos (60-57) con un parcial 5-14.

El último cuarto abrió con un triple de Muruaga, (70-64), el árbitro Sampietro se equivocó y dio al revés una reposición, Peñarol recuperó la pelota y aprovechando una ofensiva más activa sacó 7 de luz (73-66). Pero fue dicho: lo mejor de Peñarol fue su defensa, cuando más la necesitó más se hizo presente. Con marcas individuales muy firmes, cambios bien programados para seguir a los tiradores, doble marcas para recuperar balones. Sacrificio.

A falta de 3.30 llegó una jugada exquisita, Román González en vez de lanzar al aro o revertirla al perímetro le colgó a Byron Johnson una pelota en el techo del poli y desde allá voló el extranjero para enterrarla por arriba de la marca rival. Fue una de las mejores jugadas de la noche sino la mejor.

Parecía que ese doble cerraba el partido (75-66), pero Quimsa tuvo capacidad anímica suficiente para no desmoronarse, siguió luchando y achicó márgenes (75-70) a falta de 2.06 obligando a Sergio Hernández a pedir minuto.

El cierre del partido fue positivo para el local. Los últimos dos minutos, por nervios, por intensidad y por capacidad individual fueron de alto goleo. Peñarol mantuvo la diferencia porque Tato Rodríguez metió dos triples decisivos, a pesar que Treise contestaba por la misma vía. La diferencia fue para el equipo que mejor defendió y quien disfrutó de mejores porcentajes.

Síntesis
Peñarol (86): Sebastián Rodríguez 17, David Jackson 20, Sebastián Vega 0, Byron Johnson 15 y Román González 11 (FI) José Muruaga 12, Alejandro Reinick 3, Fernando Malara 5, Lucas Picarelli 0, Alejandro Diez 3. DT Sergio Hernández

Quimsa (75): Jonatan Treise 13, Julio Mázzaro 29, Kenneth Satierfield 5, Naikea Miller 6 (x) (FI) Ramel Allen 7, Miguel Gerlero 0, Juan Manuel Torres 0, Diego Gerbaudo 2, Federico Mansilla 0. DT Daniel Jaule.

Parciales: 26-22, 50-39 y 63-57.
Árbitros: Sampietro – Vito
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas (1000 espectadores)

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar


El Rojo levantó un partidazo

Independiente está muy dulce, cada vez más encendido. Ayer llegó a perder por 21 en el segundo tiempo, pero metió un cierre increíble para llegar al suplementario y ganarle allí a Obras por 97 a 92 (82).

Neuquén - Cuando las cosas andan derechas pasa lo de anoche. Independiente estaba herido de muerte, perdido en la cancha y en el resultado. Obras Sanitarias le ganaba por 21 puntos en el segundo tiempo y se quedaba con la racha del Rojo, que llegaba al duelo en el Ruca Che por la quinta fecha de la segunda fase de la Liga Nacional con 5 festejos al hilo.

Pero el equipo neuquino no bajó los brazos, limó la diferencia y a puro triple y defensa llegó al suplemenatrio (tras igualar en 82), para vencer al Tachero por 97 a 92 y quedar bien arriba en la tabla. Tanto, que si mañana le gana de local a Ben Hur, quedará segundo, solo, a un punto de Atenas, que ayer volvió a perder.

El Rojo empezó mal y como no pudo controlar las ofensivas del visitante, de a poco dejó en manos Tacheras el dominio del juego. La visita logró romper la primera línea con hombres bajos y metió un parcial de 11-0 para arrancar el segundo cuarto con ventaja de 8. El Rojo estaba en partido, pero algo le pasaba. El Boty pidió minuto para corregirlo, aunque Catnon, con dos triples, y Borrell, con un doble, llevó la diferencia a 15.

El milagro parecía lejano. A pesar de una buena reacción tras el descanso. El local salió más decidido y se colocó 39-47. La gente soñó con otro final con triunfo, pero le duró unos segundos. Obras no dejó su solidez, repartió goleó, defendió mejor y llegó a sacar 21 puntos de luz en el último cuarto.

Al Rojo nada le salía bien. Hasta que despertó. De la mano de un Marín inspirado, ayudado por el aporte goleador de siempre de Assie y Moodie, el conjunto neuquino creyó que podía y cuando se puso a 12 cimentó su esperanza en las bombas de afuera. marín metió un triple para quedar a nueve, Moodie otro para ponerse a seis, hasta Assie probó y acertó para colocarse a tres, a falta de 2m 45s.

Fue otro triple, de Moodie, el que lo puso a un doble (80-82) y una acción clave de Juan Levrino, quien defendió como nunca y obligó a Titarelli a una falta ofensiva. Otro acierto de Moodie dejó la paridad en 82 con la que se cerraron los 40 minutos.

En el suplementario, Independiente sacó rápida ventaja de cinco y lo liquidó con un triple de Marín. Hubo suspenso, porque Lauro falló dos libres y Field puso las cosas 94-92, pero el Rojo metió una contra para levantar el estadio y abrochar un triunfo que vale doble. Y que se festejó mucho.

Síntesis

Independiente (82) (97): Agustín Carabajal 5, Cedric Moodie 29, Federico Marín 28, Jervaughn Scales 4, Brice Assie 23 (FI); Nathan Mielke 4, Martín Melo 3, Leandro Lauro 0 y Juan Levrino 1. DT: Mauricio Santángelo.

Obras Sanitarias (82) (92): Fernando Titarelli 8, Daniel Chaher 13, Robert Hornsby 11, Lázaro Borrell 20, Tyler Field 15 (FI); Sergio Ravino 4, Fernando Martina 10, Omar Cantón 6 y Cristian Cortés 5. DT: Carlos Duro.

Parciales: 16-19, 34-47, 55-71 y 82-82.
Árbitros: Alejandro Ramallo y Mario Aluz.
Estadio: Ruca Che.
Fuente: Diario La Mañana de Neuquén